El huevo, en busca y captura
Las autoridades atribuyen las deficiencias de la producción avícola a los daños del huracán Irma en septiembre de 2017 y de la tormenta subtropical Alberto en mayo de 2018
La Habana/En el refrigerador de Norma y Francisco quedan solo cuatro huevos. Para gestionar el déficit que afecta todo el país y evitar disputas en el hogar, los jubilados han escrito sobre la cáscara la inicial de cada miembro de la familia.
Al finalizar el pasado año, las autoridades atribuyeron las deficiencias de la producción avícola a los daños del huracán Irma en septiembre de 2017 y de la tormenta subtropical Alberto en mayo de 2018. En La Habana, de los 28 millones de huevos que se consumen cada mes, en diciembre solo llegaron 5 millones a los mercados, según la prensa oficial.
Este déficit coincidió con la falta de harina en las tiendas, lo que provocó una caída de la producción de dulces en los sectores estatal y privado. Con el paso de las semanas el abastecimiento de harina se ha recuperado levemente, pero la falta de huevo no se alivia.
Los cubanos reciben cinco huevos mensuales por el mercado racionado a un precio de 0,15 CUP cada uno y tienen derecho a cinco más por 0,90 CUP la unidad. En la venta liberada el huevo cuesta 1 CUP, pero hace más de un mes que no se consigue.
"Este mes no han llegado los huevos a la libreta y quienes conservan alguno es porque lo guardaron desde diciembre", confirma a 14ymedio Pascual, empleado de un depósito de huevos perteneciente al Ministerio del Comercio Interior. "Ahora mismo estamos esperando porque lleguen, pero no han llegado", comenta.
Al deterioro de la infraestructura avícola se le suma el problema con los alimentos para las gallinas ponedoras
Al deterioro de la infraestructura avícola se le suma el problema con los alimentos para las gallinas ponedoras. "No nos ha llegado pienso y estamos inventando con el poco que nos queda, tratando de estirarlo o vendiendo las gallinas como pollos para el consumo", lamenta un empleado de una granja estatal cercana a la comunidad de Las Terrazas, en Artemisa.
El huevo en polvo, un producto que hace un par de años comenzó a entrar al país como sustituto de las posturas frescas, también ha desaparecido de las ofertas. El kilogramo de este producto se comercializaba en 65 CUP y provenía fundamentalmente de Brasil.
Pero en diciembre pasado se dio a conocer que el Gobierno de esa nación había detenido las exportaciones a Cuba y congelado el crédito, porque de la cuota de 10 millones de dólares que la Isla debía pagar en junio solo abonó 4 millones. Esta medida ya se ha traducido en una disminución de productos brasileños en los mercados nacionales.
"Con el huracán Irma perdimos el techo, pero poco a poco lo fuimos colocando de nuevo, lo que ahora mismo está impidiendo que estabilicemos la producción es la falta de alimento para las aves", lamenta el trabajador de Artemisa. "Hemos tenido que sacrificar muchas gallinas por falta de comida y recuperar eso lleva tiempo".
Las granjas avícolas, todas de gestión estatal, se rigen por el tradicional concepto de mantener el ave enjaulada. Una práctica intensiva que en América Latina está siendo sustituida poco a poco por otra en que se tiene en cuenta el bienestar de los animales y no se les confina dentro de un pequeño espacio.
El llamado "huevo de gallina feliz" solo se halla en Cuba en las producciones domésticas que se realizan en los patios de las casas o pequeñas fincas, pero todo el producto que se comercializa en la red estatal proviene de gallinas enjauladas.
"Cuando se nos dañan las jaulas o el techo de las naves no podemos seguir produciendo", cuenta otro empleado de una granja en San Antonio de los Baños. "Esto es muy frágil y cuando el viento sopla un poco fuerte siempre tenemos afectaciones pero también cuando hay mucho calor porque el interior de las naves se calienta bastante y se nos mueren muchos animales".
Las investigadoras Nadia Báez Quiñones y Onailis Oramas Santos, del Instituto de Ciencia Animal y la Facultad de Economía de Universidad de la Habana, respectivamente, enumeraron en un estudio los problemas del sector. El déficit de incubadoras, el deterioro de los equipos de refrigeración, las deficiencias en el tratamiento de los residuos y las constantes roturas en las bombas de agua son algunos de ellos.
Las especialistas aseguran que, si se hace una inversión para acondicionar las granjas dañadas y modernizar su producción, podría llegarse a aumentar el suministro a la población a 39 huevos mensuales por habitante
Las especialistas aseguran que, si se hace una inversión para acondicionar las granjas dañadas y modernizar su producción, podría llegarse a aumentar el suministro a la población a 39 huevos mensuales por habitante, en lugar de 10 que pueden adquirir actualmente por el mercado racionado.
Pero algunos productores, como Ramón Luaces, de 72 años y con más de tres décadas trabajando con ponedoras, dicen que se necesita más que recursos e inversiones. "Hay que retomar la producción a menor escala también y motivar a los campesinos para que produzcan huevos", asegura a este diario.
"El productor privado de huevos prefiere venderlos en el mercado negro porque no tiene una motivación material para vender al Estado", explica Luaces. "Si nos dejaran vender directamente a la población y a los hoteles otro gallo cantaría".
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