Lamentan en Ciego de Ávila que la exitosa pesca de camarón rosado se vaya toda para la exportación

La Habana/Hacía cinco años que la flota de camaroneros de Ciego de Ávila –seis pesados barcos de ferrocemento– no cumplía el plan semestral de 94 toneladas de camarón rosado. Sin embargo, en ningún lugar del largo reportaje que les dedica este sábado la prensa local se garantiza que este alimento llegará, siquiera en cantidades mínimas, a la mesa del cubano. Su objetivo es el de siempre: la exportación.

Los dirigentes locales admitieron que del éxito o el fracaso de los pescadores, y de la posterior venta del producto en el extranjero, dependía el dinero para comprar comida para todo el sector pesquero estatal. Que a finales de mayo estuviera completo el cargamento es una buena señal: todavía se pudo trabajar en junio y sacar una ganancia adicional.

El paso del huracán Irma, en 2017, marcó el inicio de la mala suerte de los camaroneros, que suelen celebrar el cumplimiento del plan con una pequeña fiesta en el puerto de Júcaro. Con timidez, el director de operaciones de la Empresa Pesquera Industrial de la provincia, José López Calderón, dijo que la venta del cargamento en el mercado internacional "favorecía" el consumo de productos del mar para el pueblo el resto del año. Sin embargo, el dirigente no explicó qué parte de las 94 toneladas exportables podían aprovechar los avileños.

A juzgar por el reportaje de 'Invasor', los únicos pescadores que se benefician del trabajo lo hacen en horario laboral

A juzgar por el reportaje de Invasor, los únicos pescadores que se benefician del trabajo lo hacen en horario laboral: un barco "se va de travesía durante 20 días y buena parte de los gastos en alimentos que necesita la tripulación los podemos hacer con lo que aporta el camarón, y, en menor medida, las producciones acuícolas", explica López.

En cuanto al dinero de la venta del camarón, asegura la jefa de finanzas de la Empresa Pesquera, Neyci López, que se destina –aunque no en su totalidad– a "piezas de repuesto, reparaciones a la industria y pintura para los barcos". Pero no se puede ser "categóricos" a la hora de calcular las ganancias, advierte, pues los precios del camarón en el mercado mundial "fluctúan".

Algo queda, dijeron los dirigentes, para el pueblo. "Sumamos unas 28 toneladas cada mes, de ellas, 8,9 para dietas médicas, además de las contribuciones a centros educacionales y de la Salud Pública", aseguraron, aunque no quedó claro si descontaban esa cantidad de las 94 previstas para la exportación o si debe salir de un excedente.

Entre los factores que permitieron que el plan se cumpliera este año, señalan las autoridades, está la reparación de las embarcaciones, sus casetas e implementos por encima de la línea de flotación

Entre los factores que permitieron que el plan se cumpliera este año, señalan las autoridades, está la reparación de las embarcaciones, sus casetas e implementos por encima de la línea de flotación de los barcos. Las reparaciones más profundas, lamentan, hay que hacerlas en astilleros nacionales y no se ha podido.

Otro factor negativo ha sido la crisis del combustible que afectó a todo el país y que impidió un mayor movimiento de los barcos. La ganancia, aseguran, pudo haber sido mayor. Sin embargo, celebran el triunfo: "Júcaro se reinventó", es la consigna.

Invasor concluye su reportaje con un comentario voluntarista sobre las infinitas posibilidades que proporcionará al Estado cubano la venta del preciado camarón. Sin embargo, no puede evitar una nota amarga: "No pudimos sustraernos de la tentación, para nada culinaria, de hacernos eco de la voz popular cuando inquiere: ¿para qué sirven las exportaciones?".

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