Se jubila uno de los jueces del 11J, en la lista de los represores cubanos

La Habana/El juez Plácido Batista Veranes, uno de los rostros más conocidos del panorama judicial del régimen y responsable directo de las altas condenas impuestas a los manifestantes del 11J, deja su cargo. La "liberación" del magistrado, presidente de la temida Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Tribunal Supremo, se hizo pública este miércoles a través de la Gaceta Oficial.

Con un nutrido expediente al frente de procesos legales "graves", el Tribunal Supremo jubila a este abogado de 71 años y coloca en su puesto a la jueza Iliana Julia Gómez Guerra, que hasta ahora presidía la Sala de lo Penal de esa institución.

Batista Veranes formó parte del tribunal que rechazó la apelación de 30 manifestantes del 11J que pretendían rebajar sus sentencias, de entre 10 y 23 años de prisión. Por ello fue incluido por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba en su lista de represores.

La trayectoria de este juez ha sido reconocida y premiada por el Gobierno cubano, que en junio de este año lo nombró magistrado emérito, distinción que se reserva para aquellos letrados que han servido al régimen en casos "complejos".

En efecto, Batista Veranes integró el tribunal que decretó el fusilamiento de los cubanos que intentaron salir del país en 2003 a bordo de la "lanchita" de Regla, en la bahía de La Habana. Y también, en 1997, en la sentencia de muerte al salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca, involucrado en las explosiones del hotel Copacabana, que no ha sido aplicada.

"Yo me imagino que Fidel me haya dicho que aplicara la justicia con energía, o algo así", interpretó el juez, que tomó al pie de la letra la mano dura requerida para el oficio

En una entrevista concedida a la Agencia Cubana de Noticias, Batista Veranes relata que, durante un encuentro de "cuadros destacados" en el antiguo Palacio Presidencial, acudió a saludar a Fidel Castro. Por el ruido del salón, de los tartamudeos de Castro sólo entendió la palabra enérgico. "Yo me imagino que Fidel me haya dicho que aplicara la justicia con energía, o algo así", interpretó el juez, que tomó al pie de la letra la mano dura requerida para el oficio.

Nieto de un mambí e hijo de un santiaguero a quien un altercado con la Policía obligó a escapar hacia Sierra Maestra en 1957, Batista Veranes ve en sus ascendientes las mismas "ansias de justicia".

En un trabajo como el suyo, dijo sonriendo a la prensa, "hay que aprender a no avasallar a nadie y comprender que quien tiene un problema es un ser humano". Su primer puesto laboral como juez en Marianao en los años 70 le dio reputación de hombre inflexible y duro, y lo catapultó al Tribunal Provincial de La Habana en 1984 y, en 2001, a la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado del Supremo.

Su retiro podría marcar un cambio de etapa para el aparato judicial del Gobierno cubano: el juez especializado en "delitos graves en los que Cuba mantiene tolerancia cero", como el tráfico de drogas, el "terrorismo" y los "crímenes contra la Seguridad del Estado", asegura su relevo con una letrada no menos "eminente".

Iliana Julia Gómez Guerra, que desde este 22 de agosto ocupa el cargo de Batista Veranes, protagonizó los debates sobre el nuevo Código Penal cubano comentando para la Televisión Nacional los artículos referentes a la "suspensión de las relaciones parentales" y la "remoción de la tutela" sobre los hijos, además de la mantención de la "responsabilidad penal a partir de los 16 años". Aún así, Guerra Batista calificó el Código como una ley "muy garantista y muy apegada a su época".

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