El laboratorio bacteriológico de Artemisa "no cumple con ninguna norma de bioseguridad"

La Habana/El deterioro de las instalaciones del Laboratorio de Microbiología José Suárez Blanco, de Artemisa, y la escasez de materiales médicos dificultan el diagnóstico de las enfermedades infecciosas en la provincia. Una publicación del diario oficialista El Artemiseño presenta un rosario de desgracias desde la creación del centro, que no ha funcionado a su máxima capacidad en casi cinco décadas de operaciones.

El laboratorio, por ejemplo, se quedó sin hisopos para hacer exudados nasales cuando más se requería, por el aumento de contagios de covid-19 en 2020, recordó su directora, Adilis Palacios Cristi. Aunque la escasez de los bastoncillos de algodón afecta a todo el sistema de Salud Pública cubano, la funcionaria reconoció que es más grave en este centro, porque es el encargado de este tipo de pruebas en la provincia.

Esta carencia llevó a que concentrara sus servicios en exámenes sobre fertilidad, embarazos o exámenes para niños. "Para el resto de la población procesamos urocultivos, heces fecales y realizamos el análisis de aguas y alimentos, enfermedades diarreicas agudas, de transmisión sexual, vigilancia sanitaria, tuberculosis y sífilis", detalló.

La creación del laboratorio se remonta a 1967, cuando era un centro de reunión de los médicos artemiseños. Ese año se declaró laboratorio de microbiología para atender las enfermedades infecciosas en el municipio, pero sus inicios estuvieron marcados por el abandono y la precariedad en el suministro de utilerías. En 2004, tuvo que cerrar y fue inaugurado cuatro años más tarde después de completar arreglos en el área de esterilización y fregado.

"No cumplía ninguna norma de bioseguridad" por el mal estado de la infraestructura, reconoció la doctora Yasmín Hernández Carpio, quien estuvo al frente de la institución durante 19 años. Bajo su administración, continuó su relato, se presentó una propuesta al gobierno municipal y al provincial para mejorar las condiciones del inmueble, pero no fue aprobada porque "prevalecía la idea de instalar el laboratorio de microbiología provincial en Mariel y San Antonio de los Baños".

La Empresa de Mantenimiento ejecutó en 2019 reparaciones parciales en la impermeabilización de la cubierta y la pintura, pero no fueron suficientes para contener las filtraciones

Esos planes no prosperaron y actualmente el laboratorio tiene una cobertura en los municipios de Artemisa, Caimito, Guanajay y Mariel, incluida la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM).

La Empresa de Mantenimiento ejecutó en 2019 reparaciones parciales en la impermeabilización de la cubierta y la pintura, pero no fueron suficientes para contener las filtraciones que afectan el Departamento de Tuberculosis y de un cuarto herméticamente cerrado, el cual desde 2013 tiene un hoyo en la pared cuando quitaron el aire acondicionado.

Carlos Milanés Segura, director de la Unidad Municipal de Higiene y Microbiología, confirmó al diario provincial que los trabajos no se concluyeron en 2019 por la falta de resina impermeabilizante y tampoco se cambiaron los tanques por falta de tuberías. El galeno aseguró que para este año ya está prevista la gestión de los materiales y la reparación de una turbina que lleva años con desperfectos.

La humedad y falta de ventilación dificulta el análisis de las enfermedades. Además, "no existe un flujograma adecuado para el cultivo de mohos y levaduras en el área de alimentos, pese a disponer de incubadora", agregó Hernández Carpio.

Otro factor que se suma a las deficiencias del laboratorio es que el agua almacenada en dos tanques no es suficiente para instalar un destilador, por lo que deben solicitar apoyo a la planta de hemodiálisis del hospital Ciro Redondo García, ubicado en la cabecera de la provincia.

En ese mismo sentido, Pedro Sánchez Machado, jefe de sección de Microbiología en Artemisa, se quejó de que son el único territorio sin un laboratorio de este tipo. Agregó que gracias al apoyo financiero de una organización francesa, cuyo nombre no reveló, este año cuentan con el dinero necesario para adquirir equipos para los análisis sanitarios de agua y de alimentos, que se destinarán al bacteriológico de Mariel, de mayor capacidad, por decisión del Ministerio de Salud Pública.

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