Fallece José Siro González Bacallao, un obispo cubano "cercano a su pueblo"
Entre sus obras se encuentran la fundación y el patrocinio de la revista 'Vitral' dirigida por Dagoberto Valdés
La Habana/José Siro González Bacallao, obispo emérito de Pinar del Río, falleció en esa provincia a los 90 años.
Entre sus obras se encuentran la fundación y el patrocinio de la revista Vitral dirigida por Dagoberto Valdés, un dato que omite el comunicado que publicó la diócesis de Pinar del Río a modo de obituario.
"Fue un pastor muy cercano a su pueblo, atento a las necesidades de su pueblo", declara a 14ymedio vía telefónica Valdés. "Para nosotros en Pinar del Río significó lo que fue el obispo Espada en el siglo XIX cubano".
El texto oficial señala que el cuerpo será trasladado a la Catedral de Pinar del Río para el funeral y será enterrado en el Panteón de los Obispos del cementerio católico de la Alameda, en Pinar del Río. "La vida de este pastor ha estado caracterizada por la entrega y la perseverancia a pesar de las duras pruebas que tuvo que enfrentar", agrega.
González Bacallao, que ofició durante 67 años, renunció como obispo en 2006 y se retiró a Mantua, en el extremo occidental de la Isla.
Nacido en el municipio de Candelaria, ahora provincia de Artemisa, el 9 de diciembre de 1930, desde joven expresó su deseo de ser fraile, y con solo 12 años se matriculó en el Seminario San Carlos y San Ambrosio para cursar los estudios como sacerdote diocesano. Fue ordenado sacerdote el 28 de febrero de 1945 y celebró su primera misa en su pueblo natal, el 7 de marzo de ese mismo año.
José Siro González Bacallao, que ofició durante 67 años, renunció como obispo en 2006 y se retiró a Mantua, en el extremo occidental de la Isla
Más tarde se convirtió en el secretario del monseñor Evelio Díaz y coadjutor de la catedral (1954-1957) y al concluir esa labor fue nombrado párroco de San Juan y Martínez, una comunidad donde brindó sus servicios durante 22 años.
A González Bacallao le tocó vivir el período más duro para la Iglesia católica en Cuba, con el triunfo de la Revolución, cuando fue prohibido el culto.
En 1966, González Bacallao trasladó su trabajo pastoral al campo y durante casi siete años se dedicó a sembrar tabaco, arroz, frijoles y viandas en la vega de Pancho Ravelo, un laico de la comunidad de San Juan y Martínez al que consideraba su gran amigo. Antes de ser nombrado obispo de Pinar del Río, en 1982, fue vicario de la diócesis y párroco de la catedral.
Él fue de los prelados que impulsaron el proceso de Reflexión Eclesial Cubana que preparó a la Iglesia para el Encuentro Nacional Cubano (Enec), en 1986.
La nota oficial destaca como uno de los momentos "más relevantes de su período como pastor" la visita del papa Juan Pablo II a Cuba, cuando este accedió a su pedido de sobrevolar bendiciendo la diócesis de su provincia al llegar a la Isla, el 21 de enero de 1998.
"Su labor pastoral se ve reflejada en la creación del Pre-Seminario Padre Félix Varela, en San Juan y Martínez, para acompañar a jóvenes que optaban por seguir a Cristo de forma radical a través del sacerdocio", apuntan.
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