"Eso está hecho leña, el Habana Libre entero"

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Antaño, era un privilegio poder entrar a la Galería Comercial del hotel, ubicada en la céntrica esquina de 23 y L en El Vedado

Productos viejos, poca variedad, tiendas oscuras o cerradas directamente, como el local de la firma italiana Fariani.
Productos viejos, poca variedad, tiendas oscuras o cerradas directamente, como el local de la firma italiana Fariani. / 14ymedio
José Lassa

13 de enero 2025 - 22:15

La Habana/A pocos metros de la polémica Torre K, a punto de inaugurarse como hotel de lujo luego de una inversión millonaria, el histórico Habana Libre sigue mostrando rasgos de su decadencia.

Antaño, era un privilegio poder entrar a la Galería Comercial del hotel, ubicada en la céntrica esquina de 23 y L en El Vedado. Boutiques de marcas famosas, iluminadas, pisos pulidos. La actualidad es bien diferente. Productos viejos, poca variedad, tiendas oscuras o cerradas directamente, como el local de la firma italiana Fariani, uno de los que no está funcionando. Los clientes deben sortear los cubos y cartones colocados en el suelo para atrapar la filtración. El falso techo se ha caído en varios puntos y deja ver las tuberías y los cables eléctricos.

Donde antes estuvo una de las farmacias internacionales mejor surtidas de la Isla, ahora apenas queda un local con unas pocas ofertas del que sale cierto tufo a humedad. Parecen parte de un pasado remoto aquellos días en que las madres viajaban desde provincia a comprar en el lugar, en pesos convertibles o dólares, la emulsión de Scott, rica en aceite de hígado de bacalao, para sus hijos pequeños; las familias conseguían los pañales para adultos o se podían adquirir analgésicos y antibióticos de un amplio espectro.

Exterior del hotel Habana Libre, en El Vedado de la capital.
Exterior del hotel Habana Libre, en El Vedado de la capital. / 14ymedio

Los guardias de seguridad, de impecable camisa blanca de mangas largas que merodeaban a la entrada y dentro de la galería también han desaparecido, ni hablar de los cientos de curiosos que cada día caminaban por sus pasillos más para mirar los exclusivos modelos de ropa que se mostraban en sus vidrieras que por la real capacidad económica de comprar algo. Había hasta quienes entraban por la puerta que da a la calle 25, recorrían todo el interior de surtidas tiendas y luego seguían la ruta por los comercios que tiene su acceso por la calle L, donde mismo se ofertaban rones que perfumes o paquetes de café cubano.

"Eso está hecho leña, el hotel entero", cuenta un trabajador de manera anónima a 14ymedio. "Desde hace años está así". El empleado prosigue: "Eso lo administra un español (Tryp Meliá) pero eso allá dentro es un relajo. Los trabajadores no se interesan por nada, todo el mundo está para lo suyo, buscando, hasta que ya no dé más y todo se joda. Fíjate que la tienda está vacía".

Pocos huéspedes del emblemático alojamiento se aventuran hasta la galería, las fotos de las guías para turismo se quedan apenas en la fachada del coloso y en la publicidad para atraer viajeros se sigue promoviendo el Habana Libre como un lugar céntrico, con una larga historia y donde se han quedado innumerables famosos. Sin embargo, el titán de El Vedado tiene los pies de barro. Basta recorrer las tiendas en sus bajos para cuestionar desde la salubridad de sus espacios hasta la seguridad de su estructura.

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