El crédito ruso de 111 millones a Cuba revive Antillana de Acero, enorme consumidor de energía
Los expertos señalan que su entrada en operación tensará aún más la demanda de electricidad en el país
La Habana/Con el crédito de 111 millones de dólares, ofrecido por Rusia a Cuba en 2017, se ha logrado la reparación integral de Antillana de Acero. Ahora, se preguntan los expertos, queda por ver cómo, en un país que vive al ritmo de los apagones, se va a conseguir la enorme cantidad de energía eléctrica necesaria para hacer funcionar los hornos, las grúas y los otros equipos.
Interrogado por Granma, el director general de Antillana, Reinier Guillén Otero, confirmó que la situación de su empresa era "crítica". Llevaban años negociando con Rusia el financiamiento de la reparación, que se aprobó hace cinco años. El resultado, más que restaurar, consistió en sustituir, en la práctica, toda la estructura de la fábrica.
El crédito ruso se distribuyó en 54 proyectos, calculó Guillén, entre los que se incluyó la acería, que necesitó el proceso "más costoso y peligroso". El techo de la acería, de una altura máxima de 45 metros y 27.000 de extensión total, pudo repararse solo en un 40%.
La renovación de las calles, los cimientos de la planta y otros espacios comunes, necesitaron 5.000 metros cúbicos de hormigón "de alta resistencia". También se arreglaron las grúas de la instalación, indispensables para el traslado de la chatarra, y el horno para derretir el acero.
La obra debería estar terminada para agosto de este año, aunque los directivos admiten que todavía faltan pasos importantes en el montaje de nuevas grúas, la instalación de algunos equipos y las obras generales de la fábrica. Sin embargo, el reportaje de Granma evita calcular cómo lidiará Antillana de Acero con la inestabilidad del Sistema Eléctrico Nacional.
"Es un enorme consumidor de electricidad porque cuenta con hornos de arco eléctrico que gastan muchísima energía. Además, las grúas viajeras necesarias para mover las cargas son 100% eléctricas"
Arístides, ingeniero eléctrico, trabajó por 22 años en la fábrica y ha recibido con preocupación la noticia de que el coloso vuelve a producir. "Es un enorme consumidor de electricidad porque cuenta con hornos de arco eléctrico que gastan muchísima energía. Además, las grúas viajeras necesarias para mover las cargas son 100% eléctricas. O sea, que es de prever que esta entrada en funcionamiento tense la situación energética", cuenta a 14ymedio.
El ingeniero jubilado recuerda la estructura de la planta, a la que considera "un pueblo pequeño dentro de la ciudad", con su gran taller de laminado y otro de maquinado, una instalación de vaciado continuo, que convierte el metal líquido en las llamadas palanquillas que una vez logradas se pasan por unos rodillos gigantes que las van comprimiendo hasta convertirlas en cabillas".
Arístides, que conoce el costo energético que conlleva la puesta en marcha de Antillana de Acero, opina que "si van a reactivar la producción es porque ya tienen algún contrato extranjero seguro con algún país o empresa que les va a comprar el acero". Por la millonaria inversión que ha hecho Rusia, podría especularse que parte del producto terminará en el país euroasiático.
Indagando sobre el uso militar del acero cubano, Arístides opina que "no tiene la calidad para ser usado en armamento porque es un acero al carbono" aunque recuerda que en "un tiempo se hacían granadas para el entrenamiento de las MTT (Milicias de Tropas Territoriales), pero fue muy breve. Se armó tremenda paranoia al principio pero al final –como todo en este país– los trabajadores terminaron teniendo las granadas hasta de pisapapeles en las oficinas".
"Nunca ha dado una producción para cubrir la demanda nacional y parte de esa cabilla se destina a la exportación. Siempre han priorizado la exportación que es lo que da divisas. Algunos de sus talleres auxiliares tienen capacidad para prestar servicios a los cubanos pero nunca han dado autorización para eso", remarca Arístides. "Podría resolver muchos problemas y además ingresar dinero por esa labor, pero nunca les ha interesado".
"Como toda industria cubana, incluso cuando dicen que es eficiente, en realidad es insuficiente, porque se ha ido quedando centrada solo en perfiles de acero"
El ingeniero se refiere a que los vecinos de la fábrica podrían pagar por servicios de herrería, torneado y montaje de piezas. "Como toda industria cubana, incluso cuando dicen que es eficiente, en realidad es insuficiente, porque se ha ido quedando centrada solo en perfiles de acero y aunque en el pasado hizo otros productos, como bolas destinadas a romper concreto, ya hace tiempo que esa línea se cerró".
Los perfiles y cabillas de acero son el esqueleto de cualquier construcción y un elemento que actualmente escasea en la Isla, donde el deterioro habitacional y el déficit de viviendas ha ido creciendo significativamente en los últimos años. La venta oficial de estos elementos constructivos ha quedado reducida a los damnificados por los más recientes huracanes y en el mercado negro los precios están por las nubes.
"Te encuentras acero que se ve que ya fue usado en encofrados o sacado de edificios abandonados y con eso es con lo que hay que trabajar", explica a este diario Samuel, un joven de 31 años que junto a su familia está "tirando la placa" nueva para el techo de su vivienda, en el municipio habanero del Cerro. "Ahora estamos parados por falta de cabillas, llevamos dos años en esto porque la que te encuentras está carísima".
Cuando Samuel ha intentado regatear el precio del acero con los comerciantes informales, la respuesta invariable es que "está perdido porque Antillana sigue parada". Ahora que el coloso de El Cotorro volverá a producir, el joven alberga algunas esperanzas de que "empiece a verse la cabilla" y su vivienda vuelva a tener el techo que perdió debido a las filtraciones y el deterioro.
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