El primer ministro cubano sugiere "un gobierno en la calle" para buscar soluciones a la crisis económica
A título experimental, seis empresas estatales de Villa Clara podrán comprar divisas para fabricar productos comercializados en pesos
La Habana/Algunos de los máximos dirigentes del país se reunieron este miércoles para constatar una evidencia: los indicadores de la economía están mal. ¿Razón? El embargo. ¿Previsiones? Las mismas, crecer al 3%. ¿Soluciones? "Organizar un gobierno en la calle". Esa fue una de las sugerencias del primer ministro, Manuel Marrero, que sintetizó así su llamamiento a "aunar toda la inteligencia colectiva y lograr la unidad para buscarle solución a los propósitos" (sic).
Aunque Marrero instó a "cambiar las cosas", si por algo se caracterizó la reunión fue por las menciones a lo de siempre, entre ellas el empecinamiento de Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, que después de mantener el pasado año sus proyecciones de turismo hasta el mismo octubre, cuando los números eran a todas luces irreversibles, este año tampoco piensa mover la previsión de crecimiento, que en diciembre de 2022 calculó en un 3%. Los calamitosos datos de 2022 podrían servirle, en este caso, para acertar. O no, precisamente como el turismo.
Por este sector se volverá a apostar, afirmaron ambos dirigentes en la reunión de ayer, aunque la prioridad será "avanzar en la estabilización macroeconómica del país", un apartado al que dedicó abundantes palabras que no aclararon demasiado.
A estas vaguedades, se une algo más concreto: la creación de una nueva ley de empresas y estímulos fiscales para quienes quieran importar, pero se mantendrá a la "empresa socialista" como actor principal
El plan incluirá, dijo, una "reforma fiscal, la recuperación del equilibrio monetario, la planificación y coordinación macroeconómica, el desarrollo de los mercados y las relaciones monetario-mercantiles, el incremento de la entrada de divisas, la desdolarización y la convertibilidad de la moneda nacional y la mitigación de los impactos sociales". Parafraseando a Marrero, estos son propósitos, no soluciones.
A estas vaguedades, añadió Gil, se une algo más concreto: la creación de una nueva ley de empresas y estímulos fiscales para quienes quieran importar, pero se mantendrá, como siempre, a la "empresa socialista" como actor principal en la producción de bienes y servicios. De lo que en la reunión de ayer se dijo, se intuye que el sector privado seguirá estando concebido, incluso cuando el control sobre él parece evidente, para apoyar al estatal.
Entre los males que aquejan al país, Gil mencionó la dolarización parcial entre empresas y de ellas con el sector no estatal, la inflación, el acceso centralizado a las divisas de los exportadores, la falta de "inserción efectiva" de los privados –para los que prevén crear un Instituto y una Dirección General– y los malos resultados del sector empresarial estatal al que, pese al diagnóstico, insisten en privilegiar.
Pero esos malos resultados no los atribuyó Marrero a un sector o medidas ineficientes, sino, una vez más, a agentes externos. "No podemos dejar de reconocer, decir y denunciar que, entre todos los impactos que han conducido a la situación del país, el bloqueo tiene una incidencia definitoria", protestó. Y a su lamento le siguió el de Gil que, además del embargo, citó a la pandemia como causa de la falta de divisas.
En medio del manido discurso, no faltó tampoco el desvío de responsabilidades en la inflación. El ministro de Economía dijo que los precios son abusivos e impactan de forma directa en la población, pero no consta que se haya tomado una sola decisión en el país para poner freno.
El ministro de Economía dijo que los precios son abusivos e impactan de forma directa en la población, pero no consta que se haya tomado una sola decisión en el país para poner freno
Mientras decenas de países afectados por tasas inflacionarias infinitamente menores que las de Cuba –donde los alimentos ya cuestan un 73% más que hace un año, sin tener en cuenta el más real mercado informal– llevan meses probando medidas de distinto tipo para controlar los precios, los máximos responsables de la Isla se limitan a mencionar el problema como si de una fuerza natural se tratara.
Una de las posibles materializaciones de las difusas palabras de Marrero y Gil es el "experimento" –como se refiere a la medida el diario provincial Vanguardia– que se hará en seis empresas estatales de Villa Clara. a las que se les venderán divisas a una tasa de 1 dólar por 120 pesos para comprar insumos y materias primas destinados a la fabricación de productos que se comercializarán en moneda nacional.
Será todo un privilegio porque, si bien antes la tasa era oficialmente de 1 por 24, la posibilidad de conseguir divisas era casi nula por la vía legal. Por el momento, la concesión es para la Empresa Porcina de Villa Clara (700.000 dólares); las Pesqueras de Caibarién y Villa Clara, Pescavilla, (500.000); la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos 1.º de Mayo (700.000), y la Empresa Textil Luis Turcios Lima (200.000).
Con esos montos aprobados, las entidades deberán aumentar su producción de cárnicos, pescados, ollas o frazadas, según el caso, todos ellos escasos en el país. Por último, Ciclos Minerva también tiene una cantidad asignada o en proceso, puesto que no se ha indicado.
"Esta resulta una de las ideas dirigidas a hacer del 2023 un año mejor, satisfacer las necesidades del pueblo y combatir el flagelo de la inflación mediante la producción de bienes y servicios, que constituye el mecanismo económico más factible", dijo el gobernador de la provincia, Alberto López Díaz.
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