Murió Tallapiedra, la central eléctrica más antigua de Cuba, construida por la Spanish-American

El Gobierno apuesta a la energía solar, que aportará más de 500 MW en 2025 con el apoyo de China

Durante décadas los vecinos tuvieron que soportar la contaminación química y acústica de Tallapiedra
Durante décadas los vecinos tuvieron que soportar la contaminación química y acústica de Tallapiedra / 14ymedio
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05 de septiembre 2024 - 12:44

Madrid/Las autoridades cubanas certificaron este miércoles la muerte de Tallapiedra, la más vetusta central termoeléctrica de la Isla, cuyo nombre oficial es Otto Parellada. “Tallapiedra, aquí en La Habana, tenía más de 60 años y se la dio baja y esto te reduce la disponibilidad del parque, junto a otros que han tenido averías de consideración”, dijo el ministro de Energía y Minas, Vicente de La O Levy.

El responsable último de la electricidad en la Isla estuvo acompañado en el programa Mesa Redonda por Rosell Guerra Campaña, director de Energía Renovable del Ministerio, para hablar de la estrategia a corto plazo que mantiene el Gobierno: confiar en que a medida que se acerca el invierno descienda la demanda de electricidad y aguantar hasta el despliegue de la fotovoltaica impulsada con China.

El régimen confía en poder aplacar, un año más, la impaciencia de la población por los apagones con una nueva promesa. En tres o cuatro meses estarán montados completamente 30 parques solares de los cuales “se prevé” tener instalado un tercio antes de que acabe este año, lo que debería aportar 220 megavatios (MW) al Sistema Eléctrico Nacional cuando se conecte, dijo De la O Levy.

La necesidad es total, ya que, como contaron ayer ambos funcionarios, la situación en las termoeléctricas es prácticamente vegetativa. “Los mantenimientos que hacemos lo que hacen es mantenerlas vivas, pero no estamos volviéndolas a poner con cero kilómetros, como se dice en el habla popular”, expuso De la O Levy, que oficializó, casi de puntillas, la baja definitiva de Tallapiedra.

“Los mantenimientos que hacemos lo que hacen es mantenerlas vivas, pero no estamos volviéndolas a poner con cero kilómetros, como se dice en el habla popular”

La central fue fundada por la compañía con sede en Nueva York Spanish-American en 1889 y comenzó a producir energía en 1913 con tecnología estadounidense –generadores monofásicos Westinghouse–, un año antes de que se construyera el edificio que es hoy bien visible desde la Habana Vieja. En aquel momento era una de las primeras grandes centrales de Latinoamérica y la primera en Cuba para producir electricidad centralizada, con una generación de 25 MW que se amplió en 50 MW en 1923 y en 10 MW en 1945. En 1957 se amplió con una unidad monobloque de 60 MW y en 1972 con otra, de 64, la única que continuaba viva a pesar de las dificultades, incluyendo un grave incendio en 1990.

Tallapiedra se había convertido en una espantosa mole ruidosa y contaminante cuyos vecinos miraban con temor. En noviembre de 2020, las autoridades programaron un mantenimiento capital para la central que incluía intervenciones en la totalidad de los aparatos. La pandemia y la crisis prolongaron más de lo normal su arreglo, pero finalmente fue reabierta y sincronizada con el SEN en junio de 2022

Desde entonces, el humo no ha dejado de salir de su alta chimenea y a ella están conectadas las dos centrales flotantes turcas que se ubican en el puerto de La Habana, Belgin Sultán (15 MW) y Suheyla Sultán (240 MW), a través de la subestación de Melones, la parte que –aunque no lo especificó el ministro este martes– seguirá en funcionamiento para el imprescindible aporte de las patanas.

