Irritación en Sancti Spíritus por la prioridad otorgada a los uniformados en las bodegas
Policías, militares y empleados civiles de las Fuerzas Armadas tienen preferencia en los "módulos" de alimentos y productos de aseo
Sancti Spíritus/Llevar uniforme y galones se ha convertido en privilegio en Sancti Spíritus desde que las autoridades locales han decidido, ante un rebrote del covid-19, dar la prioridad a los miembros de las fuerzas de seguridad para la compra de productos básicos.
Para evitar las largas colas frente a las tiendas y ayudar a frenar el contagio de la enfermedad, las autoridades locales dispusieron desde abril pasado de un nuevo mecanismo para la venta de las mercancías más demandadas. Los llamados "módulos" de alimentos y productos de aseo se distribuyen a través de la misma red de bodegas que ofrecen la canasta básica racionada.
"Cuando lo anunciaron pensé que estábamos salvados porque ya no íbamos a tener que hacer colas de muchas horas para comprar un jabón o una botella de aceite"
"Cuando lo anunciaron pensé que estábamos salvados porque ya no íbamos a tener que hacer colas de muchas horas para comprar un jabón o una botella de aceite", comenta a 14ymedio Maritza Wilson, una espirituana que vio "los cielos abrirse" cuando supo que a la bodega de la esquina de su casa habían llegado los esperados módulos con productos higiénicos.
"Empezaron a vender un combo que traía jabón, detergente, un tubo de pasta dental, acondicionador para el pelo y champú por un precio de 15 CUC", detalla la mujer. "También traía un pomo de lavavajillas y otros productos muy necesarios en una casa y que estaban perdidos". Sin embargo, cuando los vecinos se acercaron a comprarlos, les avisaron de que tenían prioridad los militares, policías y el personal civil de las Fuerzas Armadas.
"El bodeguero nos dijo que esa era la orden, porque se supone que esas personas están trabajando en la campaña contra el coronavirus y por eso deben poder comprar con facilidades y sin hacer cola", añade Wilson. "Pero lo cierto es que después de que todos los militares de mi barrio compraron, se acabó el champú y el módulo al que tuvimos derecho ya estaba incompleto".
Los militares cubanos han recibido durante décadas una serie de prebendas con las que engordar su salario que incluyen desde fines de semana en casas en la playa, pasando por píldoras de PPG [Policosanol, que algunos denominan "la viagra cubana"] para los mayores de 60 años que ostentan desde el grado de coronel hacia arriba y también las llamadas popularmente jabitas, que incluyen alimentos y otras mercancías.
Pero hasta ahora, la distribución de estos privilegios se realizaba en el interior de las bases militares o en los centros de trabajo donde laboran los uniformados. Esta es la primera vez que en las bodegas del mercado racionado se establece un tipo de prioridad que beneficia a quienes pertenecen a las Fuerzas Armadas o al Ministerio del Interior.
En Kilo 12 y Los Olivos 3, barrios de la capital espirituana donde vive un gran número de militares, los civiles están especialmente molestos por la prioridad que se le da a los uniformados para la compra de los productos básicos. Consideran que esta medida segrega al resto de la población y provoca una diferencia social muy marcada.
"En casi seis meses desde que se estableció este método de venta yo solo he podido alcanzar un paquete pequeño de detergente y una botella de aceite, porque mi barrio está lleno de militares", lamente Pedro Lázaro, un vecino de Kilo 12 que no se acostumbra a esta nueva prebenda para los uniformados. "Ya a ellos les estaban dando una jaba con pollo y otros productos, por lo que este es otro privilegio".
Desde otra óptica lo ve un sargento de la policía que habló con este diario bajo condición de anonimato. "La gente cree que esto es un regalo y que somos unos privilegiados, pero yo me paso casi todo el día en la unidad y lo que nos dan de almuerzo es comida para puercos", explica. "Desde que empezó esta pandemia tengo que dormir muchas noches fuera de mi casa y vivo con mi madre, ella no puede hacer cola para comida".
"Tampoco es un regalo, que 15 CUC es mucho dinero para un módulo y aunque podamos comprar primero no nos han hecho ninguna rebaja", añade el sargento
"Tampoco es un regalo, que 15 CUC es mucho dinero para un módulo y aunque podamos comprar primero no nos han hecho ninguna rebaja", añade el sargento. "Yo mismo tengo solo dos uniformes, tengo que estarlos lavando para poder usarlos durante la semana. El detergente está perdido, así que gracias a la bolsita que me vendieron en la bodega he podido resolver".
Las esperanzas de muchos, militares y civiles, están puestas en que la provincia no tenga un nuevo repunte de casos positivos de covid-19 y pueda reabrirse el comercio. Recientemente, el ministro de Salud Pública, José Angel Portal, confirmó que en el transcurso de las últimas cuatro semanas, Sancti Spíritus reportó una disminución de contagios por coronavirus, aunque no en todos sus municipios.
"No sabemos qué desear, si que quiten los módulos y la gente pueda ir a la tienda como antes a comprar o que los sigan haciendo como ahora aunque solo alcancemos algunos productos", confiesa Pedro Ángel, un residente en las cercanías del Boulevard espirituano. "Al menos ahora alcanzamos algo después de que le venden a los militares".
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