El oficialismo atribuye a los emigrados una parte importante de las drogas que entran a Cuba

El jefe del Departamento Antidrogas del Ministerio del Interior aseguró que EE UU no coopera en la lucha de la Isla contra el narcotráfico

Hacemos Cuba abordó el consumo del 'químico' una droga que se ha hecho popular en la Isla
Hacemos Cuba abordó el consumo del 'químico' una droga que se ha hecho popular en la Isla / Captura
14ymedio

24 de abril 2024 - 18:59

La Habana/La alarma del régimen por el aumento del consumo de estupefacientes en la Isla llegó esta semana al programa Hacemos Cuba, que presenta el vocero oficialista Humberto López. La estrategia para “comunicar a la población” este problema, no obstante, consistió en no ofrecer cifras concretas sobre el incremento del tráfico y el consumo –sobre todo entre jóvenes–, sino en señalar a Estados Unidos y los cubanos residentes en el exterior como culpables principales de la importación de estas sustancias ilegales.

López, quien reconoció que las drogas son “tabú” en los medios de comunicación cubanos, tuvo como invitados a Juan Carlos Poey, jefe del Departamento Antidrogas del Ministerio del Interior; a Eugenio González Pérez, viceministro de Educación, y a Alejandro García Galcerán, un psiquiatra entrevistado semanas atrás por Granma sobre el mismo tema, y cuya entrevista fue reseñada por la prensa independiente.

Con el terreno preparado, el vocero comenzó su interrogatorio. “¿Hay droga en Cuba, coronel?”, preguntó a Poey. Según el militar, la Isla no es un país “productor” ni “almacén”,  por lo que “la principal afectación proviene del exterior”. 

El entrevistado enumeró varias regiones de la Isla en las que con más frecuencia recalan paquetes de estupefacientes echados al mar

El entrevistado enumeró varias regiones de la Isla en las que con más frecuencia recalan paquetes de estupefacientes echados al mar: en la costa norte, Guantánamo, Holguín, Las Tunas, Camagüey, la Cayería Norte de Ciego de Ávila y Villa Clara, Matanzas, La Habana, Artemisa (en Mariel) y Pinar del Río. En la costa sur, Pinar del Río, la Isla de la Juventud y el municipio matancero de Ciénaga de Zapata.

“Cuba está en el medio de los países productores al sur y el principal consumidor al norte (Estados Unidos). Esto provoca que estemos siempre bajo la influencia de la actividad de narcotráfico ya que al norte de la provincias orientales existe una ruta (de tráfico) muy importante que es muy activa y el movimiento de esa droga, interrumpido por autoridades extranjeras, provoca que en muchas ocasiones estos delincuentes tiren a mar la droga y como consecuencia recale nuestras costas”, explicó Poey.

Por vía marítima, prosiguió el militar, “tenemos otra amenaza muy latente”: los cubanos residentes en el extranjero vinculados al tráfico de personas –generalmente de la Isla a Estados Unidos– y que intentan introducir sustancias ilegales en el país. Según Poey, en 2023, en las provincias occidentales las autoridades cubanas frenaron tres intentos de tráfico de estupefacientes por mar, en los que resultaron detenidas 10 personas, de las que no se dice su origen.  

Ese mismo grupo de cubanos emigrados, asegura, intentan pasar las sustancias por vía aérea

Ese mismo grupo de cubanos emigrados, asegura, intentan pasar las sustancias por vía aérea. “Es una actividad que se desarrolla a partir de las facilidades que ha brindado la Aduana para la importación de mercancías”, acotó en relación al permiso desde 2021 de importación libre de medicamentos, alimentos y otros insumos sin fines comerciales, aunque no reveló si este influyó en el aumento del consumo en los últimos años.

López inquirió sobre la respuesta del principal país consumidor de la región y primer exportador de droga a la Isla, EE UU, a lo que el coronel respondió que, aunque se ha facilitado información a Washington sobre “organizadores en Estados Unidos”, las autoridades “no han cooperado”.

En cuanto al consumo interno, Poey aclaró que se han descubierto cultivos de marihuana sobre todo en las provincias orientales, aunque el doctor Alejandro García aclaró que los propios consumidores prefieren la marihuana importada a la nacional, por su calidad. “No da los efectos que se buscan y que, por ejemplo, los dan la marihuana colombiana, la de Ecuador o de Perú, que son de mejor calidad.

Según el psiquiatra, en los últimos dos años ha aumentado el consumo de cannabinoides sintéticos, aunque por detrás de la marihuana y los psicofármacos. Asimismo, un dato que había sido revelado ya en su entrevista a Granma, García recordó que la edad media para iniciarse en las drogas pasó de 18 a 15,2 años entre 2022 y 2023. Quienes abusan de estas sustancias son hombres en un 67%, aunque el consumo femenino, admite, parece haber aumentado incluso entre embarazadas.

En cuanto a los cannabinoides, sobre los que López insistió por la popularidad que han ganado entre los consumidores, García explicó que están hechos a partir de modificaciones genéticas de la marihuana –fácil de manipular y con la cual pueden crearse muchas variantes de estas sustancias– y que tienen síntomas más fuertes. “Son altamente adictivos, más que otras drogas (...) y en un periodo de tiempo mucho más corto logran un proceso de adicción más intenso”, subrayó.

La caída de la edad media para el consumo ha situado a los adolescentes, especialmente de secundaria básica, en el foco de la estrategia antidrogas, un asunto que mantiene preocupados a los ciudadanos y que López intentó disimular dando la palabra al viceministro de Educación. Según González Pérez, los grados noveno de secundaria básica, y los primeros años de enseñanza técnica o preuniversitario son los más afectados por el consumo. No obstante, hizo la salvedad, el 99% de los casos se dan “en la vía pública”, es decir, sin que los educadores o las escuelas estén involucradas.

El 89,8% de los adolescentes que consumen drogas también fuman o ingieren bebidas alcohólicas

El funcionario también aseguró que tanto las instituciones como su cartera trabajan para identificar a tiempo y prevenir el consumo de drogas dentro de las escuelas. Se entrena a los docentes en la identificación de conductas irregulares que no son difíciles de encontrar cuando, asegura, el 89,8% de los adolescentes que consumen drogas también fuman o ingieren bebidas alcohólicas que, en conjunto, provocan cambios evidentes en la conducta o la relación del estudiante con la escuela. Sin embargo, recordó que es responsabilidad de la familia velar por los menores y llamó a aumentar la percepción de riesgo.

Un artículo publicado por 14ymedio semanas atrás da cuenta del consumo del químico –la droga de moda en la Isla– entre los jóvenes habaneros; en especial en el parque El Curita, en Centro Habana, donde las autoridades realizaron varios operativos antidrogas el pasado febrero.

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