La intrahistoria de las icónicas fotos del Maleconazo, 30 años después: “Era el único ahí”
Entrevista
Karel Poort rememora los minutos frenéticos cuando salió corriendo de su cuarto, con su Nikon F301 en mano
La Habana/Durante sus vacaciones en Cuba, el fotógrafo neerlandés Karel Poort comenzó a tomar fotos de una manifestación afuera de su hotel sin saber que, tiempo después, se convertirían en algunas de las imágenes más icónicas del Maleconazo, la primera gran protesta antigubernamental desde 1959, y que este lunes cumple 30 años.
En su primera entrevista por estos hechos, concedida a EFE, Poort rememora los minutos frenéticos cuando salió corriendo de su cuarto, con su Nikon F301 en mano, tras escuchar un alboroto en la calle. Era la tarde del 5 de agosto de 1994 en la céntrica calle Galiano.
“Estaba en la ducha y escuché gente gritando y tocando las campanas de sus bicicletas en la calle. Inmediatamente tomé mi cámara, un rollo extra y bajé corriendo por las escaleras”, cuenta este fotógrafo de 78 años.
“Estaba en la ducha y escuché gente gritando y tocando las campanas de sus bicicletas en la calle”
El tumulto lo condujo hacia el hotel Deauville, a unos 400 metros del suyo y justo frente al Malecón habanero. Ahí, según recuerda, la gente gritaba a todo pulmón: “¡Cuba sí, Castro no!”, y “¡Libertad!”.
Poort, que en ese entonces trabajaba como fotógrafo y sonidista freelance en la televisión de Países Bajos, no lo sabía, pero el estallido fue el resultado de semanas de tensión.
El 13 de julio, el remolcador ’13 de marzo’ se había hundido después de que sus ocupantes lo sustrajesen para emigrar a Estados Unidos. 37 personas murieron.
Los sobrevivientes culparon a los guardacostas de embestirlos, mientras que el Gobierno cubano aseguró que se trató de un accidente.
En 1994, la Isla estaba en medio del Periodo Especial, la crisis económica que golpeó fuertemente al país tras la desaparición de la Unión Soviética y la caída del bloque socialista en Europa.
El rumor de una salida importante de personas hacia las costas norteamericanas llevó a las autoridades a establecer un bloqueo marítimo frente a la capital cubana.
Irritados, los cubanos se manifestaron en números que no se habían visto desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro.
Irritados, los cubanos se manifestaron en números que no se habían visto desde el triunfo de la revolución de Fidel Castro
Cuando el neerlandés llegó al hotel frente al Malecón, un cubano se le acercó y le dijo: “Sigue tirando fotos y muestra en tu país el desastre que hay aquí”.
“Mientras eso pasaba, un grupo policías vestidos de civil llegó al Deauville y comenzó a disparar alocadamente”, recuerda.
Entre la treintena de fotos que Poort cedió a EFE se puede ver varias de un hombre, de gafas oscuras, camisa blanca y pantalones caqui, con un arma de fuego corta en la mano.
En una de ellas se encuentra frente al hotel, apuntando hacia arriba; en otra apunta directamente hacia Poort y en otras más se le ve corriendo hacia donde estaban los manifestantes.
Media hora después de aquellos hechos, una patrulla se detuvo detrás del fotografo: “Tres policías me ordenaron que les entregase los rollos y la cámara. Me agarraron y, milagrosamente, logré zafarme y corrí lo más rápido que pude hacia mi hotel (…) pude tomar más fotos desde la ventana de mi cuarto”, agrega.
El día siguiente, capturó un papel con las palabras “Viva Cuba Libre” en el pavimento de la vía semivacía.
Una semana después, el entonces presidente Fidel Castro ordenó que se permitiese salir a los cubanos por mar. Eso llevó a la conocida como crisis de los balseros: más de 30.000 salieron en naves improvisadas hacia EE.UU.
Acostumbrado a las protestas en Occidente, el neerlandés no fue consciente de la magnitud de lo que vio hasta escuchar la explicación de un cubano.
“Mientras eso pasaba, un grupo policías vestidos de civil llegó al Deauville y comenzó a disparar alocadamente”
Cuando estallaron las manifestaciones, Poort se encontraba en la segunda semana de sus primeras vacaciones en Cuba. Visitó la Isla otras nueve veces hasta 2002.
Años después, compartió parte de sus fotos en redes. No las tiene impresas en un lugar especial de su casa. Prefiere recordar lo que pasó como la anécdota de un momento histórico que, por carambola, pudo capturar incluso antes que muchos medios internacionales que se encontraban en la Isla.
“Era el único ahí. No había celulares en ese entonces. Es por eso que esas fotos son tan especiales”, remacha.