¿Llegará el colchón antes que el bebé cumpla un año?
Santiago de Cuba/La bebé de la familia González durmió las primeras semanas en una bañadera plástica revestida con sábanas y frazadas. No podía usar la cuna porque sus padres no alcanzaron a comprar el colchón que se asigna, por el mercado racionado de Santiago de Cuba, a las futuras madres.
El desabastecimiento del producto y la demora en llegar a manos de los necesitados, crea malestar y situaciones como las de esta bebé, en hogares de todo el país, pero con mayor gravedad en la región oriental.
A las afueras de algunas tiendas destinada para esos fines, se aprecian las largas filas de embarazadas y de sus familiares para comprar el llamado “módulo de canastilla” que se entrega a precio subvencionado a cada madre. Los precios del mercado liberado resultan imposibles de costear para una buena parte de las familias. Necesitan como mínimo unos 50 pesos convertibles para adquirir un colchón en el mercado en divisas, mientras el salario promedio mensual no supera los 20 cuc.
Muchas de esas madres le celebrarán el primer cumpleaños a su hijo, sin que este haya podido disfrutar de una cuna con colchón. Como es el caso de una joven, que prefirió el anonimato y quien aguardaba este miércoles en la fila de la Tienda de productos industriales El Atardecer. Su hija está a punto de cumplir el primer año de vida, pero todavía debe dormir en la cuna con una vieja colchoneta, reparada muchas veces y que le ha prestado una pariente.
Yamilé Fonseca, residente de la localidad Nuevo Van Van, tuvo un poco más de suerte y cuenta que “casi cuando se vencía la libreta pude comprar el colchón, pero eso fue a puro dolor y una cola que no la soporta nadie”. Otras, simplemente desisten y apelan al mercado ilegal o heredan parte de la canastilla de una hermana o una prima.
Beatriz Mena, dependienta de una tienda Industrial refiere que “solo han llevado el producto en dos ocasiones” en la tienda donde trabaja. En esos casos “se le han vendido a aquellas madres a las que se le vence la libreta de canastilla y que su bebé cumple el año de nacido”, las otras han tenido que esperar para cuando vuelvan a abastecer, aseguró.
Cuando el producto llega a alguna de las unidades comnerciales destinadas a ese fin, entonces el drama pasa a ser la cola. José Bonne, padre de una niña de diez meses, marcó frente a la Industrial este martes desde las cuatro de la madrugada para poder ser uno de los primeros. “Cuando llegué ya habían más de diez personas que, desde horas más tempranas, se encontraban marcando para no quedarse sin el colchón”.
“son muy pocos colchones los que depositan y (...) no dan abasto las cantidades que sitúan”.
La administradora de la tienda del reparto Altamira alegó que "en la unidad ha entrado en varias ocasiones, pero son más las que se quedan sin comprar que las que salen con la mercancía”. La señora cuenta que “son muy pocos colchones los que depositan y tenemos un gran número de mujeres embarazadas y recién paridas y no dan abasto las cantidades que sitúan”.
Otra persona, que prefirió no dar su nombre, asegura que “cuando llegan los colchones a las tiendas de productos industriales, ya las dependientas en conjunto con la administración sacan una gran parte de ellos, que son vendidos a quienes aún no les toca, pero que dan dinero por encima y así lo adquieren antes de tiempo”.
Por su parte, Yelaine Suárez comentó que cuando llegan los colchones en las tiendas comisionistas hay personas que se dedican a la venta de turnos por valor de diez pesos convertibles. “Es injusto ver cómo se aprovechan de la oportunidad para hacer cosas como estas”.
Las mujeres cubanas señalan a los problemas económicos y las dificultades para sostener desde el punto de vista material a un bebé, entre las prinicpales causas para la baja natalidad que presenta en este momentos el país, donde La Tasa Global de Fecundidad descendió en 2012 hasta la preocupante cifra de 1,69 hijos por mujer.
David Fernández, residente de Alturas de Versalles, cuenta que en la tienda de Altamira sacaron colchones de cuna a 300 pesos moneda nacional, por la venta liberada. El residente en el lugar se pregunta ¿cómo es posible que haya existencias para eso y no para aquellas mujeres que le pertenece por la libreta de canastilla”.
Las quejas van y vienen y muchos bebés siguen aguardando para dormir en una cuna con colchón. Mientras tanto, sus padres improvisan una camita y se turnan para hacer la cola frente a la tienda.