El huracán Rafael impactará en Cuba con categoría 3 o más
En el occidente de la Isla, zona de mayor afectación del ciclón, hay municipios en apagón desde hace 24 horas
La Habana/Rafael será un “huracán mayor” y producirá una “marejada ciclónica” –con olas de hasta cuatro metros por encima de lo habitual– e inundaciones en Cuba, donde impactará en tan solo unas horas. Según el último parte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), de las 13:00 horas, el sistema presenta vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora, por lo que ya se considera de categoría 3 en la escala Saffir-Simpson (el máximo es 5). El organismo estadounidense, sin embargo, alerta de que puede fortalecerse y aumentar su potencia.
Rafael se encuentra a 65 kilómetros al noreste de la Isla de la Juventud, en el oeste de Cuba, y a 135 kilómetros al sur de La Habana. El ciclón se desplaza hacia el noroeste a 22 kilómetros por hora y se espera que toque tierra en el occidente cubano en el transcurso de este miércoles.
A este panorama, de por sí angustiante, se suma el enorme déficit energético que hará que gran parte de la Isla se encuentre en apagón al paso del ciclón. En Pinar del Río, por ejemplo, llevan más de 24 horas sin luz, y familiares de residentes de la zona temen que se repita lo mismo que en San Antonio del Sur e Imías (Guantánamo) con Oscar, cuando la gente no se enteró de la gravedad del huracán que se les venía.
"No sabemos a qué tenerle más miedo, si a la oscuridad o al huracán"
Otro de los lugares en los que se prevé que afecte más Rafael, Artemisa, también tiene municipios con corte eléctrico desde ayer martes. “No sabemos a qué tenerle más miedo, si a la oscuridad o al huracán”, escribía una vecina a este diario antes de quedarse sin batería en el móvil.
La afectación de este martes, según la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), acabó siendo de 1.750 megavatios (MW), muy por encima del primer pronóstico, y es de prever que ocurra lo mismo este miércoles. Según el parte diario de la UNE, se espera para la hora pico de hoy un déficit de 1.284 MW (con una demanda de 2.900 MW y una disponibilidad de 1.616 MW), y una afectación de 1.354 MW en ese mismo horario, de máxima demanda.
“Durante la madrugada se han reportado numerosas lluvias, chubascos y tormentas eléctricas en las regiones oriental y central, las que se incrementarán en el día de hoy en el occidente de Cuba. Estas precipitaciones se mantendrán durante las próximas 24 horas, serán fuertes e intensas, con acumulados entre los 100 y 200 milímetros, que pudieran ser superiores en algunas localidades”, dice el Instituto de Meteorología cubano (Insmet) en su comunicado más reciente.
Habrá “fuertes marejadas” en la costa sur del país y se esperan inundaciones, entre moderadas y fuertes, en Sancti Spíritus, Cienfuegos, Matanzas, Mayabeque, Artemisa y Pinar del Río, así como en la Isla de la Juventud y el archipiélago de los Canarreos.
Estas provincias, junto a Villa Clara y La Habana –sin costas al sur–, fueron declaradas en fase de “alarma ciclónica” este martes por el Estado Mayor de la Defensa Civil. Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas, Camagüey y Ciego de Ávila se mantienen en fase informativa.
En su cobertura del fenómeno, Granma advertía a los cubanos de que “un huracán de categoría 2 puede causar graves daños en los techos de casas de buena estructura, partir o arrancar árboles poco arraigados, bloqueando numerosas calles, y dejar sin electricidad algunas zonas”.
"Nos dijeron que teníamos que evacuar por nuestra cuenta, pero nosotros ya casi no tenemos familia aquí en La Habana, los que no se han ido se han muerto"
Para Lourdes, de 64 años, residente en la calle Obrapía y cerca del Parque Central de La Habana las últimas horas han sido de angustia dado el mal estado de su vivienda ubicada en el tercer piso de un edificio de inicios del siglo XX y que ha sufrido varios derrumbes parciales. “Nos dijeron que teníamos que evacuar por nuestra cuenta, pero nosotros ya casi no tenemos familia aquí en La Habana, los que no se han ido se han muerto”.
Madre de dos hijos y abuela de tres nietos, Lourdes recurrió a una prima residente en Miami para que le dé las llaves de su apartamento en el Cerro para quedarse, pero la gestión fue infructuosa. “No quiere meter a nadie en la casa porque me dice que si se derrumba nuestra vivienda después nos vamos a quedar ahí, así que estamos haciendo gestiones con unos vecinos para quedarnos al menos esta noche con ellos”.
Cerca de la casa de Lourdes hay numerosas viviendas cerradas por la emigración de sus dueños, algunas hasta hace unos pocos años eran prósperos hostales de renta para turistas pero ahora solo recibe, de vez en cuando, la visita de algún cuidador que los propietarios pagan desde el extranjero y que vela por que nadie irrumpa en la casa o se robe las cosas de valor que contiene.
En el municipio de Plaza de la Revolución, uno de los más céntricos de la capital, hay barriadas donde el agua no llega desde la pasada semana. El Vedado, corazón cultural y sede de numerosos ministerios, es una de las zonas más golpeadas con el deterioro hidráulico. En el área baja, donde se esperan inundaciones costeras provocadas por Rafael, los vecinos llevan más de 72 horas sin suministro de agua.
