El hombre de la bandera pide la ayuda de Mogherini

La Habana/Daniel Llorente, el hombre de la bandera, ha pedido a Federica Mogherini que no olvide su caso porque muestra "la falta de libertades políticas en Cuba". El activista que enarboló la enseña de Estados Unidos en el desfile del pasado 1 de mayo lleva ocho meses detenido y siete en un hospital psiquiátrico.

Con la llegada a la Isla de la representante para la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea (UE), Llorente exige que se haga justicia y sea liberado cuanto antes, según contó en conversación telefónica con 14ymedio.

La jefa de la diplomacia europea arribó este miércoles a La Habana en su primer viaje desde la firma del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre el bloque comunitario y la Isla, que entró en vigor el pasado 1 de noviembre.

"Quería expresarle a Mogherini que estoy aquí secuestrado por órdenes de Raúl Castro", precisa el activista, quien está recluido en el Hospital Psiquiátrico Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordaz Ducungede, conocido popularmente como Mazorra.

"Estoy agradecido que ella haya venido a nuestro país y le agradezco a la Unión Europea su interés por acercarse a Cuba, pero siempre velando por que se cumplan los derechos humanos", agregó.

"Le estoy solicitando además que valore mi caso para que se haga justicia, porque se están violando mis derechos sociales y políticos", puntualizó Llorente quien no ha recibido aún una evaluación médica sobre su caso a pesar de los repetidos reclamos que ha hecho.

Después de varias denuncias en los medios independientes, el hombre de la bandera apela a Mogherini para que haga "alguna gestión" que permita que "esta situación termine, porque ya son ocho meses de secuestro".

Llorente lamenta que el Gobierno cubano quiera hacer creer al mundo que es un paciente psiquiátrico. "Ningún doctor me ha diagnosticado ni un solo trastorno mental y ningún tribunal ha dictado una sentencia en mi contra".

Después de ocho meses privado de libertad Daniel Llorente Miranda ha llegado a la conclusión de que los hilos de su caso se manejan desde las altas esferas del Gobierno.

"Acuso a Raúl Castro Ruz por secuestro y abuso de poder sobre mi persona, de estar hospitalizado estaría recibiendo tratamiento médico y no es así". Agrega que si estuviera preso por un delito, entonces "tendría una causa", pero tampoco le han levantado cargos formales ni presentado un número de expediente.

Conocido como el "hombre de la bandera" Daniel Llorente se ha destacado por el activismo que desplegó en solitario tras el deshielo diplomático entre Cuba y Estados Unidos. Su imagen recorrió las redes sociales y las portadas de muchos diarios internacionales cuando enarboló la bandera del país vecino durante el inicio del pasado desfile del Primero de mayo en la Plaza de la Revolución. El diario digital The Washington Free Beacon lo eligió hombre del año 2017.

Durante la intervención pública que lo llevó al encierro y que tuvo lugar a escasos metros de una tribuna con altos representantes del Gobierno, incluido Raúl Castro, y delante de la prensa acreditada en la Isla, el activista pidió a gritos libertad para Cuba. La performance rompió la uniformidad de una coreografía ensayada pero apenas duró unos segundos porque su carrera fue interrumpida por siete agentes de seguridad que se abalanzaron sobre él y lo redujeron por la fuerza.

Desde entonces no ha tocado otra bandera de Estados Unidos que no sea la que lleva tatuada en una de sus manos, y sus represores han logrado mantenerlo alejado del activismo que realizaba en las calles.

Considerado un opositor "por cuenta propia" se caracteriza por aparecer en eventos públicos con la enseña norteamericana para reclamar un mayor acercamiento con el país vecino y democracia para Cuba.

La primera vez que agitó públicamente la bandera de EE UU fue durante la reapertura en La Habana de la embajada de ese país en 2015. Al año siguiente volvió a hacerlo en el contexto de la visita a Cuba del presidente estadounidense, Barack Obama. Más adelante fue detenido durante varias horas después de recibir con su bandera al primer crucero que llegaba desde EE UU después de medio siglo.

Desde su último arresto, que ocurrió el mismo día del incidente en la Plaza de la Revolución, Llorente no ha salido ni un solo día a la calle. Pasó las primeras semanas de su encierro en la prisión de 100 y Aldabó pero a finales de mayo fue trasladado al Hospital Psiquiátrico.

Desde allí hizo una huelga de hambre, envió varias cartas y concedió entrevistas a diversos medios independientes para denunciar un encierro que ha calificado de "injusto" ya que en su caso no ha mediado la decisión de un tribunal que justifique la "medida de seguridad postdelictiva" que le están aplicando.

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