Un iraní retrata su precaria condición de refugiado en Cuba
La Acnur redujo desde enero el apoyo que le enviaba a Keivan Esfandiyar y su esposa
La Habana/La condición de refugiado en la Isla se ha tornado preocupante para el iraní Keivan Esfandiyar y su esposa. No tiene medicamentos y no cuenta con permiso de trabajo, por lo que subsiste con la ayuda financiera que le otorga el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), pero esta se ha "reducido a un tercio de lo que era antes de que se extendiera el covid-19".
Esfandiyar lamenta en una carta que hizo llegar a Havana Times, que la Acnur no los considere como "prioridad" y retoma el comentario de un refugiado afgano que dice: "Incluso en Afganistán con los talibanes hay más alimentos y medicamentos en comparación con Cuba".
Hasta enero de este año, cuenta Esfandiyar, recibía un "estipendio en CUC en efectivo, pero esta moneda ya no existe, fue reemplazada con lo que llaman MLC (moneda libremente convertible) únicamente en las tarjetas bancarias" que les cuesta en la calle más de 70 pesos.
Sin dar a conocer la cantidad que recibe, este refugiado iraní que reside desde hace casi tres años con su esposa en La Habana, dice que la "Acnur les ha dado a los refugiados pesos cubanos en lugar de CUC, a una tasa de 24 pesos por lo que era un CUC", una tasa determinada por el Gobierno cubano.
Esfandiyar lamenta que la Acnur no los considere como "prioridad"
Además de que por su condición de refugiados, asegura, "no podemos competir en las colas para comprar alimentos en las tiendas que venden en pesos cubanos, donde debes luchar por tu turno en la fila". Algunos cubanos le han dicho que regrese a su país o mejor compre "en las tiendas de dólares".
Su situación se ha agravado porque "los refugiados no tienen permiso de trabajo en la Isla". Cuba les garantiza "el derecho a la protección contra la devolución forzosa" y durante su estancia pueden ocupar su tiempo en "el estudio de idiomas u otras formas de capacitación".
El acceso a atención médica está regulado por la Cruz Roja Cubana, que emite un carné a los refugiados para que estos reciban atención en algunas de las unidades designadas.
La pandemia ha hecho más visible la escasez de medicamentos en la Isla. Cada vez es más difícil conseguir antibióticos, vitaminas, medicinas para pacientes psiquiátricos y epilépticos. 14ymediopublicó en agosto cómo la azitromicina se ha convertido en el antibiótico más buscado en el mercado negro cubano.
El pasado junio, en el programa Mesa Redonda, Tania Urquiza Rodríguez, vicepresidenta de BioCubaFarma, alertó de la falta de 120 medicamentos de los 359 del cuadro básico producido. La funcionaria responsabilizó, una vez más, al embargo de EE UU por las múltiples dificultades que, argumentó, suponen en todos los frentes, y citó las sanciones sobre bancos, transporte marítimo, productos con piezas estadounidenses, entre otras.
Esta situación también alcanzó a los refugiados. Keivan Esfandiyar cuenta en su carta que al igual que su esposa padecen de trastorno obsesivo compulsivo y todos los días debe tomar pastillas de 200 mg de sertralina, pero "no hay sertralina, al igual que la mayoría de los medicamentos aquí". "La Acnur sabe esto desde hace meses, pero no ha hecho nada al respecto", se queja Esfandiyar.
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