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La Iglesia cubana denuncia al menos 50 robos en templos católicos desde marzo

Unas 34 parroquias y casas religiosas del país se han visto afectadas por el hurto y el vandalismo

Además de los robos, la Iglesia católica denuncia que es víctima de actos intimidatorios / EWTN
14ymedio

05 de julio 2024 - 19:40

La Habana/En Cuba se han registrado al menos 50 robos en 34 parroquias y casas religiosas, católicas, desde marzo del año pasado, de acuerdo con el canal católico de noticias EWTN. Los ladrones, que no pocas veces vandalizan el local, se han llevado todo tipo de objetos, desde equipos eléctricos como televisores, microondas, laptops, ventiladores y sistemas de audio, hasta lámparas y bombillos con los que se iluminan los templos. 

En el botín, de acuerdo con información revelada por la Arquidiócesis de La Habana, también se contabilizan balas de gas, refrigeradores, animales de finca, fogones, cocinas, lavadoras, ropa de cama, manteles e, incluso, artículos de aseo personal como jabón. También han desaparecido imágenes religiosas, cirios pascuales (velas ceremoniales de grandes dimensiones) y los donativos recolectados durante las celebraciones litúrgicas.

“Hasta el momento no se nos ha avisado de ningún resultado de la investigación”, explicó a EWTN la monja María Cristina Rivas en referencia al robo que sufrió el pasado 1 de marzo la congregación de las Carmelitas Misioneras en Camagüey. Ese día hubo dos robos: uno en su casa comunitaria y otro en la parroquia a la que asisten.

“Rompieron la ventana de la sacristía y por ahí entraron al templo, una vez en el templo, rompieron la alcancía que está cerca de la imagen de Nuestra Señora la Virgen de la Caridad del Cobre. Se llevaron el dinero de las ofrendas de dicha alcancía (...) Al regresar a nuestra casa, nos encontramos con que, en ese tiempo, mientras nosotras estábamos en la parroquia, intentaron también meterse a nuestra casa y nos rompieron una reja de la casa. No pudieron acceder porque llegamos nosotras”, detalló Rivas.

La Habana registra la mayoría de los casos denunciados por la Iglesia

Pero es en La Habana donde se registra la gran mayoría de los casos, según EWTN, y un solo ladrón ha robado, al menos, seis templos de la Arquidiócesis en lo que va del año. El hombre fue atrapado por miembros de la comunidad, el pasado 22 de junio, en la parroquia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, en el municipio de Diez de Octubre.

Sin embargo, la Policía nunca acudió al lugar, así que el párroco no tuvo más remedio que dejarlo ir. Al día siguiente, el mismo ladrón, fue sorprendido intentando robar la iglesia de Santa Rita de Casia, en Playa, donde de nuevo se salió con la suya. Ahora, explica el canal, a los feligreses solo les ha quedado una opción: compartir una fotografía del ladrón en sus grupos de WhatsApp para estar prevenidos contra futuros robos.

Este es el mensaje que la comunidad de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa ha compartido para estar alerta / EWTN

Otros casos se han registrado en lugares importantes para la feligresía católica en Cuba, como la red de Centros de Loyola, de donde sustrajeron una imagen de Santa Lucía, además de algunos equipos eléctricos. También se reportan atracos en la iglesia del Sagrado Corazón y San Ignacio de Loyola, en la iglesia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Santos Suárez o la parroquia de Cristo Redentor.

Muchas de estas denuncias también pueden ser encontradas en redes sociales, como es el caso de un atraco que sufrió la iglesia Sagrado Corazón en la calle Línea, en el barrio capitalino de El Vedado, donde oficia el sacerdote Lester Rafael Zayas Díaz –una de las voces más críticas contra el Gobierno cubano dentro de la Iglesia católica–, quien ironizó: “Otra vez nos visita el ‘hermano ladrón’, esta vez por necesidad de lámparas y bombillos. Es un ladrón que tiene llaves y entra y sale cuando quiere”, denunció en Facebook el pasado 15 de junio.

Los robos no solo son reflejo de la grave crisis económica que atraviesa la Isla y la precariedad a la que conlleva, sino que en muchas ocasiones van de la mano con actos intimidatorios por parte de la Policía política del régimen en contra de sacerdotes que han levantado la voz sobre la situación social.

EWTN pudo documentar algunos de los 'modus operandi' de los atracos, que incluyen puertas forzadas / EWTN

Esta fue una de las denuncias que figuran en el informe de 2023 sobre libertad religiosa internacional elaborado por el Departamento de Estado de EE UU –publicado la semana pasada–, donde se detalla que toda la persecución registrada en la Isla en contra de grupos religiosos sin importar su denominación está, ineludiblemente, relacionada con la disidencia política al régimen.

Dicho acoso incluye el uso de tácticas represivas contra líderes religiosos y activistas que se oponen a la ideología del Partido Comunista mediante arrestos, multas arbitrarias, vigilancia estricta en su vida diaria y, en algunos casos, el exilio. Además de que se les niegan licencias, visas religiosas o libertad de movimiento, y sufren abuso físico y mental. 

“Todos los meses, por los menos una piedra, dos piedras, cinco piedras son lanzadas contra las ventanas de la iglesia a una hora en que los autores no pueden ser vistos”, dijo en entrevista con la agencia de noticias católica Kenny Fernández Delgado, párroco de la iglesia de San Antonio de Padua, en Arroyo Naranjo, ubicada en la Arquidiócesis de La Habana.

El régimen cubano tiene un largo historial de represión a sacerdotes y miembros de la Iglesia católica –laicos o religiosos–, que se intensificó tras las protestas del 11 de julio de 2021 (11J). Tras los arrestos masivos, e incluso durante las manifestaciones, curas como Lester Zayas, Alberto Reyes o José Castor Devesa, que hablaron a favor de los ciudadanos o marcharon junto a ellos, han sido frecuentemente llamados a rendir cuentas a la Seguridad del Estado, acosados o reprendidos por sus superiores por la presión del Gobierno.

Ante la escasez y la crisis económica que atraviesa la Isla, luego de que las iglesias son vandalizadas, no les queda de otra que arreglar los desperfectos con lo que tienen a mano, por lo que es común ver planchas de zinc o acrílico en sustitución de vitrales y ventanas. Así al menos logran evitar que, con las próximas pedradas, los atacantes rompan las imágenes religiosas del templo o que alguien salga herido.

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