La natalidad cayó en Cienfuegos más del 25% en 2024
Hay 24.000 médicos cubanos en "misión internacional" y 32.000 que emigraron de la Isla este año
Madrid/Este año nacieron en Cienfuegos 703 niños menos que el pasado año, publicó este domingo el diario provincial 5 de Septiembre en una brevísima nota. En ella expresa su preocupación por los bajos índices de natalidad de la provincia, que está entre las que peores resultados registra.
El dato es confuso, sin embargo, ya que el medio señala que en 2024 llegaron al mundo 2.127 cienfuegueros, pero el anuario demográfico indica que en 2023 fueron 2.895, una diferencia de 768. En todo caso, dando por ciertos los números brutos, la caída de los nacimientos es de un 26,5%, muy por delante del promedio que se ofreció para la Isla con los datos del primer semestre.
A mediados de año, en la sesión ordinaria que el Parlamento realiza en julio, Catherine Chibás Pérez, jefa nacional del Programa Materno Infantil (Pami) indicó que en los seis primeros meses de 2024 se registraron 34.648 nacidos vivos en todo el país, un 19% menos que en el mismo período del año anterior. En esa fecha, hubo en Cuba 8.157 nacimientos menos que en igual período de 2023.
"Para 2025 ya se trabaja en pos de aumentar los índices de natalidad y así lograr el reemplazo que necesita la sociedad"
“Para 2025 ya se trabaja en pos de aumentar los índices de natalidad y así lograr el reemplazo que necesita la sociedad cubana y que resalta en la demografía de tiempos difíciles ante el fenómeno de la emigración”, señala el diario, sin especificar qué medidas se prevé que estimulen la natalidad, en medio de una crisis galopante y con la migración masiva de las personas en edad de tener hijos.
La información aparece el mismo día que la edición latinoamericana de la revista estadounidense de izquierda Jacobin publica una entrevista con Carlos Fernández de Cossío, viceministro cubano de Relaciones Exteriores, en la que habla abiertamente del problema que supone la combinación letal que vive la demografía de la Isla.
“Cuba se parece a los países europeos en términos de desarrollo social. El avance en la educación, las oportunidades profesionales para las mujeres y los derechos de las mujeres en general repercuten en la reducción de las tasas de fecundidad”, se ufana el alto funcionario en respuesta a una pregunta sobre la caída de los adultos jóvenes en Cuba.
“Sin embargo, prácticamente no tenemos inmigración y la emigración es relativamente alta”, espeta. Esa relativización sorprende, cuando la Isla ha perdido un 18% de su población en los dos últimos años según datos oficiales. Solo a EE UU, en el último año fiscal, desde el 1 octubre de 2023 al 30 de septiembre pasado, 217.615 cubanos llegaron a Estados Unidos. La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras sitúa en 860.000 los migrantes de la Isla que entraron al territorio en los últimos cuatro años, a los que hay que sumar miles de migrantes hacia otros países, España, principalmente.
“¿Esto pone en peligro inminente la continuidad de la red de seguridad social?”, pregunta el entrevistador. A esto, Fernández de Cossío responde sin ambages: “La pone en peligro, sí. Yo no diría que la deja al borde del colapso, pero la pone en tensión”. A continuación, el viceministro se esfuerza en argumentar que muchos de los que aparecen como emigrados realmente no lo son, sino que residen temporalmente fuera de Cuba. “Algunos van y trabajan a tiempo parcial en Estados Unidos o en otros países y regresan”, señala.
El funcionario rechaza el argumento, planteado por el periodista, de si la Isla se parece ya más a otros países latinoamericanos por su alta emigración
Además, el funcionario rechaza el argumento, planteado por el periodista, de si la Isla se parece ya más a otros países latinoamericanos por su alta emigración –aunque Cuba lleva 60 años expulsando población– y afirma que esto sucede porque EE UU estimula el éxodo con su legislación.
En la entrevista, Fernández de Cossío también aporta el dato oficial de los médicos que están en el exterior y que, defiende en abundantes palabras, realiza un acto de solidaridad porque –sostiene– solo se reciben “compensaciones en el caso de economías mayores o mejores que la cubana”. “Si cualquier institución del mundo prestara servicios vitales –aduce–, se necesitaría un gasto administrativo de, digamos, el 30% para cubrir los servicios. Pero cuando lo hace el Gobierno cubano, se le llama ‘esclavitud’”.
Esa cantidad de médicos en “misión internacional” la sitúa en 24.000, que buena falta hacen en la Isla, donde el Programa de Atención Materno Infantil (Pami) lleva años resintiéndose de la falta de profesionales. A ellos cabría añadir los 32.000 médicos que, según la Oficina Nacional de Estadística e Información, ha perdido Cuba este año. La nota de 5 de Septiembre habla de una mejora de los datos de los últimos años, por ejemplo en el índice de bajo peso al nacer, donde hubo 30 casos menos que en 2023, un 6,3%.
La pasada semana, el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, anunció la mejoría del dato de mortalidad infantil, que situó en 7 por cada mil para toda Cuba y a la espera de conocer los datos por provincias, donde recientemente se ven diferencias abismales. En 2023, la tasa ya había mejorado ligeramente con respecto a los años de pandemia, que llevaron a datos catastróficos.
El pasado año estuvo en 7,1 muertes por mil nacidos vivos, frente a 7,5 por cada mil en 2022 y 7,6 en 2021. Sin embargo, en 2018 apenas hubo 3,9 por cada mil, por lo que el indicador, aun siendo bueno en relación a los países del entorno, ha empeorado notablemente. Aunque la pandemia agravó la situación, en el caso de Cuba hay un elemento clave, como han destacado los expertos, la falta de profesionales por el éxodo –tanto al exterior como al sector privado– y la desinversión en el Pami, que había permitido durante décadas tener cifras envidiables para un país Latinoamericano.