Inauguran una potabilizadora en Isla de la Juventud con ayuda de Japón y una ONG vasca

La planta tardó cuatro años en construirse y forma parte de un proyecto de mejora del agua financiado con 121.426 euros

El embajador de Japón en Cuba, Nakamura Kasuhito, en la nueva planta potabilizadora de Cocodrilo, en Isla de la Juventud.
El embajador de Japón en Cuba, Nakamura Kasuhito, en la nueva planta potabilizadora de Cocodrilo, en Isla de la Juventud. / ACN
14ymedio

05 de febrero 2025 - 20:30

Madrid/Un nuevo donativo de Japón viene a paliar necesidades básicas en Cuba. Se trata, en esta ocasión, de una planta desalinizadora para el municipio de Cocodrilo, en Isla de la Juventud. La instalación se inauguró el pasado jueves con la presencia del embajador japonés en la Isla, Nakamura Kasuhito, que realizó al territorio insular una visita oficial de varios días, y, según la prensa oficial, marca el inicio de un proyecto de mejora del agua potable financiado por la ONG vasca Mundubat. El monto de la ayuda es de 121.426 euros.

Aunque Ihosvany Juliá, delegado del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) en Isla de la Juventud, explicó a la prensa oficial que “aún se están realizando ajustes para la óptima explotación del equipamiento a fin de ofrecer un servicio sostenible y de calidad a los beneficiados”, la televisión estatal se ha hecho eco estos días de los testimonios agradecidos de varios de los 300 habitantes de esta comunidad costera, situada a 90 kilómetros de la capital el municipio especial, Nueva Gerona.

Así Yarilis Leyva Swaby, que estima que “ha sido un buen logro para el pueblo”, pues tenían el agua “bastante salada y estaba bastante mala”. En la misma línea opinó Madelyn Reinol Ramírez: “Es un avance grandísimo, ya que hemos pasado muchos años tomando agua salobre”. Laura Figueredo Soto, por su parte, se mostró “súper contenta” y esgrimió: “Tengo un niño pequeño, le encanta el agua. Yo que estoy toda una vida acostumbrada al agua de pozo la siento un poco rara, pero él, enamorado de su agua dulce, y yo, si él es feliz, yo soy feliz”.

Definida por las autoridades como una planta “única en su tipo en el país”, procesa en una hora 3.100 litros de agua

Definida por las autoridades como una planta “única en su tipo en el país”, procesa en una hora 3.100 litros de agua, lo que supone el bombeo de 31 metros cúbicos de agua al día. Sin embargo, Raúl Arcaya, director de la empresa integral de Recursos Hidráulicos, precisó que el proceso “debe ser monitoreado constantemente para satisfacer las necesidades de la población y evitar su sobreexplotación”.

De igual manera, el funcionario, que aclaró que Japón donó la planta y que “la parte civil y eléctrica fue asumida por los locales”, reconoció que “hubo muchos imprevistos y desafíos durante el proceso de instalación”, que duró nada menos que cuatro años. Las autoridades prevén su seguimiento mensual a partir de este mes de febrero.

En el evento de inauguración, el embajador Nakamura recordó que el año pasado, Japón y Cuba celebraron el 95 aniversario del establecimiento de sus relaciones diplomáticas, y aseveró: “Tengo la intención de seguir impulsando esta tradición de amistad, y la inauguración de este proyecto es el primer paso en esta dirección”.

De hecho, esta ayuda por parte de Japón no es la primera. Sin ir más lejos, la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (Jica) donó el pasado abril más de 20 millones de dólares para colaborar con Cuba en el montaje de parques fotovoltaicos solares también en Isla de la Juventud, siguiendo el controvertido plan de transición energética cubano. El proyecto incluye además baterías con capacidad para almacenar 10 MW.

“Hubo muchos imprevistos y desafíos durante el proceso de instalación”, que duró nada menos que cuatro años

“La experiencia puede resultar muy útil para el megaproyecto de 2.000 megavatios que se generarían con paneles solares, primera fase de un ambicioso proyecto gubernamental [cubano] para ir mudando la matriz energética fósil a una renovable”, valoró en aquellos días el entonces embajador japonés, Hirata Kenji.

El pasado mes de noviembre, la Jica gestionó un cargamento por valor de 160.000 dólares, que incluía purificadores de agua, mantas, tiendas de campaña y colchonetas para un centenar de damnificados de Artemisa tras el paso del huracán Rafael.

Aquel evento fue, precisamente, el estreno de Nakamura como diplomático en la Isla tras entregar sus credenciales, el 20 de noviembre, a Miguel Díaz-Canel y al canciller Bruno Rodríguez. Entonces, el embajador recordó que no era la primera vez que Japón envía donaciones a Cuba: “Similares acciones del pueblo y Gobierno japoneses en situaciones de desastres en Cuba” se realizaron tras el paso de los huracanes Sandy (2012), Matthew (2016), Irma (2017) e Ian (2022), dijo.

Desde 2018, Japón también mantiene ocho programas de Asistencia Financiera no Reembolsable a Gran Escala en la Isla. Uno de estos proyectos fue el que asistió a los pobladores de Pinar del Río tras el azote de Ian. Entonces, el donativo incluyó “23 purificadores de agua, igual cantidad de tanques sencillos para almacenar el líquido, y 50 carretes de cables y adaptadores”, enumeraron entonces las autoridades niponas.

Las dádivas de Tokio también incluyen 84 guaguas japonesas, en 2022, a la empresa de transporte de La Habana y 24 camiones de basura entregados en 2019.

El país asiático también concede a La Habana microcréditos de hasta 130.000 dólares con un programa de asistencia –que tampoco deben reembolsar– para la Seguridad Humana, pensado para la atención inmediata a pueblos pequeños tras desastres puntuales.

En cuanto a la alimentación, hasta 2023 Japón había empleado 63.400 dólares en proveer con maquinaria a varias mini industrias de conservas de frutas y vegetales de Matanzas. El plan entonces era colaborar con la fracasada Ley de Soberanía Alimentaria.

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