El mercado Garayalde reabre con precios liberados y venta regulada
Holguín/La lluvia no impidió que un centenar de personas se aglomerara en la mañana de este martes a las afueras del emblemático mercado Garayalde de la ciudad de Holguín, a la espera de su reinauguración después de ocho meses de reparaciones. En su segunda apertura en menos de una década, el centro comercial se propone brindar una amplia oferta de productos.
La cola para entrar al renovado Garayalde se inició desde el día anterior y para organizarla se entregaron turnos numerados. Los primeros en entrar cuando se abrieron las puertas del lugar habían dormido la madrugada a las afueras para garantizar un puesto.
La mayoría de los clientes portaba mochilas y grandes jabas para llenarlas de algunos de los 180 productos que se anunció vendería el mercado, según había promocionado el día anterior Ana María Aguilera, administradora del lugar, al canal local Tele Cristal.
Ni la cantidad ni la calidad de la oferta estaban a la altura de lo esperado. Varios consumidores coincidieron en que no había encontrado grandes novedades
Sin embargo, ni la cantidad ni la calidad de la oferta estaban a la altura de lo esperado. Varios consumidores entrevistados por 14ymedio coincidieron en que no había encontrado grandes novedades. "Son los mismos productos que había antes de cerrar", dijo una señora un poco disgustada por la larga espera. También hizo referencia a los precios, que consideró en su mayoría excesivamente altos.
Nada más comenzar su primera jornada después de la reparación, la mayoría de los clientes se dirigieron al departamento de productos cárnicos. A diferencia de otros productos, la carne de cerdo, a 17 pesos cubanos la libra, tenía un precio atractivo para una población que en el último trimestre ha notado un alza en el producto por encima de los 30 CUP la libra.
Tampoco faltó el control para impedir desórdenes. En las afueras del complejo resultaba evidente desde muy temprano el operativo policial y la presencia de efectivos para mantener la disciplina en la reinauguración.
"La unidad apelará a la policía para la organización de la cola y evitar los compradores que acaparan productos para revender. Vamos a trabajar todos mancomunados para que esta lacra de la sociedad no pueda seguir existiendo aquí", había expresado la administradora del local a la prensa.
También aclaró que la venta sería liberada, pero regulada, y especificó que se venderían por persona: dos cartones de huevos, cinco libras de carne y diez libras de arroz, "con el objetivo de que toda la población alcance".
En la cola había mujeres con niños. Una de ellas confesó que traía a su hijo de cinco años para obtener "prioridad en la compra" y no tener que esperar en "una cola tan grande".
Los directivos del centro comercial, que emplea a 70 trabajadores, esperan superar los 100 millones de pesos cubanos en ventas, lo que depende de que se cumplan los compromisos acordados con productores y suministradores. La mayoría de ellos industrias locales, cooperativas y granjas estatales.
Este martes, transcurridas cuatro horas de la reapertura, ya se habían agotado los productos cárnicos, el sofrito y el puré de tomate enlatado
No es la primera vez que este centro comercial, creado en la década de los años ochenta del siglo pasado, se somete a una restauración. Su anterior reapertura se produjo en 2009, después de una reparación y de convertirlo en un mercado de venta de productos nacionales fuera del racionamiento. Esta vez se ha realizado una reconstrucción general con una reorganización de los departamentos para dotar de mayor funcionalidad al mercado, según informó un funcionario de Alojamiento y Gastronomía, empresa provincial a la que pertenece el mercado.
Sin embargo, las expectativas no estaban tanto en relación con su distribución interna como con el suministro. Este martes, transcurridas cuatro horas de la reapertura, ya se habían agotado los productos cárnicos, el sofrito y el puré de tomate enlatado.
Un dependiente informó que había sido mucha la demanda y que se le había terminado la asignación para la jornada.
Solo quedó en venta, y sin demanda, la masa de hamburguesa y de chorizo, a 20 y 28 pesos cubanos el kilogramo, respectivamente. También se agotaron los derivados del mar. En la dulcería, de diez posibles productos en venta, solo se exhibían tres.