Intentan mejorar la imagen de los inspectores de La Habana con un cambio de nombre

La Habana/En medio de innumerables quejas sobre ilegalidades, las autoridades de La Habana anunciaron la creación de una nueva Dirección de Inspección Provincial y Municipal que sustituirá a la Dirección de Supervisión y Control. Esta tenía a cargo la vigilancia de los precios en los mercados, el cumplimiento de la mascarilla de forma correcta, y entre otras cosas, también el ornato público.

Según Tribuna de La Habana, el nuevo organismo surge "teniendo en cuenta las insatisfacciones mostradas por la población ante la labor desempeñada por la antigua Dirección de Supervisión y Control". El periódico oficialista cita al director de inspección de la capital, Osvaldo Rivalta Torres, quien afirmó que "se dieron algunos incidentes negativos y hechos extraordinarios que trajeron consigo que perdiera credibilidad la labor de los supervisores".

Aunque no detallan ninguno de los incidentes, es la población quien delata las causas. "Siempre llegan buscando que les suelten algo, que los sobornen, para ellos poderse hacerse de la vista gorda con cualquier irregularidad", dice una mujer que compra en el mercado agrícola de 19 y B, en El Vedado.

Otros compradores señalan que los inspectores "abusan" de los ancianos que venden cucuruchos de maní tostado o café en sus jabas, pero nunca se asoman por los grandes negocios que se han amansado a costa de las reventas. Estos cuerpos de vigilancia tienen mala fama y las autoridades intentan con la nueva entidad lavar el rostro de sus supervisores.

"El bandolero de la esquina de mi casa, ese tipo es un mafioso tiene tres locales, se han comprado carro todos hasta el hijo que no sé si es menor de edad, y ese imperio lo han hecho revendiendo cosas de la tienda"

"El bandolero de la esquina de mi casa, ese tipo es un mafioso tiene tres locales, se han comprado carro todos hasta el hijo que no sé si es menor de edad, y ese imperio lo han hecho revendiendo cosas de la tienda", relata otro. "Hasta ahí no llegan los inspectores jamás, porque esa gente ahí vende hasta cajas de muerto".

Según Rivalta Torres, hubo un proceso de depuración en la antigua dirección y se incorporarán unos 150 nuevos inspectores. Sin embargo, han convocado a los habaneros que quieran integrar sus filas, siempre y cuando, tengan antecedentes penales limpios y gocen de prestigio ante la población.

"Los nuevos inspectores tendrán la obligación de portar el carné que los acredite como tal, la orden de trabajo especificando el lugar donde ejercerá su labor, el chaleco de inspector, su carné de identidad, además de otros documentos que les sirvan de asesoría en el momento de aplicar las contravenciones vigentes para que puedan mostrar a los infractores qué decreto, ley y artículo violan", afirmó el director de los inspectores de La Habana, según el diario provincial.

"Un cuerpo más de inspectores. ¿Acaso no les sucederá a estos lo mismo que les ocurrió a los anteriores? El país está plagado de ilegalidades, que el Estado las conoce y se ha hecho de la vista gorda. Ya esto no tiene arreglo", se queja uno de los lectores identificado como Victor.

Otros se quejan que así como hay inspecciones para los ciudadanos también se controle las tiendas del Estado. "Lo que no entiendo es por qué no hay un control en los mercados, tiendas, panadería, de lo que el Estado pone para el pueblo y de lo que le toca y le llega a cada ciudadano, nadie controla a nadie. Por ejemplo en las tiendas TRD y Cimex,¿quién controla lo que llega y lo que realmente les llega al pueblo?", señalan en la publicación y concluye: "En río revuelto, ganancia del pescador, es un martirio tener que salir a comprar los productos de primera necesidad".

A principios de abril, un inspector en una moto persiguió a una vendedora informal en medio de una multitud que compraba en el mercado del Ejército Juvenil del Trabajo de 17 y K, sin ningún resultado, pues se escabulló con la complicidad de la gente.

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