K-Mart, primera tienda surcoreana en Cuba desde el reinicio de las relaciones diplomáticas

La Habana/Desde principios de este año, La Habana cuenta con un nuevo establecimiento que se ha convertido en un punto de encuentro para los amantes de la cultura coreana. K-Mart es el primer mercado con productos surcoreanos en Cuba y llega en un momento de acercamiento entre ambos países. 

La inauguración del comercio privado, ubicado en la intersección de las calles 27 y J, en El Vedado, ha coincidido con la apertura de la Embajada de Corea del Sur en Cuba a mediados de este mes, casi un año después de que ambos países restablecieran sus relaciones diplomáticas, rotas desde 1959.

K-Mart ofrece una variada selección de productos originarios de la nación asiática, que van desde ramen, soju, té y café instantáneo hasta jugos y bebidas energizantes. Cosa rara en Cuba, a pesar del diminuto espacio con el que cuenta el establecimiento, tiene a la venta un gran abanico de alimentos, apretados en estantes, llenando las vitrinas y acumulándose en el mostrador.

La esquina donde se alza K-Mart forma parte de un área que desde los años 90 ha contado con sucesivos negocios privados muy populares

La entrada, también pequeña, no pasa desapercibida para quienes conocen la barriada. El cartel de “Open” brilla encendido de lunes a sábado desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. La ubicación no podía ser más favorable: próxima a la calle 23, aurícula del corazón de El Vedado habanero, la esquina donde se alza K-Mart forma parte de un área que desde los años 90 ha contado con sucesivos negocios privados muy populares y tiene a escasos metros La Colina universitaria.

Los precios de los productos están a tono con los tiempos de inflación que se viven y las compras pueden pagarse en pesos cubanos, en efectivo o por transferencia. Un paquete de galletas ronda los 1.260 pesos, mientras que un café Bustelo, importado desde Miami, cuesta 2.000. No muy lejos de estas cifras están productos típicos de la comida coreana, como el Ramen Shin a 1.400 o la variedad picante Buldak por 1.500.

Este miércoles, algunos de los que entraron a la tienda iban solo a curiosear. Las miradas se posaban en una caja de condimentos de caldo de pollo por 1.920 pesos o en las botellas de vino, que van desde los 1.200 hasta los 3.500. "Es caro, pero es una experiencia. Puedo comer algo distinto que jamás habría podido probar sin salir de Cuba", explicaba un cliente mientras se servía un vaso de té helado, en la pequeña área para consumo en el lugar que incluye el mercado.

Junto a las marcas coreanas también resaltan muchos productos importados de Estados Unidos, México y Panamá. Entre ellos, los paquetes de arroz de un kilogramo a 450 pesos, los de azúcar por 900 y un pomo de mayonesa a 1.200 sacaban exclamaciones entre algunos clientes, que calculaban que el costo de una pequeña compra en el comercio puede superar ampliamente el salario medio cubano, de un poco más de 4.000 pesos mensuales.

Una de las dependientes que trabaja en K-Mart cuenta a 14ymedio que desde su apertura la tienda ha sido bien recibida. La clientela que más llega son jóvenes, estudiantes de la facultades universitarias cercanas, vecinos del barrio y gente que se va enterando en la medida en que se corre la voz de que ha abierto una tienda de este tipo en La Habana. A escasa distancia se alza también la Torre K, a punto de inaugurarse el próximo febrero, y que potencialmente podría nutrir de clientela el pequeño mercado. 

"Nunca pensé encontrar un lugar así en Cuba", decía este miércoles una joven fanática del grupo musical surcoreano BTS. "Aquí puedo encontrar afiches de mis ídolos, artículos de decoración que solo veía en los K-dramas y, por supuesto, comida coreana que solo soñaba con probar". Es común ver en las paredes de K-Mart posters de estrellas del K-pop y de series coreanas, muy populares en los últimos años en la Isla.

Pavel Kim, el profesor Kim, quien da clases de coreano en el Museo de Asia, es en K-Mart el encargado de atender a los clientes, y de preparar los cafés o ramen que el público quiera consumir en el local. "Es una buena oportunidad para los cubanos de conocer más sobre Corea del Sur, no solo a través de la comida, sino también de aprender sobre su estilo de vida y sus tradiciones", comentó con entusiasmo.

El establecimiento, además, está respaldado por la tienda privada MYOM:I, especializada en la venta de cosméticos y productos para el cuidado de la piel, todos de origen coreano. También tiene el apoyo de la Asociación de Intercambio Cultural Cuba-Corea, una entidad que ayuda a varios emprendedores locales, facilitándoles la importación de productos desde la nación asiática.

Esos apoyos, el buen abastecimiento de mercancía y la cuidada distribución del local hacen que muchos, al traspasar la puerta de K-Mart, piensen que han entrado a otro mundo, un universo paralelo donde no hay fotos descoloridas de militares en las paredes sino rostros de ídolos musicales, una dimensión sin deterioro ni escasez donde la caja registradora suma en cada compra, a toda velocidad, cientos o miles de pesos, tan rápido como un buen ramen corriendo por la garganta.