Impunidad para los dirigentes cubanos que destruyeron una locomotora patrimonial
La máquina "desapareció" de la terminal de ómnibus de Jatibonico porque "ocupaba espacio y no cumplía ningún objetivo"
La Habana/Pinturas desaparecidas, casonas vandalizadas, libros robados y luego subastados en San Petersburgo o Londres, jarrones de Sèvres que acaban como adorno en casas de dirigentes, periódicos antiguos arruinados por el comején, incinerados o vendidos como materia prima. El patrimonio cubano no ha dejado de peligrar en las últimas décadas, a pesar de las leyes que supuestamente lo protegen.
El desguace de una locomotora patrimonial en Sancti Spíritus es el último episodio en una larga lista de descuidos y negligencias del Gobierno. Un reportaje del periódico Escambray, reproducido en otros medios oficialistas, da cuenta de cómo una antigua locomotora Baldwin, ensamblada en 1917 en Filadelfia, Estados Unidos, "se convirtió en cabillas y otros elementos cuyo paradero ha sido imposible determinar".
Pero no se trataba de robo ni de vandalismo, sino de una "reunión" de la burocracia local de transporte, en la cual se determinó que la locomotora "ocupaba espacio y no cumplía ningún objetivo", y que se enviaría a la Empresa de Recuperación de Materias Primas para su desmembramiento.
El gobierno provincial creó un grupo de trabajo para investigar las causas, pero la conclusión a la que llegaron fue que "se apreció que había desconocimiento del significado del bien". Sin embargo, en el archivo de la terminal constaba el expediente de la locomotora y su valor.
La máquina había operado a inicios de siglo al norte de la provincia de Sancti Spíritus, y al salir de circulación se la arrinconó en el central Uruguay, donde acumuló óxido y humedad. Luego fue trasladada a la terminal de ómnibus del municipio de Jatibonico y en abril de este año se denunció su desaparición.
Según el Código Penal, acciones como esta no son delictivas cuando carecen de "peligrosidad social por la escasa entidad de sus consecuencias"
Valorada en más de 22.000 pesos de acuerdo a su tasación inicial, el precio simbólico de la locomotora bajó a 18.594 y continuó descendiendo década tras década hasta llegar a 3.345 pesos.
La pérdida de valor permitió que no se pudiera imputar un delito a los dirigentes locales de transporte. Según el Código Penal, acciones como esta no son delictivas cuando carecen de "peligrosidad social por la escasa entidad de sus consecuencias".
Los responsables del desguace de una locomotora inscrita como Patrimonio Nacional, de los cuales no se publica la identidad, quedarán impunes, y el reportaje –escrito con tono pretendidamente crítico– es la medida más "severa" que padecerán.
Tanto el texto publicado en Escambray como sus réplicas en otros medios han provocado duras críticas por parte de los lectores. "La chapucería, el descontrol, la tolerancia y la justificación. Aunque se dañó el patrimonio de la nación, los burócratas no se inmutan y el desgobierno se impone", afirma un usuario.
"La chapucería, el descontrol, la tolerancia y la justificación. Aunque se dañó el patrimonio de la nación, los burócratas no se inmutan y el desgobierno se impone"
"¿Qué hubiera pasado con la locomotora si no la hubieran desmantelado?", cuestiona otro, "pues seguramente estuviera en el mismo lugar, ocupando espacio, llena de óxido y destruyéndose poco a poco. ¿Por qué no dieron a conocer ningún proyecto con ella? Se acordaron de ella porque desapareció".
Otra lectora se queja de la "desfachatez" de los funcionarios, que "se escudan tras una burocracia apabullante" y enarbolan la "consigna estúpida y en esencia ineficiente de 'hacer más con menos'".
Los comentarios incluyen también la mención a otros lugares, objetos e inmuebles que el Gobierno ha abandonado a su suerte. Hace algunas semanas fue denunciado también el daño a un emblemático mural pintado por el artista Leandro Soto en la ciudad de Cienfuegos. Sobre la "intervención" de la obra por la empresa cubana de Recursos Hidráulicos tampoco hubo juicio ni sanciones.
"El irrespeto por la memoria y la indolencia por el patrimonio de las autoridades cubanas es indignante", sentencia el escritor cubano Camilo Venegas Yero, autor del blogEl Fogonero y miembro de una familia de tres generaciones de ferroviarios. Desde su exilio en República Dominicana, el escritor ha tratado de reconstruir parte de ese legado y dedicado varios textos a las locomotoras Baldwin en la Isla.
________________________
Colabora con nuestro trabajo:
El equipo de 14ymedio está comprometido con hacer un periodismo serio que refleje la realidad de la Cuba profunda. Gracias por acompañarnos en este largo camino. Te invitamos a que continúes apoyándonos, pero esta vez haciéndote miembro de nuestro diario. Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba.