"Por lo menos hasta el miércoles, no va a haber corriente en Sancti Spíritus"

  • En Holguín los hospitales están a oscuras y crece la angustia ante la llegada del huracán Oscar
  • Colas kilométricas para conseguir gas para cocinar alimentos que se pudren en las neveras

La situación se ha escapado de las manos de las autoridades.
La situación se ha escapado de las manos de las autoridades. / 14ymedio
Mercedes García/Miguel García

20 de octubre 2024 - 19:58

Sancti Spíritus/Holguín/Cuando Olimpia vio el pasado viernes que todo su barrio en Sancti Spíritus entraba en apagón pensó que el episodio era uno más de los muchos que se viven desde hace semanas, cuando el déficit diario de la Unión Eléctrica no bajaba de los 1.000 megavatios. No fue hasta que una vecina pronunció las palabras “desconexión total” que su preocupación se disparó. En los últimos dos días, su cuadra solo recobró el servicio una vez, la mañana de este domingo, para volverlo a perder poco después.

“La noche entera todo Sancti Spíritus estuvo a oscuras”, explica la mujer, que ha visto en pocas horas a la ciudad transformarse en un pueblo fantasma. “La gente solo sale a comprar comida pero ni eso hay. Muchos han perdido todos los alimentos que tenían porque sin refrigerador se empezaron a podrir. El pan que surten principalmente las panaderías privadas, también desapareció de pronto”, relata.

La espirituana explica que el pan de la bodega sigue llegando pero –resalta– esos locales tampoco se han librado de las consecuencias del apagón general. “Como no hay corriente están vendiendo todo el pollo normado que entró por la cuota hasta que se acabe en todas las bodegas. Es un trocito de muslo de pollo, pero la gente lo compra aunque lo tenga que cocinar enseguida para que no se eche a perder”.

Olimpia, como el resto de los cubanos, vio desde niña a sus padres y abuelos “resolver” con lo que podían para sortear cualquier situación. La inventiva que recibió de herencia, sin embargo, no la preparó para vivir una situación como la de ahora, asegura. “La gente anda como loca viendo qué come, cómo cocina. Las colas del gas se han vuelto imposibles. Suspendieron los tiques en la aplicación porque, como no hay conexión, no hay manera de saber si te llegó el turno. Solo funciona la cola física. Me anoté y tengo un número cercano al 700”, relata.

Las bodegas han comenzado a vender el pollo normado para evitar que se eche a perder.
Las bodegas han comenzado a vender el pollo normado para evitar que se eche a perder. / 14ymedio

Las alternativas para enfrentar estos días de incertidumbre, acota, han sido pocas: “En varios puntos vendieron un poco de caldosa a ocho pesos”. En la práctica, los cubanos han debido arreglárselas como pueden. “Esta mañana pude cargar la planta cerca de los grupos electrógenos y la estoy usando solo para la nevera, para que no se me eche a perder la carne. Por lo demás, me mantengo a oscuras”, aduce. 

Olimpia ha podido comunicarse muy poco con su familia a la que nota –según explica– tan desinformada como ella misma. “La radio funciona por momentos. Esta mañana la pude escuchar por tres o cuatro horas, pero los partes informativos daban poca información y lo único útil que dijeron es que en esta zona, por lo menos hasta el miércoles, no va a haber corriente”, lamenta. La conexión a internet, continúa, también ha sido “pésima” estas jornadas. “El celular sigue marcando 3G o 4G, pero en realidad no salen los mensajes ni se pueden hacer llamadas. La información que tiene la gente es la que oye del vecino, que a su vez la escuchó de alguien más”.

El movimiento de las autoridades tampoco da indicios de que vaya a haber cambios pronto. “Hay una orientación para los centros de trabajo de que no pueden encender los grupos electrógenos y quienes los enciendan por necesidad no pueden poner aires acondicionados ni computadoras. Solo lo imprescindible. El transporte tampoco está funcionando. Solo hay una guagua dando vueltas por las mañanas, pero de todas formas no hay casi gente en las calles”, describe.

Una cosa, no obstante, llamó la atención de Olimpia estos últimos días, y es que “los militares están como hormigas locas”. “Hay policías y agentes en todos lados, sobre todo esos que van con uniforme verde que dice Guardia Operativa. No sé qué están haciendo, pero están movilizados”, explica la mujer, que vio como un vehículo del ejército recogía a dos vecinos de su cuadra. “La esposa de uno de ellos me comentó que todavía no ha tenido noticias de él”, añade.

En Holguín, Manuel ha visto los mismos síntomas de la crisis. Neveras llenas de comidas echadas a perder, el hedor de los basureros acumulados durante días, la escasez de agua que comienza a golpear a las familias y, para colmo, la llegada del huracán Oscar este domingo que mantiene a los holguineros angustiados por los escasos recursos con los que cuentan y la poca información que han recibido.

Muchos holguineros han pasado hasta 12 horas en las colas de los puntos de venta.
Muchos holguineros han pasado hasta 12 horas en las colas de los puntos de venta. / 14ymedio

“Tuve que salir a un campo a las afueras de la ciudad para poder contactar con mi familia. Me acerqué lo más que pude a una antena y, aunque la conexión era mala, pude llamar. Sin embargo, todos los números que marqué estaban apagados o fuera del área de cobertura”, explica el holguinero.

La situación en la capital provincial, resume, está “como en todas partes”: oscura. “Hablé con mi abuela de 70 años, que vive en el reparto de San Rafael, y me dijo que había tenido que cocinar con leña”, cuenta Manuel, que explica que en las últimas horas los residentes en la ciudad han colapsado los 18 puntos de venta de gas licuado para abastecerse antes de que los efectos de Oscar comiencen a sentirse en la provincia. “Las colas son kilométricas, con cientos de clientes esperando para comprar. Hay personas que se han sumado a las dos o tres de la mañana y pasadas 12 horas siguen ahí”, asegura.

Una visita con su madre enferma al Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Iñiguez permitió ver al holguinero una arista de la crisis que nunca hubiera imaginado. “En todas partes dicen que se ha priorizado la electricidad a los hospitales, pero cuando entré todos los médicos estaban dando las consultas a oscuras”, recuerda.

La tensión, según explica, se sentía en los pasillos, donde hasta los médicos y enfermeras expresaban abiertamente su descontento. “Pasé por una consulta y escuché a un médico muy frustrado porque no hay personal ni siquiera para realizar las operaciones. Por el momento solo están atendiendo las de urgencia, pero la situación empeora en la medida que los casos se acumulan”, narra Manuel, que escuchó al sanitario quejarse por la falta de recursos. “Dijo que recientemente tuvo que darle una lista a un paciente con todo lo que tenía que conseguir para hacerle una operación, desde jeringuillas y branulas (catéteres) hasta antibióticos y anestesia tópica”, añade.

“También escuché a dos enfermeras quejarse de que Salud Pública no les concede la liberación porque se han ido muchas personas. Falta personal en la farmacia interna, en los salones de operaciones, en las consultas de especialistas”, enumera el holguinero, que asegura que, a simple vista, puede notarse que “el hospital está casi vacío”.

La situación se ha escapado de las manos de las autoridades, que ni siquiera llegan de forma eficiente a la población para explicar el colapso del SEN o la llegada de Oscar. Y la confluencia de ambos preocupa a los cubanos. “Desde que informaron de este desastre a nivel nacional la gente está muy molesta”, reflexiona Olimpia, que no tarda en abandonar el lamento y volver a la realidad: “¿Qué vamos a hacer? ¿Dónde nos vamos a meter?”.  

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