Donde 'Invasor' ve una debacle, Díaz-Canel percibe "soberanía alimentaria" en Ciego de Ávila

La Habana/Con un lenguaje que parece calcado de un manual de autoayuda empresarial, Miguel Díaz-Canel expuso en Ciego de Ávila su “premisa para el éxito”: “transformar el pensamiento y hacerlo rápido”. El mandatario escogió el tema menos indicado para ilustrar su teoría –la alimentación– y, a despecho de las cifras que la prensa oficial lleva semanas aportando, alegó que la comida de los avileños “está en los campos”. 

Díaz-Canel no escatimó máximas y recetas para el triunfo, y dijo que Ciego de Ávila podría ser la provincia destinada a demostrar que Cuba puede alcanzar muy pronto la “soberanía alimentaria”. La realidad –lo demuestra Invasor, uno de los periódicos más críticos del régimen– va por otra parte. 

Una de las empresas emblemáticas de la provincia, La Cuba –que el mandatario visitó durante su viaje–, acabó 2022 con pérdidas de 70 millones de pesos y, el año siguiente, sus utilidades fueron de apenas 7,4 millones, “insuficientes ante un panorama muy complejo”, subrayaba el periódico. Pese al “lastre de los resultados”, La Cuba se ganó ser la sede del Día del Trabajador Agropecuario gracias a un producto plebeyo, el boniato, del cual cultivó 2.694 hectáreas, 500 más de lo que tenía previsto. 

Echar a andar La Cuba es una “tarea a largo plazo”, pero Díaz-Canel parece ver múltiples resultados ya

Echar a andar La Cuba es una “tarea a largo plazo”, admite Invasor, pero Díaz-Canel parece ver múltiples resultados ya. “¿Qué hace falta para multiplicar esta experiencia?”, clamó, “La Cuba nos demuestra que sí hay salidas”. 

Julio Heriberto Gómez Casanova, secretario del Partido Comunista en la provincia, expuso –“contrariamente” a lo planteado por el mandatario, observa Invasor– los “incumplimientos de los cultivos rústicos”, en particular el plátano, la yuca, la malanga y la situación general del propio boniato. El funcionario dijo que “es obvio que los planes continúan sin satisfacer la demanda de la población” y que “los indicadores de leche y, en niveles más elevados, de carne, se mantienen en números rojos”. 

Además, Gómez Casanova informó sobre los “insatisfactorios resultados de la acuicultura” en los 47 estanques de la provincia, aunque se felicitó del avance con respecto a la gestión de su antecesor –Liván Izquierdo Alonso, promovido a secretario del Partido en La Habana–: el año pasado solo había cinco estanques en Ciego de Ávila. 

La zafra sigue siendo otro dolor de cabeza. “La situación es bastante amarga”, dijo, sin temor al juego de palabras, Maury Pereira, miembro del buró provincial. Solo hay “una única nota aceptable”: el inicio, “próximamente”, de producción de meladura en la empresa Enrique Varona de Chambas, paralizada desde hace cinco años. 

La gravedad de la situación productiva en la provincia había sido anticipada hace pocos días durante una visita “preparatoria” del viceprimer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca. La “comitiva de alto nivel” se marchó tan abrumada por las dificultades que su único consejo fue “producir más”. En la demoledora nota de Invasor sobre la visita también quedaba claro que Tapia Fonseca venía, como ahora Díaz-Canel, a concentrarse en las pocas buenas noticias: el discreto aumento de la producción de plátano y las promesas de los guajiros para el período de frío. 

Este viernes, Díaz-Canel hizo oídos sordos a los planteamientos y pidió “desterrar la filosofía de la queja ante aquello que no se tiene”. Invitó, más bien, a mirar lo bien que va el “crecimiento de la militancia (del Partido) y de las organizaciones de base”. Pero también en ese punto tuvo observaciones negativas Gómez Casanova: hay numerosas “desactivaciones” de cuadros –un sector diezmado por las solicitudes de parole en EE UU de multitud de dirigentes– y dificultades para cubrir plazas de cuadros, en particular la Unión de Jóvenes Comunistas, “que presenta las mayores incidencias”. 

Para 'Cubadebate', menos pesimista que 'Invasor' a la hora de cubrir la visita, Ciego de Ávila no podría estar mejor

Para Cubadebate, menos pesimista que Invasor a la hora de cubrir la visita, Ciego de Ávila no podría estar mejor. En la provincia se están haciendo “buenas cosas por Cuba”, aunque “la mentalidad importadora nos cerró los horizontes”. A pesar de los números aportados por Invasor y las quejas de los dirigentes, el digital afirma que hay “logros palpables en aspectos tan importantes como la vida de la militancia y el ámbito de la producción de alimentos”. 

Tras el viaje –que prosigue este fin de semana a otras provincias– quedó claro que el mandatario no fue a Ciego de Ávila para resolver problemas o trazar planes, sino a recibir “un retrato” de la situación por parte de un séquito de fotógrafos. Y eso, sin duda, fue lo que obtuvo.