"Las huelgas de hambre fueron el único recurso que me dejaron para reclamar"
El opositor Pedro Albert, excarcelado tras once días de protesta, conversa con '14ymedio'
La Habana/El activista Pedro Albert Sánchez fue excarcelado el pasado jueves de la prisión 1580, en San Miguel del Padrón, La Habana, tras pasar once días en huelga de hambre. Este martes, el disidente debe asistir a la Fiscalía de Guanabacoa para conocer su situación legal, pero la alerta ciclónica podría postergar el trámite. Previo a la cita, conversa con 14ymedio sobre su tiempo en prisión y sus proyectos más inmediatos.
"Las huelgas de hambre fueron el único recurso que me dejaron para reclamar", advierte Albert Sánchez sobre los sucesivos ayunos que ha hecho a lo largo de años y específicamente sobre el que inició el pasado 20 de octubre mientras estaba en prisión. "Es la única herramienta que me ha dejado la Seguridad del Estado y con ella he defendido el derecho que tengo a existir".
Tras más de diez días sin probar alimentos, el opositor fue excarcelado el 31 de octubre sin que las autoridades del penal le precisaran su situación actual. Este martes, el activista debe conocer más detalles sobre el estatus de su condena de cinco años de privación de libertad por participar en las protestas populares del 11 de julio de 2021 (11J). De darse la cita, en medio de las condiciones climatológicas por la cercanía del huracán Rafael, en el lugar podrían estarlo esperando agentes de la Seguridad del Estado (SE).
"Nunca he admitido ningún tipo de interrogatorio" con la policía política, aclara el profesor
"Nunca he admitido ningún tipo de interrogatorio" con la policía política, aclara el profesor que reconoce, no obstante, su disposición a hablar “con cualquiera sobre la situación que atraviesa Cuba” y las posibles soluciones de cara al futuro. "En cuanto a las amenazas, las advertencias o las promesas" sabe que muchas veces esos ofrecimientos de los agentes de la SE están “cargados de veneno”.
Su paso por la prisión, inicialmente de un año en la cárcel de Valle Grande y posteriormente de once meses en la 1580, ambas en La Habana, han sido “una verdadera escuela para conocer Cuba, mejor que si mirara la televisión o leyera la prensa todos los días”. El contacto con los reclusos, algunos encerrados por causas políticas y la mayoría por delitos comunes, han moldeado la mirada que Albert Sánchez tiene sobre la Isla.
"Estuve un año en Valle Grande y vi mi país desde la prisión, ya lo había visto desde el aula como alumno, como maestro, como padre de mis hijos y como cuadro docente", describe. "Desde la cárcel 1580 he visto a Cuba desde un lugar increíblemente informativo, allí llegan hijos de todas las casas y yo estaba en el área de ingreso donde entran los presos y pasan diez días o más hasta que los llevan a las galeras o a los campamentos".
"He compartido con malversadores, carteristas, playeros, especializados en robar en la playa, otros que roban motos. He compartido con lo mejorcito y lo peorcito de cada casa", detalló. "He visto el derrumbe total de este régimen desde las galeras, he vivido el país y he sentido el cambio del país desde el contacto con los presos. Allí he pasado un seminario de sociología".
En diciembre del pasado año, Albert Sánchez fue devuelto a la prisión luego de que el Tribunal de Ejecución de La Habana revocó su sanción de libertad limitada que le permitía cumplir, fuera de un centro penitenciario, su condena de cinco años de privación por manifestarse el 11J.
El opositor, paciente de cáncer de próstata, había sido detenido en noviembre de 2023 en La Habana cuando trataba de entregar una carta dirigida a Eamon Gilmore, Alto Representante para los Derechos Humanos de la Unión Europea (UE), quien estaba en ese momento de visita en Cuba. Tras su arresto fue trasladado al Centro de Detención conocido como el Vivac de Calabazar.
Los encontronazos del activista con el régimen cubano tienen larga data. En octubre de 2022, tras salir de la prisión de Valle Grande, describió parte de su periplo: "Desde 2007 estoy preocupado por el círculo cerrado, análogo a un círculo vicioso, donde la economía decrece, las inconformidades y las protestas crecen, crece la represión. Al crecer la represión, tiene que crecer la infraestructura logística para implementarla y para justificarla. Eso implica que tiene que alimentarse de esa economía, y se repite el ciclo".