La pérdida de Tallapiedra, que hasta su deceso producía unos 50 MW, es el menor de los problemas para el régimen, que admitió ayer que los mantenimientos planificados de las centrales han marchado relativamente bien, pero no se cumplió con la planificación de los apagones. El ministro reconoció que se han superado las 4 horas previstas y que la demanda es mayor, en parte porque la incorporación de los negocios privados ha ampliado las necesidades. De la O Levy indicó que, además, el SEN se sobrecarga justo después de un apagón, ya que tanto la población como las empresas están esperando a que reaparezca la electricidad. “Cuando el apagón es mayor a las tres horas, el crecimiento del consumo es del 51% y esos comportamientos no son normales”, expuso.

En cuanto a las fuentes de energía, el ministro detalló que las termoeléctricas tienen un déficit de unos 400 MW, ya que tantos años de explotación provocan que de cada 100 MW que puede producir una unidad, solo se generan 70 u 80. 

Las termoeléctricas tienen un déficit de unos 400 MW, ya que tantos años de explotación provocan que de cada 100 MW que puede producir una unidad, solo se generan 70 u 80

Entre las que se han reincorporado tras mantenimientos y averías los últimos días están la Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos, las unidades 3 y 6 de la Antonio Maceo (Renté), de Santiago de Cuba, y las dos unidades de la Ernesto Guevara, de Santa Cruz del Norte, en Mayabeque. Además, se recuperó la Antonio Guiteras de Matanzas, que supuso “un reto” para los técnicos cubanos. “A nosotros se nos hace más complejo porque no tenemos ni acceso a los aceites que necesita por el bloqueo”, adujo el ministro.

De la O Levy lamentó las dificultades que existen actualmente para la generación distribuida –”la que más rápido da resultados”–, principalmente la falta de combustible que, afirmó, sufre el país. El ministro aseguró que Cuba consume ocho millones de toneladas de combustibles, de los cuales se producen nacionalmente tres. 

“El resto del combustible lo teníamos asegurado por distintas vías (alianzas, acuerdos, suministros a largo plazo, financiamiento), sin embargo, hoy ya no tenemos esa posibilidad. Esos cinco millones de toneladas de combustibles estamos saliendo a comprarlos al mercado internacional y los niveles de facturación petrolera son gigantescos, de miles de millones de dólares”, afirmó. 

El ministro omitía así que Cuba ha seguido recibiendo gratis –en virtud de los acuerdos de 2000– un promedio de 60.000 barriles de petróleo al día (bpd) desde Venezuela, con meses de mayores o menores cantidades. Además, la Isla recibe desde México importantes cantidades de combustible –unos 21.800 bpd en el primer trimestre de este año, según una subsidiaria de Pemex– presumiblemente en concepto de donación. Rusia, según el propio ministro, ha estado suministrando cientos de miles de toneladas de petróleo a la Isla a precios muy ventajosos, según el experto de la Universidad de Texas Jorge Piñón, que ha explicado la necesidad de Moscú de sacudirse –mediante descuentos– del elevado stock que posee a consecuencia de las sanciones internacionales por la invasión de Ucrania. 

En la Isla ya funcionan 77 parques y 92 más están en proceso de instalación

En este contexto, la apuesta por las renovables sigue en pie y con el acelerador puesto. En la Isla ya funcionan 77 parques y 92 más están en proceso de instalación. “En La Habana, Las Tunas, Pinar del Río Mayabeque, Santi Spíritus, Guantánamo hay al menos un parque en ejecución. En Matanzas, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Camagüey y Artemisa hay dos parques en construcción civil. En Cienfuegos y Villa Clara hay tres parques en construcción civil, y en Holguín y Granma cuatro parques en construcción civil”, detalló Guerra Campaña.

“Los 286 MW que el país ya tiene instalado, más estos 220 MW, más los que se incorporarán en 2025 –con un proceso inversionista más ambicioso–, nos van a permitir que durante el día ir reduciendo las afectaciones de electricidad de la economía y de la población”, prometió el directivo. Mientras, el ministro, mira al cielo: “Gracias a la naturaleza, como las temperaturas comienzan a bajar, se producirá una disminución lógica de los consumos y eso favorece”.

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