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El Gobierno cubano recula sobre la prohibición del 'paquete', sin aclarar la norma

El Decreto 107 prohíbe la "puesta a disposición del público a través de soportes informáticos”

Los cubanos llevan más de una década alimentando su hambre de películas, series y programas extranjeros a través del 'paquete'. / 14ymedio
14ymedio

13 de septiembre 2024 - 11:48

Madrid/La polémica generada por la eventual prohibición del paquete semanal ha obligado al régimen a rectificar la medida, aunque la prensa oficial lo denomina “desmentir rumores”. A través de una breve nota publicada este viernes en Cubadebate, un portavoz del Gobierno afirma que las normas aprobadas este agosto para la actividad por cuenta propia no hacían referencia a la copia y circulación del material audiovisual, sino a la exhibición en espacios públicos.  

“Las normas publicadas no impiden que esta actividad se pueda ejercer. Las regulaciones se refieren a la exhibición cinematográfica en un espacio público, y lo que implica la actualización es que no se permite hacerlo en medios digitales a través de soportes informáticos”, señala Ernesto Vila González, director del Centro Nacional de Derecho de Autor y del Artista Intérprete.

El experto indica que copiar a cualquier soporte con memoria (disco duro o USB) “con destino al consumo cultural personal o familiar, no se considera una exhibición, sino una reproducción”, por lo que la venta del paquete semanal no estaría penalizada. 

Cualquier soporte con memoria “con destino al consumo cultural personal o familiar, no se considera una exhibición, sino una reproducción”, por lo que la venta del paquete semanal no estaría penalizada

La publicación acusa a “versiones en redes sociales y otros espacios digitales [en velada referencia a la prensa independiente], han afirmado durante la última semana que se prohíbe en Cuba la circulación del material audiovisual conocido como el paquete semanal, a partir de la publicación del Decreto 107”. Con el fin de “aclarar” la situación, el directivo señala que el acápite hacía referencia únicamente a la exhibición. 

Sin embargo, en la normativa, que desgrana las actividades por cuenta propia prohibidas en Cuba, indica en el punto 61 entre ellas están las “actividades de exhibición cinematográfica (5914) que incluye películas, documentales, series, novelas u otras obras similares; así como su puesta a disposición del público a través de soportes informáticos”. Si bien la primera parte de la frase responde a lo descrito por Vila González, la segunda define perfectamente la labor de quienes copian y distribuyen (esto es, ponen a disposición del público) ese material. 

El supuesto desmentido de rumores es, más bien, una reinterpretación de la norma, previsiblemente para frenar los operativos y decomisos que ya han comenzado en varios de los locales que comercializan el paquete en la Isla. Este lunes, 14ymedio publicó una nota en la que varios cuentapropistas de La Habana –desde Nuevo Vedado a Lawton, en Diez de Octubre, pasando por Plaza de la Revolución– afirmaban que la próxima semana no venderían más copias ante la inminente entrada en vigor de la prohibición, que ya estaba dando lugar a las primeras advertencias policiales. "Nos dijeron que no se podía seguir con esto, que eso de copiar series, películas, música y videojuegos nunca estuvo permitido expresamente y que era una distorsión que había que corregir", expuso uno de ellos.

A lo largo de la semana, este diario ha recibido más informaciones del mismo tipo. En un local de Luyanó se advertía puntualmente a los clientes que el día 19 de septiembre, fecha de entrada en vigor de la legislación, se dejaría de copiar el paquete semanal, generando un fuerte malestar entre una población que solo en él encuentra el entretenimiento que la televisión cubana no ofrece.

En la nota de Cubadebate se insiste en que la exhibición “solo debe ser ejercida por instituciones estatales, sea en soporte digital o analógico” y recuerdan que la medida estaba en vigor desde 2021, aunque el actual decreto amplía la prohibición –antes referida a la difusión en soporte analógico (cinematográfico y cinta de video)– al digital. 

La exhibición de películas extranjeras por las que no se paga es común en los cines de la Isla. / 14ymedio

Vila González mencionó que se podrá continuar con la actividad “relacionada en un principio con la venta de discos” –aunque un punto precisamente relevante de la normativa es que “se ratifica la prohibición de emitir nuevas licencias para vendedores de discos”– siempre que se disponga de la autorización correspondiente y cumplan las normas. El decreto no prevé, además, la creación de una licencia para la venta de USB y otros dispositivos digitales en los que copiar contenidos. 

La especificación menciona el pago mensual que un cuentapropista de este sector debe entregar a la Agencia de Creadores Dramáticos, Musicales y Audiovisuales (Acdam) y mediante la que se compensa a los autores por sus obras, aunque el directivo sostiene que no es necesario “vincularse a la Acdam para el intercambio de materiales audiovisuales mediante memorias y otros dispositivos informáticos, sin fines lucrativos, entre personas”.

“Las nuevas normativas no prohíben la circulación de material audiovisual ni el ejercicio de esta actividad por cuenta propia, siempre y cuando quienes la ejercen cuenten con el autorizo y cumplan con lo establecido en la Ley de los Derechos del Autor y del Artista Intérprete”, insiste Vila González. Esta legislación hace referencia en todos sus puntos a la creación nacional y remite a la Constitución en lo que respecta a “los casos de los extranjeros”.

La Carta Magna, en su artículo 62, señala que “se reconocen a las personas los derechos derivados de la creación intelectual, conforme a la ley y los tratados internacionales”, pero no consta que el Estado cubano haya compensado nunca a productores, exhibidores o autores extranjeros, cuyas películas y series no solo circulan a través del paquete semanal –donde la presencia de la producción cubana es casi nula–, sino que son exhibidos en los cines y la televisión nacional. En la Isla, el principal violador de los derechos de autor es el propio Estado, que practica la piratería a gran escala.

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