La Habana, sin el maquillaje del sol
La ciudad gris, con viento y temperaturas por debajo de los 20 grados Celsius, es muy poco fotografiada
La Habana/La madrugada ya avisaba del sábado que venía. Desde el amanecer las ráfagas de viento y la llovizna fría marcaron la primera jornada de 2023 en que los habaneros pueden asegurar que algo de invierno les ha tocado ya vivir este año. En la avenida del Malecón, los vehículos siguen circulando en algunos tramos , hacia la zona más cercana a la calle Paseo; en cambio, en El Vedado, la entrada del mar ha obligado a cerrar el tráfico.
"El agua está avanzando rápidamente", se queja un vecino de la zona. El hombre tuvo que apurar el paso porque "está muy fría" y ya comienza a tapar la acera y a arrastrar los dos contenedores de basura próximos a su casa. La inundación es una pésima noticia para quienes llevan horas aguardando en un comercio cercano para comprar las salchichas y el picadillo que llegaron después de semanas de espera.
La Habana gris, con viento y temperaturas por debajo de los 20 grados Celsius, es mucho menos fotografiada y descrita que cuando tiene ese cielo azul y el mar como un plato que tanto reproducen las pinturas que se venden a los turistas y la publicidad de las agencias de viajes. De los frentes fríos, si acaso se inmortalizan las olas que superan el muro del Malecón o la arremetida del mar contra el faro del Morro, pero rara vez la opacidad que adquiere una ciudad a la que los frentes fríos le apagan los colores.
Las grietas en las paredes se ven más profundas, los huecos en las calles más insondables y la gente más empequeñecida metida en abrigos de varias tallas más grandes o en chaquetas raídas. Cuando los termómetros caen, la ciudad adquiere cierta sinceridad, porque sin el maquillaje del sol emergen todas sus sombras.
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