“No se puede entender esto de que si es muy probable que no tengamos electricidad en varios días cuando llegue el ciclón, no hayan bombeado agua para esta parte de la ciudad durante todo el fin de semana ni este lunes. No hemos podido almacenar nada”, lamenta Gladys, una vecina de las cercanías de las calles 3 y 2, a muy a escasos metros del Malecón habanero.
"No se puede entender esto de que si es muy probable que no tengamos electricidad en varios días cuando llegue el ciclón"
En Santos Suárez, La Lisa, Marianao y partes de Diez de Octubre se repite el escenario. “Tenemos niños pequeños, los tanques de la azotea vacíos. Hasta cuándo es la falta de respeto, es inhumano lo que nos hacen, hay que vivir en estrés permanente cuándo no es una cosa es otra”, se quejaba amargamente una internauta en la página de Facebook de la estatal Aguas de La Habana, una empresa que se ha convertido, junto a la Unión Eléctrica, en la diana del malestar popular.
Por otra parte, la mayoría de los sitios digitales que venden alimentos para entregar en la Isla han echado el cierre desde este martes. Ricardo, de 79 años, fue uno de los últimos beneficiados con una entrega de comida que hizo la pasada noche el portal Supermarket. “Mi hija en Madrid me compró el paquete a las tres de la madrugada hora de aquí y así fue como me salvé porque poco después pusieron un cartel en la página web de que no aceptaban más pedidos”.
Galletas saladas, sopas instantáneas, leche en polvo y pan fueron algunos de los productos que llegaron a manos de Ricardo en medio de una jornada de ajetreo. Esas mismas mercancías fueron las de mayor demanda en los locales de las pymes durante toda la jornada, según confirma a este diario la empleada de una tienda particular ubicada a escasos metros de la esquina de Infanta y San Lázaro en Centro Habana.
“Vendimos mucho, especialmente alimentos que no llevan refrigeración porque la gente teme que haya un apagón de días, como ocurrió el mes pasado y se le eche a perder la comida que necesita congelación”, detalla. Los precios, sin embargo, eran de espanto: 400 pesos por una lata de leche condensada, 750 por un litro de aceite y 450 el kilogramo de harina. El azúcar, cuando se encuentra, supera los 550.
A las 4:00 am de este miércoles, la prensa oficial resumió los acuerdos tomados por el Partido Comunista de Pinar del Río –donde se espera el mayor impacto– e informó de que los municipios de La Palma y Bahía Honda iban a sufrir con mucha probabilidad la salida del huracán del territorio cubano.
En la provincia hubo poblaciones enteras evacuadas –como la localidad de Sanguily–, y otras en las que se advirtió el riesgo que corren, en especial en Los Palacios, porque “tienden a incomunicarse” cuando ocurre un desastre. “Existen 68 centros para la evacuación de la población. Unas 5.928 personas están en casas de familiares y amigos. De ellos se encuentran en centros de evacuación 55 en Los Palacios y 12 en Mantua”, añadieron.
En la provincia hay 18 turistas que “deben salir este miércoles” si el ciclón lo permite, y los que se encontraban en el hotel María La Gorda fueron evacuados al hotel Vueltabajo
Los embalses de la provincia están al 94% de llenado por las lluvias, pero el limitado abasto de agua sigue siendo una preocupación ante la llegada de Rafael. Las autoridades distribuyeron 200 toneladas de arroz y algunos productos básicos adicionales en todos los municipios, informó Granma. Sin embargo, “se decidió no mover el aceite” por si las lluvias complicaban su traslado.
En la provincia hay 18 turistas que “deben salir este miércoles” si el ciclón lo permite, y los que se encontraban en el hotel María La Gorda fueron evacuados al hotel Vueltabajo. Además, trasladaron a 43 estudiantes extranjeros a un centro de evacuación de la Universidad de Ciencias Médicas.
Rafael es el segundo fenómeno meteorológico de gran intensidad que sufre Cuba en pocas semanas. El pasado 21 de octubre el huracán Oscar –de categoría 1– penetró por la provincia de Guantánamo, la más oriental de Cuba, y después se degradó a tormenta tropical, antes de abandonar el territorio cubano por la provincia de Holguín.
A finales de septiembre y principios de octubre, los huracanes Helene y Milton transitaron cerca de la región occidental de la Isla, donde causaron inundaciones ligeras en localidades costeras, cortes de la electricidad y daños a la agricultura.
Los meteorólogos cubanos previeron que la temporada ciclónica –del 1 de junio hasta el 30 de noviembre– iba a ser “muy activa”. Los eventos de los últimos meses les han dado la razón. Rafael se acerca a la Isla, además, en un momento de grandes tensiones energéticas. Durante la jornada de este lunes varias regiones del país permanecieron hasta 20 horas sin suministro eléctrico, lo que complicó la congelación de los alimentos y la carga de baterías de cara a la llegada del meteoro. En La Habana se suma el problema del abasto de agua que ha sido especialmente inestable en los últimos días.