Liberan al preso político Ernesto Borges Pérez tras 27 años en una cárcel cubana
Represión
Ex agente de la Contrainteligencia cubana, fue condenado en 1998, tras intentar entregar información clasificada a un diplomático estadounidense
La Habana/Ernesto Borges Pérez, ex agente de la Contrainteligencia cubana condenado a 30 años de prisión por espiar para Estados Unidos, salió este jueves de la cárcel, luego de haber cumplido 27 años. Su hermano, César, lo esperó desde las siete de la mañana en la puerta del Combinado del Este, en La Habana, donde cumplía su sentencia.
No se cumplió, así, el temor de diversos opositores y organizaciones, que habían lanzado diversos llamamientos a la comunidad internacional. “Actualmente, Ernesto ha cumplido 27 años de su sentencia, y su liberación está programada para el 24 de abril de 2025, considerando beneficios penitenciarios que cuentan los años de prisión como 10 meses en lugar de 12”, explicaba una petición de Change.org iniciada por Betty Guerra Perdomo, prima de los presos políticos Nadir y Jorge Martín Perdomo y activista por los derechos humanos.
La inquietud de los activistas provenía del patrón del régimen de crear “nuevos cargos para impedir su liberación”, algo que ocurrió, por ejemplo, con Miguel Díaz Bauzá. De 81 años y con más de 30 de cárcel a sus espaldas, se trata del preso político más antiguo en la Isla. Condenado en un principio a 25 años de prisión en 1994, por “infiltración”, “entrada ilegal al país”, “terrorismo” y “otros actos contra la seguridad del Estado”, le sumaron una condena de otros 25 años en 2002 –que finalmente dejaron en una “pena conjunta” de 30 años– por unirse a una protesta en la cárcel de Kilo 8, en Camagüey, para exigir mejores condiciones.
"Su caso ha sido documentado en varias fuentes, como Uncommon Sense, que lo describe como un 'Jack Bauer cubano'"
En el caso de Borges, ex capitán de Contraespionaje y Juegos Operativos del Ministerio del Interior, fue detenido en 1998, cuando tenía 32 años, tras intentar entregar información clasificada a un diplomático estadounidense sobre 26 espías cubanos, y sentenciado en un juicio militar secreto. La Fiscalía pidió para él, en un inicio, pena de muerte.
“Su caso ha sido documentado en varias fuentes, como Uncommon Sense, que lo describe como un ‘Jack Bauer cubano’ por su papel y conciencia crítica desarrollada durante su tiempo en Moscú durante la perestroika y la glasnost”, señalaba la petición, que logró 714 firmas de las 1.000 que tenía como objetivo.
Borges enfrenta, aseveraba el texto, “graves problemas de salud”, que incluyen cataratas que lo han dejado “casi ciego”, y se encontraba en “condiciones precarias”: “Su situación es particularmente alarmante dado su largo encarcelamiento y las condiciones de las celdas, descritas como semioscuras y con poca ventilación, lo que agrava su estado”.
El requerimiento para su liberación lo realizó también Justicia 11J el mes pasado, el día que Borges cumplió 59 años, indicando que se encontraba en prisión “por atreverse a exponer la maquinaria de espionaje del régimen cubano”. Además, denunciaba: “Ha permanecido largas temporadas en celdas solitarias y ha estado expuesto a condiciones extremas, con muy poca iluminación solar y artificial, en un intento deliberado del régimen de quebrantar su voluntad. Ha padecido serios y múltiples problemas de salud, en relación con la docena de enfermedades que padece, entre ellas, nueve crónicas, debido a las infrahumanas condiciones carcelarias”.
El prisionero político obtuvo un breve permiso de salida para visitar su casa, por primera vez, en 2020, 22 años después de ingresar a la cárcel. Con varias restricciones: no podía hacer declaraciones públicas ni tampoco moverse, por las medidas sanitarias vigentes entonces por la pandemia de covid-19.