Con la muerte del ex jefe del Ejército Juvenil del Trabajo, las FAR han perdido tres generales este mes
El general de Brigada de Reserva, Juan Antonio Hernández, falleció este lunes a los 91 años
Tres generales de las Fuerzas Armadas (FAR) cubanas han muerto en menos de un mes, diezmando lo que el régimen denomina su “generación histórica”. El último de ellos, Juan Antonio Hernández, ex jefe del Ejército Juvenil del Trabajo, falleció este lunes a los 91 años y sus cenizas serán enterradas el próximo martes en el panteón de las FAR en el cementerio de Colón, en La Habana.
En una nota de prensa, leída en el noticiero de Televisión Cubana, el cuerpo militar enumeraba los incontables logros del general. Miembro del propio Ejército Juvenil del Trabajo del que luego estaría a cargo, jefe de transporte y armamento en el ejército de Camagüey, militante del Partido Comunista, alfabetizador y hasta alumno en la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: su registro de vida –intachable en términos revolucionarios– muestra su lealtad al régimen.
Según la página oficialista Ecured, incluso antes de que Fidel Castro tomara el poder, se le adjudican “acciones” contra el Gobierno de Fulgencio Batista. Pese a que lo presentan como una figura importante, el sitio solo dedica unas pocas líneas a la vida de Hernández, quien también formó parte del contingente internacionalista “para reparar los daños causados por la guerra en la República Popular de Angola”.
Pese a que lo presentan como una figura importante, el sitio solo dedica unas pocas líneas a la vida de Hernández
En 1988 finalmente fue ascendido a jefe de la sección política del Ejército Juvenil del Trabajo, un puesto que lo catapultó hasta convertirse, seis años después, en jefe del Estado Mayor. De su “legado” y funciones, no obstante, la nota oficial no menciona una palabra.
Hernández, general de Brigada de Reserva, es el tercer militar cubano de ese rango que muere en menos de un mes, mermando la plantilla de la plana histórica del régimen. Tras abandonar sus funciones o pasar a papeles secundarios dentro del Gobierno y el Ejército, ha sido esta generación –con Raúl Castro y Ramiro Valdés a la cabeza– la que ha validado a los actuales gobernantes, de corte menos militar y que cargan con el estigma de no haber “luchado en la Sierra Maestra”.
Las tropas del EJT que dirigió eran mostradas, durante los años en que Raúl Castro era ministro de las Fuerzas Armadas, como un ejemplo de gestión administrativa y productiva. Los reclutas se dedicaban a reparar las líneas del ferrocarril y en la capital cubana se abrieron numerosos mercados agrícolas, como los de la calle 17 y J en El Vedado y el de Tulipán, en la barriada de Nuevo Vedado, gestionados por esa entidad y que se exponían como el camino para una producción y un comercio eficiente.
Sin embargo, ahora mayor parte de las tarimas de los mercados del EJT ya están bajo gestión privada y los jóvenes enfundados en sus uniformes, de color beige y unas gorras que remedaban los atuendos de los boy scouts en Estados Unidos, ya cada vez se ven transitar menos por las calles de la Isla y son mencionados en menor medida en los medios oficiales.
Figura menor en los libros de historia del castrismo, Cervantes Tablada fue enterrado en el nicho 47 del Panteón de las Fuerzas Armadas en el habanero cementerio de Colón
La pasada semana murió también Juan Israel Cervantes Tablada, al que se le atribuye –en una frase críptica que repitieron varios medios estatales sin ofrecer más detalles– “la modernización del material de guerra” del país. Artífice de la Unión de Industria Militar, una de las secciones clave de las Fuerzas Armadas, al velorio del “prestigioso jefe” asistió la plana mayor del Ejército, pero no Raúl Castro ni Miguel Díaz-Canel.
Figura menor en los libros de historia del castrismo, Cervantes Tablada fue enterrado en el nicho 47 del Panteón de las Fuerzas Armadas en el habanero cementerio de Colón. El mismo en el que ahora se depositarán las cenizas de Hernández. Aunque las cámaras de Televisión Cubana insistían entonces en enfocar las ofrendas florales de Castro y Díaz-Canel, fue el primer ministro, Manuel Marrero –de formación militar y coronel retirado–, junto a Álvaro López Miera y otros jerarcas del Ejército, quienes presidieron la ceremonia.
Antes que él, el pasado 1 de septiembre, falleció un connotado represor cubano, el general Romárico Vidal Sotomayor García. Miembro del Comité Central, diputado en la Asamblea Nacional y alto cargo en las FAR y el Ministerio del Interior durante décadas, fue uno de los responsables de la violencia desatada durante las manifestaciones del 11 de julio de 2021 (11J), por lo que estaba sancionado por EE UU.