Los obispos cubanos piden un diálogo entre quienes tienen "criterios distintos"
Ansían que "cesen todos los bloqueos, externos e internos, y dar paso a la iniciativa creadora, a la liberación de las fuerzas productivas"
La Habana/Los obispos católicos cubanos han publicado este sábado su tradicional mensaje de Navidad que este año ha incluido llamados "al diálogo y a la negociación entre los que tienen opiniones y criterios distintos", unas palabras que llegan en medio de fuertes campañas de difamación del Gobierno contra sus críticos.
"Como pastores miramos a un pueblo cansado y agobiado", advierten los once obispos y el cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez que rubrican el texto. "Las carencias materiales, el cansancio espiritual, la insuficiente economía personal, familiar y nacional que afectan duramente la vida presente y ensombrecen el futuro".
Unos problemas que "están pesando en el alma de la inmensa mayoría de los cubanos. La crisis económica ya existente, la pandemia de la covid-19 y las consecuencias de los fenómenos naturales provocan en la población temores e incertidumbres", detallan.
Según los firmantes, reunidos en la Conferencia de Obispos de Cuba, estas dificultades se ceban especialmente en "los más desfavorecidos: los pensionados, los desempleados, las madres solteras, los enfermos, los presos y los ancianos que viven solos y en situación de necesidad".
"En medio de esta situación, además de las propuestas de solución aportadas por las autoridades del país, se han expresado otras tantas, fruto del genuino amor y compromiso de los cubanos", unas proposiciones que "deben ser escuchadas y atendidas", reclaman los sacerdotes.
El mensaje incluye una lista de las buenas noticias que necesitan escuchar los cubanos, como que "el agobio por conseguir los alimentos se convierta en un sereno compartir el pan cotidiano en familia" y también "que el anunciado reajuste de la economía nacional, lejos de aumentar las preocupaciones de muchos, ayude a que cada cual pueda sostener a su familia con un trabajo digno, con el salario suficiente y con la siempre necesaria justicia social".
Evitar "la violencia, la confrontación, el insulto y la descalificación para crear un ambiente de amistad social y fraternidad universal", también forma parte de esas buenas nuevas que espera deseosa la población, junto a "que la intolerancia dé paso a una sana pluralidad, al diálogo y a la negociación entre los que tienen opiniones y criterios distintos".
Los obispos ansían que "los cubanos no tengamos que buscar fuera del país lo que debemos encontrar dentro; que no tengamos que esperar a que nos den desde arriba lo que debemos y podemos construir nosotros mismos desde abajo"
Los obispos ansían que "los cubanos no tengamos que buscar fuera del país lo que debemos encontrar dentro; que no tengamos que esperar a que nos den desde arriba lo que debemos y podemos construir nosotros mismos desde abajo". Además de que "cesen todos los bloqueos, externos e internos, y dar paso a la iniciativa creadora, a la liberación de las fuerzas productivas y a leyes que favorezcan la iniciativa".
Solo así "cada uno sentirá y podrá ser protagonista de su proyecto de vida y, de ese modo, la Nación avanzará hacia un desarrollo humano integral", consideran los firmantes del mensaje. El texto concluye con un mensaje navideño para "todos los cubanos, donde quiera que se encuentren".
El mensaje de los obispos se suma a varias voces que en las últimas semanas han criticado desde el interior de la Iglesia católica la situación penosa que se vive en la Isla. En noviembre pasado, la Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas (Concur) denunció que no era justo lo que "está pasando con el supuesto cambio de moneda, que se ha convertido en una sombra casi permanente y amenazadora".
La Concur, que agrupa a las monjas y los sacerdotes consagrados de la Iglesia Católica, se unió así a varios sacerdotes de la Isla y la diáspora que en las últimas semanas han alzado sus voces para reclamar al Gobierno por la falta de libertades y alimentos que padece el país.
El primero fue el sacerdote Jorge Luis Pérez Soto, párroco de San Francisco de Paula, en el municipio de Diez de Octubre, en La Habana, quien en octubre reivindicó en una homilía que la Iglesia sí se debe meter en política.
Pocos días después, otro cura, Laureano Hernández Sasso, lamentó la sordera de los dirigentes cubanos. "¿Por qué tenemos que mendigar? ¿Por qué el presidente Miguel Díaz-Canel habla y habla y nunca dice nada? ¿O es que tenemos que decirle a nuestro presidente que no podemos seguir así?", escribió el sacerdote en su cuenta de Facebook.
El pasado 1 de noviembre, fue el sacerdote camagüeyano Alberto Reyes, quien habló del miedo al régimen y la situación que se vive en la Isla. "Cuba es una cárcel grande donde, si te portas mal, te meten en otra más pequeña. Y como cárcel al fin, nos sentimos controlados", denunciaba en sus redes.
Con él se solidarizó, desde Miami, el rector de la ermita de la Caridad, Fernando Heria, quien conminó a los obispos de Cuba a pronunciarse contra el régimen, pues los curas cubanos "están cansados de estar viviendo bajo dos tipos de dictaduras: la eclesiástica y la gubernamental".
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