APOYO
Para ayudar a 14ymedio

La hambruna ha llegado al zoológico de Manzanillo

Los dos leones, Gerardo y Karen, están desnutridos y se les ve el esqueleto por debajo del pelaje

“El horario de alimentación de los leones es casi un secreto militar”, advierte un veterinario cercano a la administración del zoológico / 14ymedio
Juan Matos

19 de mayo 2024 - 15:31

Manzanillo/Para alimentar a cada león del Parque Zoológico Bartolomé Masó, en Manzanillo, hacen falta unos 10 kilos diarios de carne, huesos, vísceras, pescado, pollo y “desperdicios cárnicos”, según sus cuidadores. Privados de esa dieta –difícil de mantener hace varios años e imposible ahora–, ambos felinos han perdido una cantidad importante de peso. Desnutridos y sin energía, se pasan el día acurrucados en un rincón de su hábitat. 

“El horario de alimentación de los leones es casi un secreto militar”, advierte a 14ymedio Enrique, un veterinario cercano a la administración del zoológico. Los leones son dos, padre e hijo: Gerardo, de nueve años, que vino de Kenia, y otro macho, Karen, que nació en 2019 tras una cesárea a su madre, muerta poco después. El cachorro creció sin complicaciones, y en 2023, se ufanaban los directivos del lugar, era más alto y pesado que Gerardo. 

El año pasado, cuando un equipo de Radio Granma fotografió a Karen, tenía la melena rojiza y no se le marcaban, como ahora, las costillas. “No están comiendo igual”, lamenta Enrique, que ignora cuán grave ha sido la disminución. “Los cuidadores tienen indicaciones precisas para no divulgar nada sobre la alimentación de los dos leones”. Según el veterinario, se cuidan mucho de que, en el momento de darles la comida, nadie tire fotos ni esté grabando.  

El cachorro creció sin complicaciones, y en 2023, se ufanaban los directivos del lugar, era más alto y pesado que Gerardo, su padre / 14ymedio

La emisora oficialista, en su momento, sí pudo entrar en la nevera que guardaba hace un año, colgados en varios ganchos, los esqueletos de res que el Estado destinaba a ambos felinos. Ante la imposibilidad de conseguir todos los días la cantidad necesaria de proteína, viajaban –según Caridad Jorge, directora del zoológico– a localidades cercanas como Pilón, San Pablo de Yao y El Cristo. “Diariamente se les garantiza”, alegaba entonces Jorge. 

Permanecían separados, pues el más joven disputaba el territorio a su padre, zarpazos y mordidas mediante. Ahora, Gerardo intenta dormir bajo la sombra de un árbol en su hábitat mientras Karen prefiere quedarse en su celda, también protegiéndose del sol. El padre está en una condición más crítica. Se le nota el esqueleto por debajo del pelaje, que ha perdido color, mientras que el hijo se arrincona contra los barrotes. 

“Los visitantes son los primeros en darse cuenta de lo mal que están los animales”, explica Enrique / 14ymedio

“La dieta de un león debe ser rica en proteínas y grasas”, detalla Enrique, que alerta sobre las consecuencias de que se posponga una solución para ambos animales. Necesitan, dice, “carne fresca de animales de caza, pollo o conejo, además de huesos carnosos y vísceras”. De lo contrario, la desnutrición tendrá resultados más graves y acabará con la muerte de los leones.  

“Los visitantes son los primeros en darse cuenta de lo mal que están los animales”, explica Enrique, quien aclara que, si bien los leones llevan la peor parte, no son los únicos que sufren la falta de recursos para mantenerlos. Un paseo por las instalaciones revela que la precariedad es lo único que se reparte equitativamente en el zoológico. 

Las iguanas, sin distinguirse apenas de los pedruscos que “decoran” su foso, también tratan de escapar del inclemente sol del oriente cubano / 14ymedio

Las iguanas, sin distinguirse apenas de los pedruscos que “decoran” su foso, también tratan de escapar del inclemente sol del oriente cubano. Tienen la piel reseca y esquivan el estanque, turbio y lleno de hojarasca. Quedan muy pocas palomas, todas enjauladas. El mono mocho –introducido en Cuba en los años 80 y que se caracteriza por su cara roja–, tiene el hocico de un rosado poco saludable y baja la cabeza. 

“Aquí no hay dinero para comprar el alimento de todos los animales”, argumenta Sebastián, empleado del zoológico desde hace varios años. “La Empresa Cárnica no puede dar suficiente carne para los leones, por eso están tan flacos”.

Al parque llega solamente un cargamento esporádico de huesos, lo único que la estatal tiene para vender. “Solo podemos darles dos comidas diarias y a veces solo alcanza para una”. En opinión de Sebastián, los leones “están mejorando”. Hace unos meses, admite, estaban incluso peor, aunque no ha dejado de vérseles el costillar bajo la piel. 

No es infrecuente que los que quedan se escapen, como ocurrió este miércoles con uno de los monos del zoológico / 14ymedio

La situación no es privativa de Manzanillo. En diciembre de 2022, cuando 14ymediovisitó el zoológico de Caibarién, en Villa Clara, constató el pésimo estado de las jaulas. Para ese momento, las presiones de grupos animalistas habían logrado que varios ejemplares valiosos fueran trasladados a Santa Clara. 

No es infrecuente que los que quedan se escapen, como ocurrió este miércoles con uno de los monos del zoológico. La captura del animal –que robaba alimentos en las casas de Caibarién– movilizó a todo el pueblo y dejó imágenes hilarantes que, no obstante, dan la medida de las condiciones en que viven los animales. Después de varios meses pasando hambre y con una crisis de anemia, también los leones de Caibarién fueron llevados, hace años, a la cabecera provincial. 

Los “primos” de Gerardo y Karen en Kenia llegan a pesar 250 kilogramos. Son animales rápidos y enérgicos, y se saben alimentar. Más mendigos que reyes de la selva, es evidente que ninguno de los dos felinos de Manzanillo se acerca, ni remotamente, al peso o el porte de sus parientes africanos.

10 Comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último