Muere el italiano Gianni Minà, defensor de la "utopía" cubana de Fidel Castro
Su libro 'Un encuentro con Fidel' no dejó de editarse ni siquiera durante la crisis del papel en el Período Especial
La Habana/El periodista y conductor de televisión italiano Gianni Minà, quien realizó una larga entrevista a Fidel Castro en 1987, murió este lunes en Roma a los 84 años tras una "breve enfermedad cardiaca". Célebre por su amistad con el futbolista Diego Armando Maradona y con otras figuras mediáticas de la izquierda, Minà visitó Cuba en más de cincuenta ocasiones y contribuyó a difundir una opinión idílica sobre el régimen cubano a nivel internacional.
La conversación de Minà con Castro forma parte de un ciclo de entrevistas en las que el gobernante perfiló la imagen internacional que quería dar sobre la Isla. A esta serie de libros, editados lujosamente por la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, pertenecen también Fidel y la religión, por el brasileño Frei Betto; Nada podrá detener la marcha de la historia, de los estadounidenses Jeffrey Elliot y Mervin Dymally, y Cien horas con Fidel, por el hispanofrancés Ignacio Ramonet. Un encuentro con Fidel, el volumen donde Minà interrogó a Castro sobre múltiples temas, fue reimpreso una y otra vez por el régimen, incluso durante la escasez de papel en el Período Especial.
Su entrevista incluyó la filmación del documental Un día con Fidel, donde Castro pasaba revista a los "logros" de la Revolución y se daba el lujo de mostrar a su interlocutor desde su despacho privado hasta las cárceles de máxima seguridad de La Habana, recién pintadas para recibir al visitante.
Durante el rodaje y la escritura del libro, Minà reproduce la concepción de la historia de Cuba que Castro le propone, donde la Isla había sido una "colonia de Estados Unidos" donde "la voz cantante" la llevaba la "mafia italo-norteamericana". Silencioso, Minà deja que el presidente explaye y luego describe la realidad cubana con romanticismo, teorizando sobre la "ciudad del futuro socialista" en la que, promete el mandatario, se convertirá La Habana.
A pesar de la importancia del italiano en la validación del régimen cubano en Europa, pocos años antes de la disolución de la Unión Soviética, la prensa oficial le dedicó este martes obituarios más bien modestos a Minà
A pesar de la importancia del italiano en la validación del régimen cubano en Europa, pocos años antes de la disolución de la Unión Soviética, la prensa oficial le dedicó este martes obituarios más bien modestos a Minà. Atribuyen la celebridad que alcanzó el periodista, precisamente, al hecho de haber entrevistado a Castro, y mencionan que su libro, al cual el Gobierno cubano dio el visto bueno, fue "uno de los títulos más buscados en esos años".
Sin embargo, enfatizan el hecho de que Minà dirigió una carta a los trabajadores del Instituto Finlay de Vacunas en 2021, durante la pandemia de coronavirus. En la misiva, reproducida íntegramente junto a la noticia de su muerte, la prensa oficial cifra el "testamento" del italiano sobre la Isla: un llamado a la resistencia del "sistema", la "utopía que se ha hecho realidad".
Nacido en Turín el 17 de mayo de 1938, Minà destacó como periodista deportivo en los años 60 y 70, siguiendo de cerca la carrera de boxeadores como Mohamed Alí o futbolistas como Maradona, a quienes entrevistó. Además, realizó numerosos reportajes sobre América Latina y se interesó en las personalidades históricas de las últimas décadas del siglo XX, entre las que se encontraban Ernesto Guevara –uno de los temas de su conversación con Castro–, la premio Nobel Rigoberta Menchú, el subcomandante Marcos y el propio ex presidente cubano.
De 1996 a 1998 produjo el programa de televisión Storie, donde entrevistó a celebridades como Naomi Campbell, el Dalai Lama o Martin Scorsese. Recibió, por su obra, el premio Saint Vicent de 1981, entregado al mejor periodista del año; el premio Flaiano en 2004 y el premio Especial Vittorio Mezzogiorno en 2010.
Entre sus libros cabe destacar El papa y Fidel (1998), Un continente desaparecido (1998) y Marcos y la insurrección zapatista (1997). Hasta su muerte, Minà defendió la visión del régimen que Castro le confió en 1987 y nunca matizó sus declaraciones sobre el Gobierno de la Isla.
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