Karla Pérez González, estudiante
La Habana/Cuando a Karla Pérez González (Cienfuegos, 1998) le confirmaron que había ganado el derecho a formarse como periodista en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas tuvo la ilusión de que podría remover las bases del anquilosado periodismo cubano. La joven se prometió a sí misma que no se dejaría amedrentar y que haría lo que se esperaba de un comunicador honesto: decir la verdad a cualquier precio.
Sin embargo, Pérez González ni siquiera pudo concluir el primer año de la carrera. Un atravesado miércoles de marzo la llamaron por teléfono para notificarle que había sido expulsada de la institución educativa porque se había descubierto que ella publicaba en sitios críticos con el Gobierno y que tenía contactos con el Movimiento Somos+.
Luego, a la joven le llovieron las descalificaciones públicas, las acusaciones de "enemiga" y la intimidación colectiva a sus compañeros de aula. En lugar de apelar la sentencia de su expulsión decidió escribir una carta al ministro de Educación Superior que nunca obtuvo respuesta.
La acusaron de manipular a sus condiscípulos y de tener una estrategia desde el inicio del curso para subvertir a los jóvenes. De la noche a la mañana y con solo 18 años se vio convertida en un monstruo, en un enemigo de la patria que había que destruir.
Ahora estudia periodismo en la Universidad Latina de Costa Rica y colabora con el diario El Mundo de ese país centroamericano. Asegura que regresará y que pondrá sus conocimientos al servicio de la prensa dentro de la Isla.
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