"Máxima severidad", la palabra clave del sistema judicial cubano para cualquier delito

La Habana/Con una banda sonora digna del cine policial, Televisión Cubana presentó esta semana los resultados de una investigación que llevó al arresto de 10 miembros de una “cadena delictiva” en Matanzas. Destinado a advertir a la población y echando mano de todo tipo de recursos narrativos, el reportaje gira en torno a una suerte de héroe del Ministerio del Interior: el mayor Yudiel Tomé, instructor penal del caso. 

En las primeras imágenes, Tomé aparece en su escritorio examinando las pruebas del caso: fotos de varios potreros ubicados en Colón, Los Arabos y Calimete, donde ya la Policía ha dado con varias pistas: un machete, una soga, una huella de bota campesina. “Los implicados utilizaron armas y ejercieron violencia sobre las víctimas, y también sacrificaron animales”, resume el reportero.

Un cabo del Ministerio toma nota de lo que a Tomé se le ocurre, tras revisar los expedientes de los detenidos. “Pero la investigación continúa”, advierte. Tomé no es un gran orador y explica el caso ante las cámaras con mucha dificultad. Advirtió que con las pistas descubiertas sobre el terreno se pidió a la Fiscalía que emitiera la orden de detención contra una decena de implicados. Ya están en “prisión provisional”, aseguró el policía, “atendiendo a su agresividad y a lo grave de los hechos”.  

Yulelkis Hernández, fiscal provincial, fue mucho más elocuente sobre el caso y cumplió una de las funciones de estos reportajes: su carácter ejemplarizante. Hernández dijo que la prisión provisional era una medida extraordinaria, pero que las autoridades tenían toda la potestad del mundo para aplicarla, sobre todo si la solicitaba la Policía. La palabra clave, frecuente en la prensa oficial, es “máxima severidad”. 

Sin explicar las razones, hacia la mitad del reportaje Televisión Cubana olvida el caso que investiga Tomé y ofrece detalles de otro crimen: el asalto de dos jóvenes en el Viaducto de Matanzas. “Ellos nos decían que les diéramos todas las pertenencias de valor que teníamos, nos quitaron el teléfono, el reloj, las carteras”, asegura una de las víctimas, mientras que un oficial explica que enseguida “detectaron” a los dos sospechosos, que se echaron a correr. 

Horas después, las víctimas reconocieron a los ladrones en un grupo de cuatro sospechosos. Fueron juzgados esta semana y, sin revelar sus rostros, se transmiten algunas imágenes del juicio. “No se puede perder la tranquilidad ciudadana que por años se ha respirado en este país”, remacha Hernández. “Todas las personas que cometan este tipo de delitos van a hallar una respuesta penal severa”, incluyendo la cadena perpetua. 

Los juicios ejemplarizantes se han convertido en una nueva herramienta represiva en Cuba, aunque la palabra que prefiere Televisión Cubana es “preventiva”. El pasado 20 de agosto se publicó información sobre cuatro juicios celebrados en el tribunal municipal de Songo-La Maya, en Santiago de Cuba. La prensa no reveló detalles sobre los casos, pero sí subrayó su carácter de advertencia. 

“Cuando hacemos juicios ejemplarizantes potenciamos la comunicación para que el mensaje que queremos transmitir llegue a determinados destinatarios”, dijo, por las claras, Geovanis Mestre, uno de los jueces del tribunal provincial santiaguero, entrevistado por Sierra Maestra. Es indispensable, argumentó, que los delincuentes se enteren de que las autoridades tienen a la ganadería en la mira y que los castigos serán severos. 

No se escogió “al azar” estos juicios, dijo Mestre, sino que por la “reiteración” del hurto y sacrificio de ganado en varias zonas del país

No se escogió “al azar” estos juicios, dijo Mestre, sino que por la “reiteración” del hurto y sacrificio de ganado en varias zonas del país –como Santiago y Matanzas–, el tiempo que lleva “llamando la atención” de la Policía, el tribunal decidió convertirlo en una “conducta prioritaria en el enfrentamiento jurídico penal”.

Desde los procesos penales masivos de 1959 –no pocas veces resueltos con la pena de muerte– hasta el célebre caso de Arnaldo Ochoa en 1989, esta práctica no ha perdido vigencia en Cuba. Durante la pandemia de coronavirus, el Gobierno también celebró no pocos juicios ejemplarizantes. 

Según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, en junio de 2020 la Policía realizó "al menos 67 detenciones arbitrarias", sobre todo en las provincias de La Habana, Santiago de Cuba y Villa Clara, y 74 “acciones represivas de otro tipo”, en particular acoso a través de citaciones policiales. 

A estas detenciones siguió una “ola de juicios ejemplarizantes" para "intimidar a la población afectada por la mala situación económica del país". "Varios de estos procesos han sido transmitidos por los medios oficiales de comunicación, para que los ciudadanos vean lo implacable que puede ser el sistema", denunciaba entonces la organización, con sede en España.