El Kremlin pide al Gobierno cubano mejores condiciones para las inversiones rusas

El viceprimer ministro Dmitri Chernishenko se lo recuerda a Esteban Lazo, de visita en Moscú

El presidente del Parlamento cubano, Esteban Lazo y el viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernishenko.
El presidente del Parlamento cubano, Esteban Lazo y el viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernishenko. / Gobierno de Rusia
14ymedio

29 de marzo 2025 - 12:04

La Habana/Esteban Lazo, y con él todo el régimen de La Habana, recibió este viernes otro recordatorio del Kremlin: si la Isla quiere dinero ruso tendrá que destrabar muchos cerrojos y dar vía libre a los inversores, sean cuales sean las condiciones que impongan. El viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernishenko –huésped frecuente de Miguel Díaz-Canel– pidió al dirigente “prestar ayuda para el rápido lanzamiento de proyectos de inversión”. 

Poco o nada puede negociar Lazo, una figura pública cuyo único mérito en la cúpula cubana durante décadas ha sido la lealtad. Ni Fidel Castro ni su hermano, y tampoco ahora Díaz-Canel, le han dado voz al hombre que ostenta el cargo de presidente del Parlamento cubano y jefe del Consejo de Estado. 

De visita en Moscú desde hace varios días, lo que no iba a ser más que una reunión para chequear “temas de cooperación bilateral” acabó con el mensaje de urgencia del político ruso. “El círculo de potenciales inversores rusos, dispuestos a desarrollar nichos prometedores del mercado cubano, se está ampliando”, dijo Chernichenko, en un mensaje recogido por varias agencias de prensa. 

La prensa oficial de la Isla no ha hecho mención al pedido de Chernichenko, si bien ha reseñado someramente la visita de Lazo a Moscú

Moscú ha puesto de su parte, añadió. La reanudación de los vuelos directos a La Habana de la agencia Rossiya Airlines y el lanzamiento de las tarjetas Mir son dos de los gestos de buena voluntad económica con el país al que los rusos denominan la “Isla de la Libertad”. “Segundo emisor de turistas a Cuba”, según Chernichenko –aunque en realidad el número ha caído casi un 50% en enero y febrero: de los 43.859 visitantes del año pasado a los 22.306 de este–, el flujo de turistas del país euroasiático irá aumentando, prometió. 

La prensa oficial de la Isla no ha hecho mención al pedido de Chernichenko, si bien ha reseñado someramente la visita de Lazo a Moscú. Esta semana, el dirigente se encontró con otros altos cargos rusos –también invitados a La Habana en los últimos años– como Vyacheslav Volodin, líder de la Duma Estatal, el canciller Serguéi Lavrov y el vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev.

En la conversación con Volodin, Lazo agradeció que la Cámara Baja rusa estuviera interesada en “cooperar” con La Habana, pero no dijo en qué ámbitos. Concedió a su presencia en Rusia una “importancia estratégica”, puesto que se realizaba casi en paralelo con la reunión número 22 de la Comisión Intergubernamental Cuba-Rusia, el órgano responsable del acercamiento entre ambos países, más efusivo en el pasado que en la actualidad. 

En la sesión, Lazo dijo que había “voluntad de avanzar” por parte de La Habana, una fórmula que los funcionarios cubanos han repetido una y otra vez, pero sin una apertura concreta, a juzgar por las constantes quejas de funcionarios e inversores rusos, como la de Chernichenko.

A cambio de petróleo y suministros, Rusia necesitaba que la Isla ofreciera mejores condiciones para invertir

El año pasado, durante una reunión de Chernichenko con un interlocutor cubano que sí tiene voz y voto –Ricardo Cabrisas–, el político ruso recordó a La Habana que ser su “aliado confiable” en la región tiene un precio: a cambio de petróleo y suministros, Rusia necesitaba que la Isla ofreciera mejores condiciones para invertir. 

En octubre de ese mismo año, un grupo de empresarios chinos también denunció la “poca voluntad” del Gobierno cubano para abrirse a una economía de mercado, a pesar de las múltiples deudas que sostiene con corporaciones como Huawei y Yutong, a las que debe “cientos de millones de dólares”, según el Financial Times

"China no es el suggar daddy de Cuba", dijo al rotativo británico Fulton Armstrong, ex oficial de inteligencia de Estados Unidos para América Latina. "Es principalmente una relación de declaraciones de solidaridad, no una relación estratégica para ninguno de los dos", sostiene. La misma afirmación podría aplicarse al vínculo entre La Habana y Moscú, una alianza donde la frialdad, irónicamente, viene siempre del trópico. 

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