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Muere el artista plástico César Leal, el pintor que plasmó las ansias de libertad de los cubanos

Cuba dice adiós a un hombre que, con las herramientas del pintor y del periodista, hizo de la valentía el combustible principal de su obra

Nacido en Sagua la Grande, Villa Clara, en 1948, César Leal se graduó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, La Habana, en 1968. / Facebook
14ymedio

24 de diciembre 2024 - 00:07

La Habana/Este lunes ha muerto en el poblado de Regla, La Habana, el pintor cubano César Leal Jiménez, según informó en su cuenta de Facebook el artista Jorge Mata. El creador, de 76 años, había anunciado este domingo que padecía de una infección urinaria que lo obligaba a guardar cama.

"Hablamos en algunas ocasiones y compartimos criterios sobre las redes y la importancia de seguir al pie del cañón, con nuestros trabajos pedagógicos y artísticos", comentó Mata en una emotiva publicación. "Leal ha sido un artista constante y muy particular. Por desgracia su obra es poco difundida y reconocida. Aunque en el gremio se le respeta".

Nacido en Sagua la Grande, Villa Clara, en 1948, César Leal se graduó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, La Habana, en 1968. Posteriormente también cursó la especialidad de Periodismo y trabajó como profesor en tres centros docentes dedicados a la enseñanza artística en la Isla, entre ellos la Academia de San Alejandro. 

"Hablamos en algunas ocasiones y compartimos criterios sobre las redes y la importancia de seguir al pie del cañón, con nuestros trabajos pedagógicos y artísticos"

El Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño de La Habana se unió al luto por el fallecimiento del creador y catalogó a Leal como “un pilar en el mundo del arte”. La entidad oficial reconoció “su talento excepcional”  y “su obra, marcada por una profunda sensibilidad y una visión única”.

A lo largo de su fructífera carrera ganó innumerables galardones, como el premio de Pintura Joven Latinoamericana, en 1966, en México; dos años después se alzó con uno de los premios del Salón de Mayo, en París, Francia y, en 1980, obtuvo el máximo reconocimiento del Salón Quinquenal Carlos Enríquez. Su obra Secuencia en Uno forma parte de la colección permanente del Museo Nacional de Cuba y actualmente se encuentra expuesta en el edificio de Arte Cubano de esa entidad.

Con una labor que lo distingue entre los artistas de su generación, Leal fue un profundo estudioso de la historia del arte y de sus múltiples manifestaciones. En sus cuadros, las formas humanas se combinan con infinidad de contextos y situaciones para expresar desde la agobiante falta de libertades hasta las afiladas tijeras de los censores.

Con una mirada muy crítica sobre la actual situación cubana, Leal convirtió, en los últimos años, sus redes sociales en una ventana abierta a su estudio, donde pintaba incansablemente, a su trabajo en la comunidad de Regla para enseñar los primeros pasos de las artes plásticas a niños y jóvenes, y también para observar el deterioro de la vida en su comunidad y en su país.

A través de su trabajo artístico y de sus publicaciones en Facebook denunció la vuelta de tuerca de los controles sobre los creadores que se han recrudecido en los últimos años en Cuba, la inflación, la crisis de los servicios básicos, los constantes apagones, además de lamentar la asfixia económica y de libertades cívicas que ha llevado a tantos jóvenes y artistas a emigrar de la Isla.

Con una labor que lo distingue entre los artistas de su generación, Leal fue un profundo estudioso de la historia del arte y de sus múltiples manifestaciones

Su simpatía por la prensa independiente fue una constante. En 2004, colaboró con el nacimiento de la revista digital Consenso, compartiendo con su equipo editorial muchas de sus piezas para ser utilizadas en el diseño del sitio digital. Sus cuadros, con burócratas cercenando el pensamiento, bocas cosidas para mostrar el irrespeto al derecho a la libre expresión y figuras que lograban escabullirse entre los barrotes marcaron la impronta visual de aquella revista. 

Con la muerte de César Leal, Regla pierde a uno de sus más importantes artistas; La Habana a un hijo adoptivo que retrató la dureza de su cotidianidad pero también el potencial de su gente y Cuba dice adiós a un hombre que, con las herramientas del pintor y del periodista, hizo de la valentía el combustible principal de su obra y de la libertad el modelo mejor expresado a través de sus pinceles.

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