La hoz y la copa
Fundado por un cubano que estudió en el extinto país de los soviets, el local combina junto a los tragos de vodka y el menú ruso, una iconografía que por momentos mueve a la risa
La Habana/Mientras la palabra “comunismo” sale de la Constitución por la puerta trasera, en Cuba la nostalgia soviética alimenta negocios de todo tipo. En las cercanías de la Plaza de Armas de La Habana varios ancianos ofrecen viejas medallas entregadas en la Unión Soviética y pequeñas réplicas de bustos de Lenin que alguna vez adornaron las oficinas de los funcionarios oficiales.
En la avenida del Malecón un restaurante privado se ha convertido en sitio de peregrinación obligado para quienes quieren recordar los años en que el oso ruso abrazaba con fuerza a la Isla. La paladar Nazdarovie se ha propuesto ofrecer a los clientes la experiencia de un viaje en el tiempo, con sus paredes decoradas con matrioshkas, sonrientes obreros del extinto campo socialista y koljosianos de mirada optimista.Fundado por un cubano que estudió en el extinto país de los soviets, el local combina junto a los tragos de vodka y el menú ruso, una iconografía que por momentos mueve a la risa. Como la simpática mezcla de la hoz con una copa de vino, que sustituye el emblema del proletariado mundial, el martillo, por otro más hedonista y divertido.
En la amplia terraza, con el mar justo al frente, una bandera roja ondea para satisfacción de los utópicos y gracia de los transeúntes. Algunos llegan a hacerse la foto junto a ella, como un reducto del sistema comunista que una vez se pretendió construir en Cuba y que acabó vencido ante los imperativos del mercado, la divisa extranjera y el turismo de los nostálgicos ideológicos.
___________________________________________________________________________
El equipo de 14ymedio está comprometido con hacer un periodismo serio que refleje la realidad de la Cuba profunda. Gracias por acompañarnos en este largo camino. Te invitamos a que continúes apoyándonos, pero esta vez haciéndote miembro de 14ymedio. Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba.