La Habana se prepara para la posibilidad de no tener "una relación respetuosa" con EE UU
En una entrevista con el diario español 'El País', Carlos Fernández de Cossío lamenta que la política de la Casa Blanca siga siendo la "diseñada" por la Administración de Trump
Madrid/El Gobierno cubano está frustrado. Han cambiado muchas cosas en los cien primeros días desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, pero hacia la Isla nada se ha movido y empiezan a perder la esperanza, según se advierte en una entrevista del responsable para Estados Unidos de la Cancillería, Carlos Fernández de Cossío, publicada este jueves por el diario españolEl País.
"Debe suponerse que es posible lograr una relación respetuosa, aun reconociendo la existencia de contradicciones. Pero debemos estar conscientes de que tal vez resulte muy difícil alcanzarla y que no se pueda contar con ella. Nos preparamos para ese eventual escenario", admite el funcionario.
En la conversación, que no toca en ningún momento la situación de los derechos humanos o la preocupante condición de Luis Manuel Otero Alcántara, Cossío se lamenta de que no haya señales de que se vaya a retomar la política de acercamiento que intentó Barack Obama desde 2014 hasta su salida y de que la actual Administración no haya levantado ninguna de las 240 medidas adoptadas por el expresidente Donald Trump.
"En la práctica, la actual política de Estados Unidos hacia Cuba es la que diseñaron el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, y su exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton"
"En la práctica, la actual política de Estados Unidos hacia Cuba es la que diseñaron el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, y su exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton", deplora Fernández de Cossío.
La Plaza de la Revolución asumió, durante la campaña electoral en EE UU, que el demócrata, que fue vicepresidente de Obama, daría un importante giro a la política de Trump.
Tanto Biden como Kamala Harris se comprometieron antes de los comicios a revisar algunas medidas del anterior Gobierno, como levantar las restricciones a los viajes o las remesas, pero también advirtieron que el embargo es una ley que se va a mantener y que Washington seguiría haciendo las mismas exigencias en materia de derechos humanos que sus predecesores.
Pese a eso, La Habana se creó unas expectativas que no se han materializado. Al contrario, la Casa Blanca no ha dejado de decir que Cuba no es una prioridad e, incluso, un asesor del presidente dijo que Biden es consciente de los errores que se produjeron en la política de Obama y no quiere repetirlos.
"El Gobierno de EE UU no ha dado señal alguna de un futuro acercamiento, dice el funcionario cuando se le pregunta si es posible que haya negociaciones discretas, lejos de los focos, como las que precedieron al anuncio de la recuperación de las relaciones en diciembre de 2014.
Para el diplomático, resulta curioso que haya un "ensañamiento tan constante" si Cuba no es una prioridad para la Administración estadounidense y denuncia "que exista una ley extraterritorial tan abarcadora como la Helms-Burton que le genera a EE UU conflictos con terceros países, que aísla y desprestigia a su política exterior cada año en la ONU".
En los últimos años, y con la crisis galopante, el régimen cubano ha llamado a los emigrados a invertir en la Isla, especialmente en pequeños negocios. Una pequeña liberalización casi forzosa que Fernández de Cossío vende como un gran y generoso avance.
"A pesar de la compleja historia, de la animadversión de poderosos grupos dentro de esa emigración, hemos avanzado en el propósito de tender puentes y nos proponemos avanzar más. Queremos un vínculo cada vez más cercano. [Ahora] se les invita a participar en la solución de las dificultades económicas del país y en su desarrollo, con inversiones, por ejemplo, algo impensable hace años".
Durante la entrevista, el diplomático alude numerosas veces al daño causado por el embargo, el impacto en la vida diaria de los cubanos y cómo un cambio eliminaría "limitaciones extraordinarias en el empeño de actualizar y modernizar el modelo económico".
"Nos daría mayor flexibilidad, oportunidad para descentralizar más los recursos y las decisiones, algo muy difícil bajo los efectos de una guerra económica"
"Nos daría mayor flexibilidad, oportunidad para descentralizar más los recursos y las decisiones, algo muy difícil bajo los efectos de una guerra económica", señala sin mencionar en ningún momento el intercambio comercial entre ambos países que, pese a todo, se mantiene a buen ritmo. Este enero las exportaciones estadounidenses de alimentos y productos agrícolas a Cuba aumentaron un 41,7% respecto al mismo período del año anterior.
¿Cuba estaría dispuesta a dar pasos para promover el acercamiento entre ambos países?, pregunta el entrevistador. Pero Fernández de Cossío señala que la política hostil de EE UU es unilateral. "Desearíamos que nos dejen en paz, que nos permitan construir nuestro propio futuro y asumir las consecuencias de nuestras propias decisiones. Cuba no es una amenaza para EE UU en ninguna circunstancia", alega.
Según el funcionario, la Isla ha estado siempre dispuestas a "construir una relación de respeto a pesar de las diferencias, de cooperar en temas de interés común (menciona la emigración) y de tratar de avanzar hacia una relación pacífica" pero, lamenta, no encuentra receptividad.
"La historia demuestra que siempre han existido y existirán en EE UU poderosos grupos incapaces de aceptar la plena independencia de Cuba, y que nuestro empeño en defender ese derecho es firme e irrenunciable".
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