Los obispos cubanos lamentan que la Constitución excluya "el derecho a la pluralidad"
Los prelados recuerdan que José Martí definió a una Constitución como "una ley viva y práctica que no puede construirse con elementos ideológicos"
La Habana/Los obispos cubanos publicaron este domingo un mensaje en el que critican la nueva Constitución por considerar que "excluye el ejercicio efectivo del derecho a la pluralidad de pensamiento". La Carta Magna, que será sometida a referendo el próximo 24 de febrero, solo reconoce "una ideología única", apunta el texto.
Los miembros de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) advierten de que en el preámbulo de la Constitución se dice que "solo en el socialismo y en el comunismo el ser humano alcanza su dignidad plena". Una frase que, opinan, excluye "otras visiones sobre el hombre, la sociedad y el universo que no asumen la ideología marxista-leninista".
Los prelados recuerdan que José Martí definió a una Constitución como “una ley viva y práctica que no puede construirse con elementos ideológicos"
Los prelados recuerdan que José Martí definió a una Constitución como "una ley viva y práctica que no puede construirse con elementos ideológicos" y llaman a que la pluralidad sea "salvaguardada" en la Carta Magna que sustituirá a la actual, vigente desde 1976.
El mensaje de los religiosos celebra que en el artículo 15 se haya agregado que "el Estado cubano es laico", de manera que respeta "el derecho que tiene cada persona a creer, vivir y manifestar los valores que corresponden a su fe". Sin embargo, apuntan a que esa definición entra en contradicción con el preámbulo donde se subraya "el carácter absoluto de la ideología marxista-leninista".
"La libertad de practicar la religión propia no es la simple libertad de tener creencias religiosas sino la libertad de cada persona a vivir conforme a su fe y de expresarla públicamente, teniendo por límite el respeto al otro", recuerdan los obispos. Para lo cual, la Iglesia debe tener acceso a la enseñanza, "construir edificios" y "adquirir y poseer bienes adecuados para su actividad".
Una de las primeras acciones tomadas por el Gobierno revolucionario tras la llegada al poder de Fidel Castro, en enero de 1959, fue la expropiación de los centros docentes que eran administrados por diferentes órdenes religiosas. Entre ellos eran muy reconocidos en la Isla los colegios de los Hermanos de La Salle y los que gestionaban los hermanos Marista.
Desde hace seis décadas, el Estado mantiene el control total de la enseñanza primaria, secundaria y universitaria, y oficialmente no se permiten colegios ni universidades católicas. Los cubanos solo pueden tomar cursos de informática, teología, diseño gráfico, inglés o administración de empresas gestionados por las parroquias de la Isla.
Tras la visita a la Isla del papa Juan Pablo II en enero de 1998, las autoridades cambiaron la Constitución para convertir a Cuba de un Estado ateo a uno laico, un gesto que abrió la puerta a una mayor libertad religiosa, tras largos años de intolerancia atea, persecución y castigo para los fieles.
En el acápite del mensaje dedicado al matrimonio y la familia, los obispos aprecian que se haya eliminado la definición de "matrimonio como la unión entre dos personas", que proponía el anteproyecto de la Constitución en su artículo 68 pero señalan que en los actuales artículos 81 y 82 "se abre el camino para que, en el futuro se reconozca como matrimonio la unión de personas del mismo sexo con todas sus prerrogativas".
"Lamentamos que no ha habido cambio sustancial en lo referente al matrimonio y a la familia", agregan y critican también que la nueva Carta Magna no reconozca que "la familia tiene una función original e insustituible en la educación de los hijos" que incluye el poder “escoger el tipo de educación” que recibirán.
Los prelados abordan los aspectos económicos detallados en el texto constitucional y alaban que se haya incluido el reconocimiento a la propiedad privada
Para concluir, los prelados abordan los aspectos económicos detallados en el texto constitucional y alaban que se haya incluido el reconocimiento a la propiedad privada, pero sugieren que lo expuesto “en relación a la inversión extranjera debe ser extendido al ciudadano cubano”.
Los obispos exhortan a que “cada ciudadano, con su voto responsable y desde su conciencia, contribuya a la edificación de una sociedad en la que todos los cubanos nos sintamos respetados en nuestros derechos”. Este ejercicio debe dirigirse a garantizar “una vida digna y próspera con la participación de todos sin exclusión”.
Este es el segundo mensaje de los obispos sobre la Carta Magna en menos de cuatro meses. En el anterior, fechado en octubre de 2018 deslizaba varias críticas al texto constitucional que estaba aún en proceso de elaboración. En aquella ocasión los prelados enfatizaban que la Constitución “debe reflejar las características de la sociedad”, pues determina la vida de los ciudadanos, su futuro, convivencia y su “participación en la toma de decisiones” del país.
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