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Miles de personas sin agua en Trinidad desde 2020 por un impago de Cuba a un acreedor extranjero

Los apagones provocan roturas en las tuberías por los cambios brutales en la presión del agua

Las obras hidráulicas se eternizan porque siempre surgen otras prioridades. / Periódico 26
14ymedio

16 de octubre 2024 - 20:06

Madrid/Al menos 4.000 vecinos de Trinidad, en Sancti Spíritus, viven afectados por el desabastecimiento de agua por culpa de las deudas del Gobierno cubano. Hace cinco años se anunció la rehabilitación del sistema hidráulico de la ciudad con un préstamo exterior valorado en 25 millones de dólares y, de repente, todo se paró sin explicación. Hasta que este miércoles saltó la liebre. 

“Lo primero que hay que decir es que el acueducto de Trinidad comenzó con un crédito de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep, el cual, desde finales del 2019 y principio de 2020, cerró operaciones con nosotros a partir de un impago”, explica Fredesman Jiménez Bravo, delegado provincial del ramo a Cubadebate

El especialista es una de las voces consultadas para un extenso reportaje sobre el deficiente abasto de agua en la Isla, con especial énfasis en Sancti Spíritus, aunque también se habla de Pinar del Río, La Habana y Villa Clara. “Todos conocemos que el covid generó una situación muy tensa para nuestra economía y nosotros no pudimos mantener los pagos. Luego tratamos de renegociar la deuda con ellos y hasta este minuto no ha sido posible”, excusa el funcionario.

“Todos conocemos que el covid generó una situación muy tensa para nuestra economía y nosotros no pudimos mantener los pagos”

Como resultado, gran parte de sus habitantes carecen de agua en períodos de hasta dos y tres meses y deben pagar más de 3.000 pesos por una pipa si aspiran a tener un bien de primera necesidad, considerado un derecho humano. De poco sirve a los espirituanos la explicación de que se pudo renegociar la deuda con el Fondo de Desarrollo de Kuwait y Arabia Saudita, pero no con la Opep, ya que “existen varios créditos en el país (no solo Trinidad) que no tiene respaldo en moneda dura para avanzar”, remató. 

Jiménez Bravo añade que las obras tienen que continuar con el presupuesto nacional, pero el Estado cubano necesita “ese mismo dinero para comprar la canasta básica, la leche en polvo, o para la generación eléctrica”. Lo dice sin mencionar otros gastos, como la construcción de hoteles, en un esfuerzo por hacer más digerible la información –, motivo más que suficiente para explicar el atraso. Según Cubadebate, Trinidad es uno de los municipios más afectados del país y de la provincia de Sancti Spíritus, donde se calculan en 16.000 (de sus 416.000 habitantes) las personas que carecen de agua con normalidad.

La nota del medio oficialista da detalles sobre las zonas afectadas del territorio y las obras acometidas, así como las inversiones detenidas en Jatibonico y Cabaiguán. En la primera de estas localidades se ejecutan obras para una planta potabilizadora y en la segunda para una conductora; entre ambos proyectos mejoraría el servicio para unas 50.000 personas. A ellos se une la instalación de equipos de bombeo que funcionan con energía solar, muchos de ellos ya en marcha. 

Las autoridades insisten en que el cambio de matriz energética es indispensable, ya que el abastecimiento de agua funciona con una electricidad que brilla, precisamente, por su ausencia

Las autoridades insisten en que el cambio de matriz energética es indispensable, ya que el abastecimiento de agua funciona con una electricidad que brilla, precisamente, por su ausencia. Para este miércoles, y en un nuevo dato alarmante, el déficit anunciado por la Unión Eléctrica es de casi 1.500 megavatios (MW), mientras que el día anterior se llegó a 1.641 (MW) en la hora pico.

En este punto, los expertos cubanos introducen un nuevo concepto hasta ahora inexplorado: “el golpe de ariete”. José Antonio Hernández Álvarez, presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, recuerda que la falta de energía y el estado de los equipos de bombeo son el talón de Aquiles del abastecimiento de agua, pero añade un nuevo elemento. Muchas de las roturas se producen por un cambio de presión en las conductoras y tuberías que llega cuando el apagón interrumpe el flujo de agua.  

“Imagina que el agua, que fluye a gran velocidad por las tuberías, se detiene de golpe. Este frenazo provoca un aumento repentino de presión en el sistema, como si una ola chocara contra una roca”, expone. “Cuando te dicen que se va la corriente a las diez, uno comienza a apagar equipos desde un poco antes, pero cuando es un paro imprevisto vienen las fallas”. Durante los últimos días, resume el funcionario, “ha existido como promedio más de medio millón de personas afectadas por falta de electricidad”, lo que complica un servicio cuyo funcionamiento se agrava ante la falta de combustible, ya que en el último año la entidad solo recibió el 54% del necesario.

La escasez, añade, ha obligado a establecer las siguientes prioridades: la distribución de químicos para el bombeo, la reparación de averías, el reparto de agua en pipas y la limpieza de fosas. 

Hace un mes Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, reveló los bajos salarios que reciben los trabajadores del sector, lo que ha provocado –junto con la emigración– un importante déficit de especialistas. Hoy, se cuantifican los daños en números contantes y sonantes: desde 2022 más de 12.000 empleados han abandonado el sistema de recursos hidráulicos, aunque también se incorporaron 6.000. “La balanza sigue siendo negativa, además que los que ya no están tenían un grado de preparación y de especialización que es más difícil de sustituir”, advierte Hernández Álvarez.

En Pinar del Río, “la situación es crítica”, admiten, a pesar de la infinidad de equipos y obras anunciadas como parte de un “ambicioso programa”

El reportaje de Cubadebate añade un amplio abanico de datos ya avanzados en la Mesa Redonda de septiembre, para acabar repasando las tres provincias que siguen a Sancti Spíritus en estado crítico. En Pinar del Río, “la situación es crítica”, admiten, a pesar de la infinidad de equipos y obras anunciadas como parte de un “ambicioso programa”. 

En cuanto a La Habana, donde se concentra casi la mitad de los salideros del país y que en las últimas semanas ha vivido una muy mala situación por la ruptura de la conductora Cuenca Sur –con impacto directo en seis municipios centrales: Plaza de la Revolución, Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre y Boyeros–, las cosas prometían mejorar cuando se estaba terminando la primera reparación. Sin embargo, otro fallo ha forzado una segunda intervención y, de los 19 pozos disponibles, se ha logrado recuperar 16. Además, en otro de los sistemas de la capital, Ariguanabo, varias averías afectaron a cuatro pozos, dejando a casi 54.000 habitantes en La Lisa sin agua, en un primer momento, reducidos ahora a 5.000. 

El reportaje cierra con la precaria situación de Villa Clara y un dato escalofriante. En un poblado de Manicaragua, recibieron agua después de 355 días sin abastecimiento. Pese a tal emergencia, una de las vecinas consultadas no duda en decir que “el Estado no deja de buscar soluciones alternativas”. Santa Clara, con ciclos de más de 90 días, es una de las localidades más afectadas, aunque también Caibarién y la propia Manicaragua. Y no son las únicas. Hernández Álvarez, no obstante, repasa todas las infraestructuras y piezas que deberían mejorar las cosas y remarca que los planes “poco a poco dan los primeros resultados”.

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