Sin luz y sin esperanza, la gente de Manzanillo vive como en el tiempo de las cavernas
La termoeléctrica Antonio Guiteras volvió a salir del sistema este lunes por una nueva avería
Manzanillo (Granma)/"Pareciera que nos hubiéramos acostumbrado a todo, como a los apagones. Ahora la gente se levanta a cocinar a las cuatro de la madrugada para aprovechar la corriente, o compran carbón que escasea y sube de precio por la demanda", lamenta Eneida mientras escoge en el mercado unos plátanos maltrechos.
"Antes de las seis ya habían quitado la luz, así que tuve que prender el fogón para hacer café y ablandar chícharos. Pero es que la vida en una casa no es solo cocinar. Hay que lavar y planchar la ropa y hasta ver una novelita. Todo no puede ser trabajo, que ya hice bastante", comenta la jubilada.
Yordanki enfrenta las mismas dificultades en su vida cotidiana, aunque debe además preocuparse por su familia. "Todo se ha vuelto un problema”, dice. “En la casa y en la calle andamos como zombies, pensando qué cocinar, con qué... Esto es un abuso. Aunque ponga a mis muchachos a estudiar temprano, el tiempo no alcanza y menos en época de pruebas. Estudian con bombillos recargables y hasta con los celulares, pero por la mañana ya van cansados a la escuela. Y así día tras día, sin perspectivas de mejoras."
Los apagones hace mucho dejaron de ser una eventualidad, convirtiéndose en uno de los problemas cotidianos más importantes para el pueblo cubano. Las consecuencias están siendo catastróficas para la industria y la economía, cuyo crecimiento es inviable sin energía; pero también para las familias, el eslabón más frágil de la sociedad.
"Ya no se trata de si es la Felton o Guiteras. Ayer mismo estuvimos sin luz desde las ocho de la mañana hasta la madrugada de hoy, casi a las cinco. Es demasiado", protesta Mariela. La termoeléctrica matancera, la unidad de mayor capacidad de la Isla, salió la mañana del domingo del Sistema Eléctrico Nacional de forma "imprevista", se sincronizó de nuevo por la noche este lunes, antes de las 8 de la noche, volvió a sufrir una avería. "Una no sale de un sobresalto. Mi hija vive en Estados Unidos y mi temor es que cuando hay apagón no funcionan los teléfonos fijos ni el móvil, ni internet, así que no te puedes comunicar ni con los familiares. Es más, se caen las señales de televisión y hasta se va la de Radio Granma, así que no hay por dónde informarse de nada".
"Manzanillo está irreconocible" asegura el vigilante nocturno de una empresa. "La ciudad está oscura por completo. Solo ves unas bombillas públicas al principio del malecón y otras pocas en algunas calles. Eso, y en un par de negocios particulares. Ya la gente no sale. Casi ni se sientan frente a sus casas por miedo a que los asalten o les tiren piedras. Me ves afuera porque aún tienen música en El Castillito, pero ya voy a recogerme por si acaso. Y deberías hacer lo mismo", sugiere con franqueza.
Salvo unos pocos que pueden aliviar sus noches con plantas eléctricas facilitadas por familiares en el extranjero, el pueblo vive vive como en el tiempo de las cavernas. Entre penumbras, febrero promete ser un mes largo, demasiado largo, aunque 2025 no sea un año bisiesto.