De tín marín de do pingüé… ¿Cuántas vacas hay en Cuba?
La Habana/El reciente anuncio de un "conteo nacional de ganado vacuno" por parte del Ministerio de la Agricultura ya ha comenzado a causar zozobra entre los campesinos cubanos. El inventario se realizará en la primera quincena de noviembre a lo largo de toda la Isla para arrojar el verdadero número de reses con las que cuenta el país.
Según los medios oficiales, el censo incluye cooperativas, granjas, fincas y empresas estatales y se propone tener un registro confiable de las razas, sexo y categorías por edad de cada animal. La información obtenida en el terreno "se tirará" contra la de los libros de registro pecuario, lo que hará posible, al menos en la teoría, comprobar los datos entregados por los propietarios.
Roberto León, director del Centro Nacional de Control Pecuario, declaró que cada animal deberá ser presentado a los inspectores, quienes verificarán la identidad del sujeto mediante las presillas metálicas, aretes plásticos y marcas de fuego que se hayan utilizado como medio de control.
Las matanzas ilegales y las muertes producidas de forma accidental o a consecuencia de la sequía han hecho mermar la masa ganadera, pero al mismo tiempo han propiciado mecanismos de fraude. "Una ternera no declarada es una mina de oro", comenta un ganadero camagüeyano. Si nadie conoce su existencia, nadie conocerá tampoco sus crías, ni la leche que produzca, que pueden ser utilizados en el mercado ilegal o en "cubrir faltantes difíciles de justificar"
“Una ternera no declarada es una mina de oro”, comenta un ganadero camagüeyano
"Lo más difícil será seleccionar los inspectores", dice el criador de vacas. Y concluye: "Nadie es capaz de imaginar las presiones que van a recibir. Probablemente vengan en dúos o en tríos para dificultar los sobornos, pero la tentación de ponerse de acuerdo para cuadrar la caja será enorme".
Antes del triunfo de la Revolución en 1959, se calculaba que las cabezas de ganado en la Isla fueran unos seis millones, prácticamente una res por cada habitante. Según los últimos datos publicados, la proporción es ahora de menos de cuatro millones por 11 millones de habitantes. Esa ha sido la causa de que se deprima el mercado de carne de res y, al mismo tiempo, se incremente el sacrificio ilegal, que se penaliza con sanciones de cuatro a diez años de cárcel.