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Ocho años de cárcel por gritar contra la corrupción y "Díaz-Canel singao"

De los seis procesados por manifestarse en Caimanera, Guantánamo, solamente absolvieron a uno

Dos de los procesados de Caimanera, Felipe Octavio Correa Martínez y Luis Miguel Alarcón Martínez, hijos de María Victoria Martínez / Cortesía
14ymedio

17 de julio 2024 - 23:06

La Habana/Dos meses después de celebrarse su juicio, los seis jóvenes procesados por su participación en las manifestaciones del año pasado en Caimanera, Guantánamo, tienen sentencia. El documento, firmado el pasado 9 de julio por el Tribunal Popular Municipal de Niceto Pérez, fue dado a conocer a los encausados este martes.

Quien recibió la condena más alta fue Daniel Álvarez González, a 8 años de prisión, seguido de Luis Miguel Alarcón Martínez, a 7 años de cárcel, y Freddy Sarquis González, a 5 años. Los tres fueron acusados de desórdenes públicos e instigación a delinquir.

Rodolfo Álvarez González fue sentenciado a cuatro años por el delito de desórdenes públicos y Felipe Octavio Correa Martínez, a dos por el de atentado. El único absuelto del grupo fue Yandri Pelier Matos, imputado por desórdenes públicos y resistencia, de quien finalmente se dice en la sentencia que “solo observó desde la acera de la calle lo sucedido”.

En declaraciones a 14ymedio, la madre de Alarcón Martínez y Correa Martínez, Victoria Martínez Valdivia, declaró que no se esperaban condenas tan altas, pues cuatro de los seis procesados habían permanecido en libertad hasta ahora. Cuenta también que cuando los llamaron al Tribunal para recibir el documento jurídico, hicieron pasar a los jóvenes –todos rondan la treintena salvo Sarquis González, que tiene 50 años–, y a los familiares los mandaron esperar aparte.

"En menos de cinco minutos sacaron a los muchachos esposados, como animales"

“En menos de cinco minutos sacaron a los muchachos esposados, como animales”, lamenta la mujer. Y prosigue: “Imploré que por favor me dejaran darle un beso a mi hijo y darle aunque sea un pan porque no había desayunado, y me lo negaron, y con la misma se lo llevaron y nadie dio ninguna explicación”.

Las familias tienen diez días para presentar la apelación, pero Martinez Valdivia reitera que el juicio, que concluyó el pasado 15 de mayo, fue “falso” y que hubo declaraciones tanto a favor como en contra que no aparecen reflejadas en la sentencia. A modo de ejemplo, dice que un policía que en principio había testificado que su hijo Felipe Octavio le había roto el bolsillo de la camisa, “en el juicio se retractó”. En la vista declaró que el joven solamente le tocó el brazo y le pidió que no le dieran golpes a su hermano, pero su testimonio no está recogido en la sentencia.

Algo parecido ocurrió con dos testigos de la defensa, a los que, asegura Martínez Valdivia, no permitieron entregar por escrito su declaración, cosa que sí permitieron hacer a una testigo de la Fiscalía, en contra de los acusados. “Se cae de la mata que ese juicio ya estaba hecho”, aseveró la mujer a este diario.

Daniel Álvarez se subió al capó de una patrulla policial, donde "continuó gritando iguales frases y comenzó a bailar encima"

En los “hechos probados” del texto jurídico se describe, por ejemplo, que Daniel Álvarez González y Luis Miguel Alarcón Martínez “después de haber ingerido bebidas alcohólicas, y sin llegar al estado de embriaguez, ante inconformidades con temas alimentación y electricidad [sic], comenzaron a gritar a viva voz ‘abajo el gobierno de Caimanera corrupto’, ‘Díaz-Canel singao’, entre otras frases, a la vez que alzaban sus manos en busca del apoyo de los pobladores del lugar”.

Esto provocó la “obstrucción de la vía pública”, impidiendo pasar a vehículos y personas. Cuando los agentes se disponen a detener a Álvarez González y Alarcón Martínez, siempre según la sentencia Felipe Octavio Correa “agarró al agente policial Vaquero Pizarro por la camisa del uniforme y le rompió el bolsillo, impidiéndole que detuviera a Luis Miguel”.

Como suceso de extrema gravedad figura que Daniel Álvarez se subió al capó de una patrulla policial, donde “continuó gritando iguales frases y comenzó a bailar encima”.

En las manifestaciones de Caimanera participó en torno a un centenar de personas que fueron reprimidas con golpes y arrestos / Captura

Las protestas en Caimanera, el emblemático municipio conocido por su proximidad a la base naval estadounidense de Guantánamo, se produjeron la noche del sábado 6 de mayo del pasado año y fueron las más importantes después de las del 11J en 2021 y las derivadas por los cortes de luz que salpicaron el verano de 2022. En ellas participó en torno a un centenar de personas que fueron reprimidas con golpes y arrestos.

La prensa oficial lanzó rápidamente una campaña para tildar la protesta de contrarrevolucionaria y señalarla como acción de la “guerra híbrida” contra el Gobierno. Cubadebate divulgó una extensa nota titulada Caimanera: Lo que fue y lo que intentaron que fuera en la que describió lo sucedido como una "inusual manifestación" de unas decenas de personas “iniciado por un incidente con un reducido grupo en estado de embriaguez” y aprovechado en Miami para “intentar dar la imagen de un país sublevado y alentar de paso a los incautos que se lo creyeran”.

Organizaciones como Amnistía Internacional reaccionaron contra las detenciones de los manifestantes, diciéndole al régimen que la respuesta a una protesta nunca podía ser la violencia estatal.

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