La minúscula isla africana de Mauricio duplica la producción cubana de azúcar de caña

En 2023 La Habana compró a EE UU 170.000 toneladas de azúcar y endulzantes

A López le satisfizo ver desde un helicóptero los “campos de caña de azúcar hasta el borde del mar”
A López le satisfizo ver desde un helicóptero los “campos de caña de azúcar hasta el borde del mar” / OnCuba
14ymedio

24 de julio 2024 - 20:28

La Habana/La República de Mauricio, una isla de 2.040 kilómetros cuadrados al este de África –casi el tamaño de Isla de la Juventud–, es el paradigma que, según el periodista oficialista Félix López, residente en España, debe inspirar la política cañera de Cuba. 

En un artículo que compara la desastrosa zafra de la Isla con el pujante negocio del azúcar en el país africano, López llega a una conclusión: las 600.000 toneladas de azúcar reportadas por Mauricio en 2023 dejan en ridículo a las 350.000 que, en el mismo período, produjo Cuba, un territorio 50 veces mayor. No hay razones para esperar que el resultado final de la zafra de 2024, que aún no se conoce, sea mejor. 

No hay que ser un “califato petrolero” para que a un país le vaya bien, reflexiona López, que opta por la monoproducción y la monoexportación cañera, un modelo que –olvida– Cuba aplicó en el pasado con resultados notables (ocho millones en 1985), pero a la larga devastadores tanto para el ecosistema de la Isla como para su economía. 

Mauricio, ilustra López, lleva décadas compitiendo en el mercado cañero mundial y luchando por perfeccionar su producción. En 2023, con el 82% de sus tierras sembradas de caña, el país exportó 530.000 toneladas de azúcar a Europa, el 87% de su producción anual. Además, utilizó el bagazo para producir el 60% de la electricidad que consume, afirma López, que realizó una visita al país.  

Mauricio lleva décadas compitiendo en el mercado cañero mundial y luchando por perfeccionar su producción

Independiente de Reino Unido desde 1968, “pequeño, pobre y perdido en los mapas”, Mauricio ha hecho remontar su economía. A López le satisfizo ver desde un helicóptero los “campos de caña de azúcar hasta el borde del mar” que faltan en su país. Es cierto, reconoce, que además de caña tienen diamantes y que se les considera un paraíso turístico de moda –1,3 millones de visitantes en 2023; Cuba llegó a 3,2 millones–, pero el azúcar es su producto “raíz”.  

¿La receta? Un “pragmatismo económico digno de estudio”, con facilidades para la inversión extranjera –otro talón de Aquiles cubano– que han permitido registrar a 21.000 empresas. Por otra parte, Cuba, medita López, mira al mundo “detrás de unos cristales empañados” y aunque es aliado de Mauricio –un país que vota contra el bloqueo de EE UU en Naciones Unidas– no aprende de su modelo. 

López no es el primer periodista oficialista que, discretamente, pide girar el timón económico al Gobierno. Según dijo en el programa Cuadrando la Caja Luis Marcelo Yera, experto del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas, se “estudia preciosamente” a Temasek Holdings, el fondo estatal de inversiones de Singapur, que tiene intereses en casi todas las compañías importantes del país y “se comporta como si fuera privado”. La Habana, sin embargo, se resiste. 

En una reciente rendición de cuentas en el Parlamento, las autoridades evaluaron la zafra de 2024, una de las piedras de toque para entender la debacle económica del país. Sin atreverse a dar el número de toneladas cultivadas, la Comisión Agroalimentaria desgranó un rosario de dificultades de producción, entre ellas, el hecho de no contar con personal suficiente, la quema de 750.000 toneladas de caña y las 16.000 hectáreas que los macheteros no llegaron a cortar. Desertaron, además, 6.723 trabajadores estatales y 7.418 cooperativistas, lo cual hizo que tuvieran que emplear a 113 presos para “incorporarse a la faena”.

El país necesita unas 600.000 toneladas para su consumo interno anual; hoy está produciendo poco más de la mitad

“Durante la zafra no se logró cumplir en la mayoría de las empresas agroindustriales con las medidas organizativas para asegurar la tarea diaria y los niveles productivos, mezclándose problemas subjetivos con limitaciones reales de carencias, lo cual revela indisciplinas y falta de exigencia de presidentes de cooperativas y jefes de áreas en la industria”, fue la conclusión. 

Esta semana, Martí Noticias reveló que Cuba había importado entre enero y octubre de 2023 desde Estados Unidos 170.000 toneladas de azúcar y endulzantes para compensar las deficiencias de la cosecha más baja de los últimos 125 años. El país, añadían, necesita unas 600.000 toneladas para su consumo interno anual; hoy está produciendo poco más de la mitad. 

El material publicado por el canal incluía imágenes de 2020, donde también se veía a estibadores cubanos cargando sacos de azúcar procedentes de Francia. Los sacos llevaban la marca de la Sucrerie et Distillerie de Souppes Ouvré et Fils, una refinería francesa capaz de producir 1.000 toneladas de azúcar de caña y remolacha por día. 

En Cuba, constató 14ymedio, ha aumentado la oferta de azúcar importada en sitios de venta online que aceptan el pago con tarjetas extranjeras. Sin embargo, la demanda entre los clientes parece haber bajado. Este diario conversó con varios emprendedores vinculados al mundo de la dulcería y la pastelería, que han tenido que cerrar sus negocios como paso previo a su salida del país. Para otros, que se quedan y tienen que enfrentar los altos costos de la producción, la respuesta es otra: “Ya no da negocio”. 

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