Nuevo derrumbe en La Habana, donde la construcción de viviendas cayó un 86% en cuatro años

El saldo: un niño de seis años con heridas leves

Derrumbe en el número 57 de Malecón, entre Cárcel y Ángeles
Derrumbe en el número 57 de Malecón, entre Cárcel y Ángeles / 14ymedio
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28 de mayo 2024 - 16:46

La Habana/Un montón de escombros se apiñaban esta mañana en el número 57 de Malecón, entre Cárcel y Ángeles, en Centro Habana. Horas antes, una escalera se había desplomado en el edificio, dejando a un niño de seis años con heridas leves. El menor ha sido trasladado al hospital Juan Manuel Márquez y parece estar fuera de peligro, según los vecinos.

Un remolino de funcionarios del Partido Comunista y el Gobierno provincial charlaban con los residentes en la zona este martes, mientras los trabajadores de Comunales recogían los restos y apuntalaban el edificio, donde no había signos de mudanza. La situación invita a pensar que los vecinos deberán seguir en un inmueble cuya decrepitud está a ojos vista.

Derrumbe el número 57 de Malecón, entre Cárcel y Ángeles
Derrumbe el número 57 de Malecón, entre Cárcel y Ángeles / 14ymedio

El suceso es desgraciadamente habitual en un país en el que la construcción de vivienda es otro de los muchos sectores que se desangra, como demuestra el informe, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei) la pasada semana. En la Isla conviven la necesidad de renovar el parque inmobiliario con los inmuebles vacíos por la masiva emigración. La Habana es la provincia que mejor refleja esa esquizofrenia: en cinco años se ha pasado de erigir 10.280 inmuebles en 2019 a tan solo 1.394 en 2023, según los datos del Ministerio de la Construcción. 

El documento revela también otros datos, como el fuerte peso de la construcción por esfuerzo propio en el total y la caída de casi todos los materiales necesarios en el último año. 

Según el documento, en 2023 se construyeron 16.065 viviendas, frente a las 20.232 del año anterior, un 20,5% menos. De ellas, la mayor parte las levantaron sus propietarios contratando a especialistas, el 61,4% (9.869), mientras que las empresas estatales se hicieron cargo del 38,6% (6.205), reduciendo no solo su cantidad sino su porcentaje con respecto a 2022, cuando asumieron el 40,1% (8.103).

En 2023 se construyeron 16.065 viviendas, frente a las 20.232 del año anterior, un 20,5% menos

Las magnitudes se elevan si se pone la vista en las que están actualmente en ejecución. En esta situación se encuentran 97.164 viviendas por esfuerzo propio y apenas 4.733 estatales, a las que cabe sumar 40.274 obras paralizadas, todas a particulares, previsiblemente (aunque no se indica) por cuestiones burocráticas.

Por provincias, solo hay tres que mejoran sus datos de viviendas terminadas en comparación con los del año anterior, destacando muy notablemente Pinar del Río, donde aumentaron en un 25%. El huracán Ian, que impactó con fuerza en septiembre de 2022, puede ser uno de los factores que estimularon la actividad, aunque es precisamente este uno de los territorios en los que las cifras se mantienen constantes en los últimos tres años. En todo caso, si se compara con 2019, en la provincia más occidental de Cuba se finalizaron menos de la mitad de las 3.006 construidas ese año.

En La Habana, en cinco años, se ha pasado de erigir 10.280 inmuebles en 2019 a tan solo 1.394 en 2023

Holguín, con un 12,5% de viviendas terminadas más que en 2022 e Isla de la Juventud (2%) completan la lista de las que mejoraron el indicador. En cambio, las orientales Santiago de Cuba y Granma finalizaron un 30% menos de inmuebles que el año previo y La Habana se hunde hasta casi un 52% menos, con 1.394 frente a las 2.875 de 2022 y que a su vez ya eran casi la mitad de las que se acabaron en 2021. Su hundimiento sostenido es también consistente con el vaciado que ha sufrido la capital en los últimos dos años, mientras que la población de las provincias tiende a emigrar menos.

El documento también pone de manifiesto la escasez de materiales de construcción, que es un factor decisivo a su vez para el descenso de la finalización de las obras y que explica el elevado número de las que siguen en ejecución. La piedra triturada y las barras de hierro corrugadas son los únicos cuya producción se mantuvo estable (0,3% de crecimiento en la primera) o aumentó (17,3% en el caso de la segunda). 

Hay escasez de materiales de construcción, que es un factor decisivo a su vez para el descenso de la finalización de las obras

El resto de materias primas sufren importantes caídas en la producción, la más grave la del hormigón premezclado (30%), los bloques de hormigón (26%) y el cemento gris (24,5%). La escasez de estos materiales ha llevado al Gobierno a insistir desde el pasado año en “aprovechar las potencialidades” del territorio y construir con barro y arcilla. 

La población, sin embargo, no ha echado tanta mano de este recurso como las autoridades desearían, tanto es así que el pasado noviembre los cubanos se ganaron el regaño de un desatado viceprimer ministro Ramiro Valdés Menéndez. En una reunión del sector, alzó la voz para reclamar más resultados: “Hay indicaciones para construir los hornos. Están los planos entregados a los territorios. ¿Lo hacen? No lo hacen. ¿Por qué no lo hacen? ¿Cuál es la disciplina? ¿Cuál es el control? Hay indicaciones y, sencillamente, en el territorio no se ejecutan".

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