El microbús eléctrico de Sancti Spíritus, un "invento" de los militares cubanos que no despega
Quienes logran montar en el vehículo se preguntan ahora cómo las autoridades podrán propulsarlo en los meses de más calor
Sancti Spíritus/Casi tres meses de prueba no han bastado para que el microbús eléctrico diseñado por las Fuerzas Armadas en Sancti Spíritus deje de ser un experimento. El prototipo del vehículo, anunciado con bombo y platillo por la prensa oficial en abril, está a punto de entrar en un terreno escabroso para su funcionamiento: la temporada de apagones.
Quienes logran montar en el microbús, de once plazas, se preguntan ahora cómo las autoridades podrán propulsar el vehículo en los meses de más calor, con un déficit abrumador de electricidad y la multitud de pasajeros que esperan ser recogidos en la ruta más transitada de la ciudad: de El Chambelón a los hospitales, a través de la Carretera Central.
El vehículo no dispone de paneles solares sino de un cargador genérico –incorpora la energía con mucha lentitud– y un amasijo de cables de cuya disposición se burlan los espirituanos. "Son más gastos que beneficios", se quejó en voz alta uno de los conductores este miércoles, mientras comentaba el letrero que el microbús, de color amarillo chillón, luce en la carcasa: "100% eléctrico".
Técnicamente, el bus sigue circulando en modo de prueba, si bien lo hace por una vía bastante bien asfaltada y recta
No se sabe si los militares darán el paso a la producción en serie. Técnicamente, el bus sigue circulando en modo de prueba, si bien lo hace por una vía bastante bien asfaltada y recta. En la Carretera Central –que divide en dos mitades a Sancti Spíritus– están, además, situados varios puntos clave para la población, como las terminales de ómnibus, la zona hospitalaria y el espacio de la feria agropecuaria.
En abril, cuando la prensa local elogió la "franca coherencia" del ejército y de su Empresa Militar Industrial, auguró que no pasaría mucho tiempo antes de que los vehículos amarillos llenaran las calles de la provincia. Era, afirmaban, un paso para aliviar "el deprimido estado del transporte público".
Pedían a las autoridades, eso sí, el "respaldo financiero" para llevar al máximo las potencialidades del "invento", cuyo nombre técnico es VES002. "El proyecto está en pleno proceso de evaluación técnica en aras de conocer su funcionamiento y los parámetros de explotación que permitan corregir defectos y problemas por adelantado", advertía Escambray.
Estaba previsto que, si todo salía bien, los militares comenzarían la producción, aprovechando la importación de "cinco soportes eléctricos", puntos de partida para el ensamblaje. Una vez construida la "pequeña flota", las Fuerzas Armadas tenían previsto delegar la explotación de los vehículos en una mipyme aliada. Hasta el día de hoy, el negocio sigue sin prosperar.
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