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Una mujer herida en un derrumbe en el tramo letal de una calle de La Habana

El inmueble parece abandonado, pero en su interior viven más de una decena de familias

El número 425 de la calle Monte, entre Ángeles y Águila, en La Habana Vieja, este miércoles / 14ymedio
Natalia López Moya

19 de junio 2024 - 23:06

La Habana/Una banda amarilla cerraba al mediodía de este miércoles el paso al portal del edificio con el número 425 de la calle Monte, entre Ángeles y Águila, en La Habana Vieja, donde anoche un derrumbe parcial dejó a una joven lesionada. Pared con pared, el inmueble con el número 423 se había cobrado la vida de un hombre hace tres años, cuando se desplomó uno de sus muros laterales.

"Aquí no podemos ni dormir, todos los que vivimos en este pedazo de calle estamos en peligro", cuenta a 14ymedio una vecina que se acercó hasta el lugar para obtener información sobre la mujer herida. "No sabemos nada, hemos llamado al Hospital Emergencias [General Freyre Andrade] pero dicen que no está allí porque ellos no atienden a los pacientes de La Habana Vieja y que tampoco tienen sala de politraumatizados".

Los intentos de este diario de conocer el estado de la joven, a través de los números de información del Hospital Clínico Quirúrgico Calixto García, también resultaron infructuosos. Un video del momento en que fue evacuada muestra a la mujer desmayada y siendo introducida en una patrulla policial a falta de una ambulancia para su traslado. Este miércoles, entre los vecinos, su situación seguía siendo una interrogante.

"Lleva muchos días lloviendo y se olía la tragedia en el aire"

Con la puerta cerrada, la fachada en estado calamitoso y el techo del portal apuntalado con gruesas vigas de madera, el inmueble donde ocurrió el derrumbe parece abandonado, pero en su interior viven aún más de una decena de familias hacinadas en pequeñas viviendas. Por años, los residentes de la cuartería han temido que se desplome un muro o alguno de los pisos intermedios colapse. Este martes, parte de la pesadilla se ha vuelto realidad.

"Lleva muchos días lloviendo y se olía la tragedia en el aire", advierte un anciano que reside en la calle Ángeles. En diciembre de 2021 los residentes en los alrededores sintieron un estruendo y, cuando se asomaron a sus puertas, vieron que la pared lateral del primer piso del número 423, que hace esquina, se había caído llenando de escombros toda la vía. Debajo de aquellos ladrillos fue recuperado el cuerpo de un transeúnte que perdió la vida

El tramo de la calle Monte donde se ubican ambos inmuebles afectados es una zona muy concurrida y una de las vías comerciales más importantes de la capital cubana. A pesar de la señalización de "No pase PNR" que rodea al edificio donde sucedió el más reciente desplome, y a las imágenes del siniestro que circulan desde hace horas en las redes sociales, esta tarde se mantenía el tráfico de vehículos y el paso de peatones por la avenida.

El balcón de la vivienda del derrumbe está lleno de vegetación que ha crecido entre las grietas

Sobre las cabezas de los transeúntes, el balcón de la vivienda del derrumbe está lleno de vegetación que ha crecido entre las grietas y a través del enrejado. Los troncos de arbustos y la maleza se extienden por toda la terraza. En la fachada de la planta baja un colorido cartel anuncia "Reparación de celulares" y es frecuente que haya una fila de personas esperando para acceder al servicio.

Tras el derrumbe anterior, hace menos de tres años, el edificio de la esquina, el 423, ha quedado solo con una planta chata donde actualmente hay una pequeña venduta que exhibe sus mercancías colocadas en una mesa en la puerta. Por las paredes y las columnas de todos los inmuebles de la cuadra suben manchas de humedad y en el aire el olor más persistente es el de las aguas albañales.

Los vecinos de la zona temen que el deterioro ya esté tan avanzado que reparar no sea una opción para unos inmuebles, en su mayoría, de la primera mitad del siglo XX pero que arrastran décadas de desidia, falta de recursos para ejecutar restauración y la sobrepoblación de familias de hasta tres generaciones, que han tenido que dividir el espacio con paredes y barbacoas improvisadas que han agregado peso a las estructuras.

En diciembre de 2021, 14ymedio entrevistó a varios vecinos de los edificios cercanos y conversó con algunos de los habitantes de los números 425, 427 y 429 de la calle Monte. Aramirta Castan advirtió entonces de que el peligro continuaba: "Aquí en mi comedor se están cayendo los pedazos de techo, todo está cimbrando, parece que estamos en un terremoto", lamentó la mujer, entonces de 77 años. "Ese portal de allá afuera está en el aire, todo esto se está cayendo".

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