Bajo la mirada de 'Che' Guevara llega el dólar a las tiendas de Cienfuegos
El local, situado en la avenida 37, reabrió con la nueva modalidad de pago la pasada semana
Cienfuegos/Sin temor a las contradicciones ideológicas, el rostro adusto de Che Guevara, "caballero sin tacha y sin miedo" –verso de un poema dedicado al guerrillero–, corona el inmueble donde se ubica la primera tienda en dólares en la ciudad de Cienfuegos. El local, situado en la avenida 37, reabrió la pasada semana bajo la nueva modalidad de pago en dólares en efectivo, una transformación que resulta evidente nada más asomarse a sus vidrieras, con anaqueles repletos de productos.
La Valenciana es ahora un lugar donde los fulas han barrido a la anterior moneda libremente convertible (MLC) con la que operaba el comercio. Conservando el nombre de Agua y Jabón, la cadena italiana con más de medio centenar de tiendas por toda la Isla, el local muestra ahora otra imagen que va más allá del aumento en la variedad y la cantidad de mercancías a la venta.
"Me llamó la atención ver tantas luces encendidas dentro", contó este martes a 14ymedio Isabel, una residente en las cercanías que se quedó también sorprendida con la amabilidad del portero. "Me dio la bienvenida con una sonrisa y me dijo que ya se podía efectuar el pago en dólares". Una rápida mirada por el salón, eso sí, débilmente climatizado, le permitió ver estantes llenos de detergente para ropa, lavavajillas, suavizador de pelo, champú, escobas y todo tipo de productos para la limpieza del hogar.
Esponjas, ambientadores, spray contra mosquitos y papel sanitario conforman también parte de las ofertas del comercio que es gestionado, de forma compartida, por la estatal Tiendas Caribe. "Cuando esto era en MLC estaba casi vacío", apuntó una joven que también se vio sorprendida con el cambio que se respira en el interior del local. "Hay bastante variedad de detergentes y también tienen desincrustante para la taza de baño que hace mucho rato no encontraba aquí en Cienfuegos", resumía.
Sin embargo, la joven prefería mantener la cautela y no dejar correr el entusiasmo: "Ahora la pregunta es si serán capaces de mantener el abastecimiento porque, como ya sabemos, escobita nueva barre bien", remataba en el mostrador donde una empleada cobraba a otro cliente. El hombre, que había comprado un paquete de papel sanitario y un cubo para limpiar, pagó con un billete de 20 dólares. El vuelto: una parte en billetes de EE UU y en lugar de monedas, caramelos, una práctica extendida en otros mercados en dólares que se han abierto por el país.
La diferencia con otras tiendas que en la ciudad siguen operando en MLC o en pesos se extiende más allá de la variedad de productos. "No vi a ningún empleado jugando con el teléfono ni recostado en los mostradores", explicó a este diario Isabel tras salir de La Valenciana, donde finalmente se decantó solo por un palo para su vieja escoba y una caja de tinte para el cabello, todo por un poco más de 10 dólares.
A la entrada, un cartel advierte de que, además de dólares en efectivo, se aceptan tarjetas Visa, Mastercard, la rusa Mir y las cubanas AIS, Viajeros y Clásica, estas últimas emitidas por bancos nacionales y que operan solo en divisas. No obstante, los cortes eléctricos pueden hacer difícil la tarea de efectuar los pagos electrónicos en una ciudad que en lo que va de año ha encadenado apagones de más de 20 horas diarias en las semanas más golpeadas por el déficit energético.
"Prefiero venir con los dólares que me manda mi hija", resumía un anciano que se acercó con "el dinero exacto" para comprar algunos jabones de lavar. "No estoy para dejar el vuelto de propina ni me interesan los caramelos, porque uso prótesis y no tengo nietos que vivan aquí conmigo", sentenciaba. La cuenta, cuatro dólares exactos que el cliente pagó en billetes de uno.
Otros, prefieren recibir las golosinas en lugar de los correspondientes centavos o, simplemente, dejar la diferencia como propina para los empleados. "Por lo menos con esto de vez en cuando nos cae algún dinerito, porque mientras era en MLC nuestros bolsillos sufrieron las consecuencias. ¡Óigame, no caía nada!", comentó un dependiente que estuvo, hace unos meses, a punto de pedir la baja, justamente por la crisis que se había adueñado de La Valenciana.
"Estoy optimista porque cuando se trata del dólar todo mejora", asegura. "Nos conviene hasta que no haya corriente, pues así los clientes tienen que pagar solo en efectivo y crecen las oportunidades de ganarnos un dinerito extra", explica a este diario. "Los más generosos son los cubanoamericanos que vienen de visita y dejan 40 centavos por aquí, un fulita por allá".
Mientras en otras tiendas el apagón es la justificación de oro para paralizar las ventas, cerrar las puertas y cancelar la entrada de público, en La Valenciana no ocurre así. Hasta en el horario de almuerzo los trabajadores se turnan para no interrumpir el servicio y cuando no hay electricidad, en lugar de procesar las facturas en la caja registradora, las anotan en una hoja de papel.
Como en aquellos versos dedicados a Che Guevara, el rostro que da la bienvenida a los clientes sobre la azotea de la tienda en dólares, cuando se corta la corriente en La Valenciana, todos siguen trabajando "en lo oscuro, señora, en lo oscuro".