Morir en Cuba ya no es gratis

La Habana/Los servicios funerarios que han sido en buena parte gratuitos en Cuba desde el triunfo de la Revolución de 1959 están empezando a cobrarse, y otros que ya se cobraban subirán de precio.

En Sancti Spíritus, según una nota publicada este martes en Escambray, "se reordena la estructura de Comunales", la instancia dedicada hasta ahora a estos menesteres, y se ha creado una unidad de servicios necrológicos para "mejorar las funerarias y capillas de la provincia".

El diario provincial ofrece una entrevista con el flamante director de esa unidad, Yoel Aquiles Martínez, que con la habitual jerga oficialista explica que "ya se comenzó con el reembolso monetario por concepto del pago de determinadas actividades asociadas a las defunciones" debido a "la necesidad de liberar al Estado de algunos gastos y de elevar la eficiencia de determinados servicios".

Hasta ahora, continúa la nota, se ha cobrado por la cremación de cadáveres y el traslado de fallecidos hasta otras provincias, pero a partir de ahora también será de pago el traslado de fallecidos de un municipio a otro dentro de una misma provincia, así como la "velación en el domicilio".

En este caso, dice el texto, "la funeraria presta los servicios relacionados con el velatorio y la familia pagaría sobre la base de la tarifa de precios aprobada". Se trata de una variante, recuerda Escambray, que "ya se aplica en la capital del país" pero que en Sancti Spíritus "está en proceso de aprobación".

Se desprende que el Estado ofrecerá a los ciudadanos que puedan costearlos una suerte de servicios "extra", como ánforas para cenizas, "otros tipos de ataúdes, de un mejor diseño" o "flores finas"

Seguirán sin costo "la entrega de un ataúd, el traslado desde la casa o el hospital hasta la funeraria o capilla con la disposición del carro fúnebre, el combustible para esa actividad y el arreglo del cadáver, y dentro de estas prestaciones, las que se relacionan con el velatorio en el local habilitado como tal", aclara el periódico, "pero si el familiar quiere otro tipo de servicio, como realizar el enterramiento en otro lugar, fuera del municipio o provincia, entonces se le cobraría por eso".

De la entrevista de Escambray se desprende que el Estado ofrecerá a los ciudadanos que puedan costearlos una suerte de servicios "extra", como ánforas para cenizas, "otros tipos de ataúdes, de un mejor diseño" o "flores finas".

"Nuestro propósito es que los servicios necrológicos poco a poco se vayan autofinanciando y con esos ingresos podamos mejorar los que quedan gratuitamente, donde se incluyen, además, las mejoras constructivas de las funerarias y capillas, así como el estado técnico de los carros, algo en lo que se ha venido trabajando, pero, por el grado de deterioro que presentaban y el tiempo de explotación, ha sido imposible realizar esta actividad de manera eficiente", reconoce el funcionario.

Yoel Aquiles Martínez también cuenta que acaban de recibir dos carros fúnebres "de procedencia china", valorados en 1.800.000 pesos cada uno, "y se espera otra entrega de este tipo de medios a la provincia".

Ante la pregunta, que recoge el malestar de la población por la demora frecuente de los carros fúnebres, el directivo se excusa diciendo que tienen "hasta dos horas para realizar los traslados, solo que el carro no se presenta en los lugares hasta tanto no esté concluido el trámite de documentación legal".

"Esta es una provincia con un alto grado de envejecimiento poblacional y se ha incrementado el número de muertes, al punto de que, en los últimos tiempos, de un promedio de 200 y más defunciones dentro de un mes"

Y desarrolla: "Esta es una provincia con un alto grado de envejecimiento poblacional y se ha incrementado el número de muertes, al punto de que, en los últimos tiempos, de un promedio de 200 y más defunciones dentro de un mes, hoy estamos por encima de los 400 y por lo general el 50 por ciento de estas suceden entre viernes y domingo, lo que hace más compleja la actividad necrológica en el territorio".

El anuncio llega en un momento en que los servicios fúnebres han tocado fondo. Los locales de las funerarias se han ido deteriorando y carecen de personal suficiente para la limpieza. Muchas veces poseen un solo cristal para usar durante el velatorio y ver el rostro del difunto en el ataúd, por lo que las familias deben esperar a que otros dolientes lo terminen de usar para obtener uno.

La tradicional taza de café, inherente a los velorios cubanos, también ha desaparecido por la falta del producto en las funerarias estatales. Las coronas de flores que se venden a los parientes tienen más hojas de árboles que flores y han ido reduciendo su tamaño y aumentando su precio cada año. Las ánforas para cenizas resultan toscas y frágiles.

Sin embargo, las peores críticas recaen en los ataúdes o cajas de muerto, como popularmente se les llama. De madera endeble, estos féretros perdieron hace años los ribetes metálicos y los listones han sido reemplazados por tablillas y cartón. Como resultado, es común escuchar que el cuerpo del difunto se cae en medio del funeral o durante el traslado al cementerio.

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